De cómo se desarrollaron los hechos que desembocaron en la famosa Revolución de los pinceles, donde un puñado de autores defendieron sus derechos, de la única y mejor forma que sabían: con su arte.

Imagen activaEl mundo del arte, de la ilustración, del cómic… ha estado muy ligado a la prensa y por lo tanto, inevitablemente, a la crítica social. Existen numerosos ejemplos en la historia de artistas que han basado la práctica totalidad de su obra en dotarla de mensaje, de un contenido que vaya más allá del simple entretenimiento. Estos artistas tuvieron, y tienen, que sufrir la censura de mil formas distintas, muchas de ellas violentamente.

La censura, en cualquiera de sus caracterizaciones no es un fenómeno aislado y caduco. Está presente en toda sociedad, incluso en la nuestra (¿recordáis El Jueves? ¿El Batracis Amarillo? ¿a David Ramírez?). Hay que luchar contra ella y denunciarla.

Creo que esa es la intención de Josep Busquet con La Revolución de los Pinceles, un bello relato hermosamente ornamentado y especiado con un escenario centrado en una ambientación propia de un relato de Charles Dickens.

En La Revolución de los Pinceles vemos cómo una viñeta crítica hacia un personaje muy poderoso desemboca en la muerte del autor de la viñeta. Ante esto los autores realizarán una gesta utópica; la unión ante el agresor. Desde ese momento los artistas deben luchar no sólo contra su agresor sino también contra sus propios editores. Como decía antes, el mensaje de Joseph Busquet es inspirador, si bien también un tanto optimista, pero bien está que de vez en cuando haya autores que, a través del medio que sea, alcen la voz contra la censura.

En cuanto al dibujo de Pere Mejan creo que podría calificarse de folletinesco ya que busca  aproximarse a la imagen neutral que asociamos con los siglos anteriores con marcadas influencias de la BD francesa. Un descubrimiento al que seguir de cerca para ver cómo evoluciona.

La edición de Dolmen es… de lujo. Quizás se les ha ido la mano y el cartoné no fuese necesario, pero creo que viene motivado por la ilusión que todos sienten ante este proyecto y ante el que el público parece estar respondiendo con entusiasmo.

En definitiva, La Revolución de los Pinceles, es un buen trabajo que a la par que entretiene lanza un claro mensaje: hay que luchar contra la censura.