Dicen que los héroes nunca mueren, pero en el mundo de los cómics esa afirmación es relativa. Muy relativa. En el caso concreto del universo de Marvel Comics los ejemplos son numerosos. Lobezno falleció cubierto de adamantium tras perder su factor de curación, mientras que el Capitán América caía de un disparo a las puertas del juicio por los hechos de la guerra civil superheroica. Bruce Banner era asesinado ‘preventivamente’ por Ojo de Halcón en la reciente “Civil War II” y la mutante Jean Grey ponía fin a su vida de forma voluntaria antes de que la Fénix Oscura consumiera el universo. Pero el caso del Capitán Marvel fue algo muy diferente.
Del autor que redefinió el concepto de epopeya cósmica, llega la confrontación definitiva. El Capitán Marvel se enfrenta al único enemigo al que no puede vencer: la muerte. ¡La última aventura de un héroe y la primera de las Novelas Gráficas Marvel!
El cáncer es el gran enemigo del hombre. Es uno de los mayores desafíos médicos del mundo, y solo en España se diagnostican más de 200.000 nuevos casos de cáncer cada año. Provoca la muerte de unas 7,6 millones de personas cada año en el mundo y se estima que para 2030 la cifra aumente a 11,5 millones, según los datos de la Organización Mundial de la Salud.
La interminable batalla contra la enfermedad del nombre prohibido nos ha dado muchas grandes derrotas y pocas pequeñas victorias. El cáncer es personal, e intransferible. Cada tumor es diferente, cada organismo puede tener una vulnerabilidad distinta a cada tipo de cáncer y cada persona asume de forma individual y única la lucha contra la terrible dolencia. La curación en el siglo XXI, con una humildad que ha dado la experiencia, las decepciones y las numerosas derrotas, se define en seguir vivo cinco años después del primer diagnóstico.
La batalla contra el cáncer es, hoy en día, poco épica y muy costosa. Una victoria puede suponer ganar unos pocos meses de vida para pequeños grupos de pacientes y se conseguirán con cócteles de fármacos que pueden combinar quimioterapia, un tipo de tratamiento poco específico y con muchos efectos secundarios, y muchos avances médicos y farmacológicos en la lucha contra el cáncer ni siquiera tienen que ver con la posibilidad de prolongar la vida sino con hacer menos penosa la vivencia de la enfermedad. Pero, no lo olvidemos, el cáncer ya no es una condena a muerte, pues la mitad de los cánceres ya se curan.
El cáncer es una palabra prohibida. Hay quién es incapaz de pronunciar las seis letras y la evita con tozudez. “Larga enfermedad”, “tumor maligno”, “esa dolencia”, “terrible mal”,… Pero prácticamente todo el mundo conoce o ha conocido a alguien con la enfermedad y, sin embargo, a veces no encontramos las palabras para hablar de ello. Los médicos se esfuerzan en convencer a sus pacientes que la propia palabra no produzca ese gran terror, y son partidarios de usar el término pero rebajar el estigma asociado.
En 1982, el Capitán Marvel murió a causa de un cáncer. Un cáncer.
Creado en 1967 por el guionista Stan Lee y el dibujante Gene Colan, para aprovechar el nombre de Capitán Marvel que había quedado libre a causa de una disputa entre editoriales, el héroe kree Mar-Vell viajó a la Tierra como espía de su imperio natal antes de cambiar de bando y dedicar su vida a proteger su planeta de adopción como el Capitán Marvel. Vivió numerosas aventuras, como no podía ser de otra manera para un superhéroe de La Casa de las Ideas, y en manos del guionista y dibujante Jim Starlin desarrolló una interesante dimensión moral y se vio envuelto por una compleja cosmología. Bajo su batuta, las aventuras del guerrero nativo del planeta Hala alcanzaron un grado insólito de calidad, al tiempo que servía de campo de pruebas para introducir conceptos tan fascinantes como el de Adam Warlock, Drax el Destructor o Thanos, el Titán Loco que tanta relevancia ha ido adquiriendo con el paso de los años, pero la serie nunca llegó a destacar. El personaje había seguido una carrera desigual, aunque tuvo una importancia decisiva en la guerra Kree-Skrull, y por un tiempo compartió una conexión especial y divertida con Rick Jones a causa de las nega-bandas, pero no alcanzó nunca el Olimpo de los héroes de Marvel. Así que, en 1982, Jim Starlin asumió el reto de escribir el último capítulo del Capitán Marvel, y de dar forma a la primera novela gráfica publicada por la editorial Marvel Comics: “La muerte del Capitán Marvel” (“The Death of Captain Marvel“).
