Con “Wonder Woman: Pasado imperfecto“, en la colección “Grandes Autores” que ECC nos brinda regularmente, John Byrne pone punto y final a su etapa de la Amazona. Las historias que contienen este último volumen son un tanto peculiares dentro de la trayectoria del personaje por su escasa participación. Byrne ha querido dejar ordenada la habitación para el siguiente en embarcarse en el proyecto, su colega Phil Jiménez.

Wonder Woman: Pasado imperfecto (Grandes autores de Wonder Woman: John Byrne)
Edición original: Wonder Woman núms. 125 a 136 USA, Adventure Comics 80-Page Giant núm. 1 USA, Speed Force núm. 1 USA (extracto)
Guión: John Byrne
Dibujo: John Byrne, Phil Winsdale
Color: Patricia Mulvihill, Ian Laughlin
Formato: Libro cartoné, 320 págs. a color.
30,5€

Wonder Woman ha muerto… ¡Larga vida a Wonder Woman! La batalla contra el demonio Nerón ha terminado de la peor manera posible, pero el legado de la Mujer Maravilla debe continuar. ¿Quién será la elegida para sustituir a Diana? Por su parte, Donna Troy vive sumida en el desconcierto, pero no tardará en descubrir sus auténticos orígenes de una vez por todas.

En 1998, el guionista y dibujante John Byrne puso fin a una etapa de tres años en la serie original Wonder Woman con dos grandes sagas que hicieron hincapié en el rico reparto de secundarias de la colección. Pasado imperfecto contiene los números del 125 al 136 de Wonder Woman y relatos breves extraídos de Speed Force núm. 1 y Adventure Comics 80-Page Giant núm. 1.

El tomo incluye los números USA que van del 125 al 136 de la colección regular de Wonder Woman, además de un par de relatos breves sacados de Speed Force #1 y Adventure Comics 80-page Giant #1, relacionados con la historia principal, aunque diríamos que el de Flash clásico no está colocado en su lugar correspondiente, detalle poco importante por otro lado.

En los primeros números se continúa la narración del dramático acontecimiento con que concluyó el número anterior, esto es, la supuesta muerte de la protagonista. Así, la encontramos encamada en el ala privada del Hospital de Gateway City, en cuidados intensivos. Varios superhéroes de gran importancia acudan para intentar rescatarla del coma en el que se encuentra, pero poco pueden hacer. John Byrne, con esta estrategia, aparta a Diana del crossover en el que se verá involucrada la plana mayor de superhéroes de DC, Génesis (1997), con la serie troncal guionizada por el propio Byrne. En Génesis el enemigo a batir es Darkseid, y entran en juego los Nuevos Dioses, creación de Jack Kirby a la que Byrne le tiene especial cariño.

El renacimiento de Diana no tarda en llegar, pero no de la manera que todos pensamos. Mientras tanto, su propia madre toma el rol de la guardiana de la Tierra con el uniforme de Wonder Woman, y Artemisa, Wonder Girl y Donna Troy toman peso en estos últimos números, con más participación que nunca. John Byrne se propone atar cabos y cerrar todas las tramas que ha ido creando desde su aterrizaje en la serie (y otras de etapas de otros autores como George Pérez o William Messner-Loebs). Quedaba por explicar qué Wonder Woman había participado durante la Edad de Oro, en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, ya que el personaje recreado por George Pérez tras las Crisis en Tierras Infinitas se desligaba de sus orígenes pre Crisis. Byrne nos relata una aventura ambientada en tiempos de guerra, con la reina Hipólita, su madre, tomando ese rol y acompañada de los héroes de la época.

Artemisa y Wonder Girl cerrarán otra sub-trama enfrentados a Merlín y Morgana Le Fey, junto a un Demon hechizado. Historia que coleaba desde los primeros números de Byrne en la colección y que supone lo menos inspirado de la misma.

Por último, explicará quién es Donna Troy, y todas las vidas que ha vivido por una maldición de Ángel Oscuro a la Diana equivocada. Nuevos uniformes, nuevos poderes y un final esperanzador, dejan el panorama prístino para la llegada de Phil Jiménez. Byrne ha narrado todo lo que quería contar en el tiempo justo, tres años, ni más ni menos. Una etapa compacta y sin resquicios, quizás demasiado densa en algunos aspectos, sobre todo en los dos últimos tomos, pero muy consecuente con la personalidad y pasado de los personajes.

El dibujo de Byrne en este tercer tomo es algo más descuidado, pero aun así sigue siendo inconfundible y lleno de aciertos estéticos, con ilustraciones de portada que nos recuerdan a algunas de sus portadas clásicas, como el uso de la misteriosa silueta (número 134) o personajes atrapados mientras el malvado de turno permanece en primera plana (número 132). José Luis García López también aporta su arte en algunas cubiertas. Como curiosidad, Byrne sigue usando el recurso de hacer panorámicas de ciudades con ordenador (en los 90 quedaba raro). Phil Winsdale y Tom Palmer, dos buenos artistas, rompen la unidad gráfica en uno de los relatos breves.

El tomo de 320 páginas con tapa dura, se completa con un prólogo de Fran San Rafael y una breve biografía de Mr. Byrne. Lectura recomendada para los seguidores de la amazona y de John Byrne, que nos deja uno de sus últimos trabajos relevantes en la industria.