Estamos en 1943. Los aliados están decididos a acabar con el control de Hitler en la Europa ocupada y planean un asalto total a Sicilia; pero se enfrentan a un desafío imposible: cómo proteger a sus tropas de una posible masacre durante una invasión de enormes proporciones. La operación depende de dos brillantes oficiales de inteligencia, Ewen Montagu y Charles Cholmondeley que diseñan la estrategia de desinformación más inteligente descabellada de la guerra, centrada en el agente secreto más improbable: un hombre muerto.
A ver, la de abogados cristianos (me la agarras con la mano) me parece tan estúpido... en fin, además ahora,…