Desde hace años, los residentes de las viviendas de protección social del barrio de Cabrini-Green (Chicago) han vivido aterrorizados por una fantasmagórica historia que se ha ido transmitiendo de generación en generación: la leyenda de un sobrenatural asesino con un garfio a modo de mano, que se aparece con solo repetir su nombre cinco veces frente a un espejo.
Una década después de la demolición de la última torre de Cabrini, el artista Anthony McCoy y su pareja, la galerista Brianna Cartwright, se han mudado a un lujoso loft de la zona, gentrificada con el paso de los años y habitada ahora por jóvenes adinerados. Con la carrera artística de Anthony en plena crisis creativa, un encuentro fortuito con un vecino del barrio conduce a Anthony a explorar la trágica historia real que dio origen a Candyman.
Ansioso por conservar su estatus en las élites artísticas de Chicago, Anthony comienza a investigar los macabros entresijos de los mitos que rodean a Candyman como inspiración para su obra. De esta manera, y sin ser consciente de ello, Antony comienza a abrir la puerta de un mundo que amenazará su propia cordura y desatará una aterradora ola de violencia.
Pues de empatía con las pelis de zombies entre 0 y nada, así que hice bien en no verla. Y…