Scott sufre un bloqueo mental y de desarrollo personal desde que su padre, que era bombero, murió cuando él tenía siete años. A medio camino entre los veinte y treinta años no ha conseguido nada en la vida, pero tiene en mente un improbable sueño: convertirse en un tatuador de renombre. Mientras su hermana pequeña está a punto de irse a la universidad, Scott sigue viviendo con su agotada madre, una enfermera de Urgencias, y malgasta el tiempo fumando porros, quedando con sus colegas -Oscar, Igor y Richie- y viéndose en secreto con su amiga de la infancia, Kelsey. Pero cuando su madre empieza a salir con un bombero bocazas llamado Ray, se desencadena una serie de acontecimientos que obligarán a Scott a enfrentarse a su dolor y a dar sus primeros pasos hacia una vida de verdad.