No todo en Barcelona es la Sagrada Família y el Camp Nou. La Ciudad Condal esconde lugares maravillosos, mágicos, singulares, que solo los locales y unos pocos turistas agraciados y bien informados conocen: las columnas del templo de Augusto en el Centre Excursionista de Catalunya, la placita de Sant Felip Neri, la cultura viva del Palo Alto, las bellasombras de la Plaça dels Pescadors, los jardines escalonados de Mossèn Cinto Verdaguer en Montjuïc… y el Triangulo Friqui.

En el barrio de l’Eixample, a un tiro de piedra del Arc de Triomf, a las puertas del barri de la Ribera, una veintena de comercios relacionados con la subcultura (la fantasía, el terror y la ciencia-ficción, el cómic, el manga, mucho ‘merchandising’ japonés, juegos de rol, juegos de mesa, miniaturas, cartas coleccionables,…) han consolidado una red de colaboración en una Milla de Oro de “lo culturalmente disperso” que no encontraréis en ninguna otra ciudad europea. Es el paraíso de los friquis.

La emblemática librería Gigamesh (#CómoOdioGigamesh), la gigantesca Norma Cómics (¡más de 700 metros cuadrados!), la abigarrada Chunichi Comics donde uno se ve obligado a desplazarse de lado, las estanterías repletas de juegos y más juegos de Kaburi,… hasta sumar un total de 28 tiendas forman el llamado Triángulo Friqui de Barcelona. Un nombre que no se ajusta mucho a la realidad porqué hoy ya no es un triángulo como era en su origen (con tres lados delimitados por el Passeig de Sant Joan, la Ronda de Sant Pere y la calle Ali Bei), ya que el paso del tiempo lo ha hecho crecer a algo más parecido a un rectángulo sin límites definidos. Hace una década años no llegaban a diez tiendas. Hace cinco años, ya eran una veintena. Y ahora se acercan a las treinta. Y por ese motivo es necesario renovar periódicamente el mapa oficial que impulsa Gigamesh, uno de los negocios veteranos de la zona (con el permiso de Norma Cómics, que fue el primero en llegar).

Personalmente este es el mapa del Triángulo Friqui que menos me gusta de todos los que se han hecho hasta hoy, y me sorprende que habiendo tantos ilustradores con talento en la ciudad se haya optado por este trabajo tan decepcionante, pero es lo que hay. Al menos sirve para orientarse, que es de lo que se trata, en un lugar único que os invitamos a descubrir.