Helga Pato acaba de internar a su marido en un psiquiátrico. En el tren de vuelta, un desconocido se le presenta como Ángel Sanagustín, psiquiatra que trabaja investigando trastornos de personalidad a través de los escritos de los pacientes. Le cuenta entonces la historia de un enfermo paranoico extremadamente peligroso obsesionado, entre otras cosas, con la basura. Un delirio sórdido pero fascinante, repleto de obsesión, perversión, sarcasmo, diversión, demencia y sofisticación que son, en definitiva, algunas de las ventajas de viajar en tren.
Pues yo recuerdo está película con mucho cariño. Quizás no llegue al nivel de Toy Story o Gremlins pero... ¿qué…