Jim Starlin acababa de perder a su padre, de un cáncer, y decidió llevar al héroe kree hasta su final de una forma insólita y valiente, que aún hoy sorprende: el Capitán Marvel no falleció combatiendo en una lucha épica contra su némesis Thanos, ni haciendo frente a hordas de soldados kree dirigidos por la Inteligencia Suprema, ni siquiera salvando a los inocentes habitantes de su planeta de adopción de una amenaza global, sino que sucumbió a un cáncer. A un simple y mortal cáncer, contraído a raíz de un enfrentamiento con el villano Nitro, que le devoró por dentro hasta la muerte.
Pese a los esfuerzos combinados de las inteligencias más grandes de los Vengadores, los Cuatro Fantásticos, los Defensores y la Patrulla-X, de amigos y enemigos que dejaron la hostilidad a un lado, de rivales y aliados que unieron su talento para un objetivo común, nadie pudo encontrar una cura a la enfermedad terminal que azotaba al héroe. El cáncer, la “ruina interna” en Titán, la “muerte negra” en Hala, un mal para el que no hay curación en todo el universo, reclamaba al Capitán Marvel.
Tras un doloroso proceso de aceptación de la fatalidad y del inevitable destino que le esperaba, tras anunciar a todos los amigos y familiares la funesta noticia, Mar-Vell agonizó en la cama, rodeado de héroes desconsolados y desarmados ante el rival al que se enfrentaban, y se adentró hacia ese lugar desconocido, la muerte, sin miedo.
Corría el año 1982, y de eso ya hace más de treinta años, que el Capitán Marvel murió de cáncer y no ha regresado a la vida. Desde que Jim Starlin lo hizo morir en “La muerte del Capitán Marvel” yace en su fría tumba… al menos hasta que a alguien se le ocurra devolverlo a la vida y recuperarlo. Sí, es importante destacar que Mar-Vell no ha vuelto jamás de la tumba, aunque otros héroes recogieron su testigo y su nombre, como Mónica Rambeau, Genis-Vell, Phyla-Vell, Noh-Varr o actualmente Carol Danvers, pues es una excepción en el Universo Marvel, y en los cómics de superhéroes en general, donde la muerte no suele ser un final sino, simplemente un ‘hasta luego’. A los numerosos ejemplos nos remitimos.
Con una fabulosa portada inspirada en la inolvidable “Pietá” de Miguel Ángel, “La muerte del Capitán Marvel” de Jim Starlin fue una de las más hermosas, tristes, sobrecogedoras e inesperadas historias del cómic de los años ochenta y aún hoy se reedita con el estatus de clásico, de la mano de Panini Cómics en su impecable colección Novelas Gráficas Marvel.
La Muerte del Capitán Marvel.
Autor: Jim Starlin
Edición original: “The death of Captain Marvel”
Colección: Novelas Gráficas Marvel
Fecha de publicación: Mayo del 2018
ISBN: 9788491674085
Formato: 21×27,7cm. Cartoné. Color.
Páginas: 72
Precio: 16,00 euros
Jejeje, cómo se nota que me conoces, una pregunta entonces... ¿es justo que Titanic ganase 11 Oscars? ¿Se merecía tantos?…