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Película de estudio, lo cual implica una gran factura y la capacidad para reunir a tres de las actrices con más renombre del momento, aunque merced al maquillaje y a cuenta de parecerse a la periodista que interpreta, Charlize Theron no parece ella. Es un drama basado en hechos reales y estructirado argumentalmente en torno a una doble denuncia que no podía estar más en boga: por un lado los comportamientos machistas de Roger Ailes al frente de Fox News y de Donad Trump como presidente de EEUU y por otro los fangosos mecanismos de un sistema piramidal,  despiadado en su exigencia, que hace la vista gorda ante ciertas cosas que la sociedad empieza a no tolerar. No me cabe duda que estaba pensada con miras muy elevadas y aunque resulta interesante, no consigue del todo lo que se proponía porque ni es todo lo valiente que nos gustaría como espectadores ni tampoco epata emocionalmente como sería deseable. Sí insinúa con acierto la indefensión femenina y las turbiedades del mundo tras las cámaras de la televisión (no sólo del plató y de la redacción, sino también de los pisos superiores), pero el relato combinado de las tres mujeres protagonistas exigía que nos identificáramos mejor con ellas y que se nos explicara con más tino el microcosmos en que se mueven. “El escándalo” ofrece un torrente de escenas, situaciones e información pero, en ocasiones, es preferible la concreción y la sutileza para ser más incisivo, en algunos momentos lo logra. Consiguió el óscar a mejor maquillaje y Theron y Robbie fueron nominadas como mejor actriz principal y secundaria respectivamente. Inevitablemente esta película recuerda por temática a “Network, un mundo implacable” (Sidney Lumet, 1976), título muy superior.