Aún recuerdo con notable disgusto cuando Ediciones Minotauro promocionaba la correcta “Bajo la hiedra” de Elspeth Cooper comparando el libro con “El nombre del viento” de Patrick Rothfuss, y vuelvo a fruncir el ceño cuando en la portada de “La chica de fuego y espino” de Rae Carson el sello Timun Mas repite la osadía, en esta ocasión comparando el libro con un clásico imperecedero como “La princesa prometida” de William Goldman. ¿De verdad la comparación se ajusta a la realidad?

image1Elisa es la elegida. También es la menor de dos princesas, la que nunca ha hecho nada importante, la que no sabe cómo logrará hacerlo. Ahora que ha cumplido dieciséis años, se ha casado en secreto con un apuesto rey. Un rey de un país convulsionado, un rey que necesita que ella sea la elegida y no una princesa inútil.
Pero él no es el único que se ha fijado en ella: hay siniestros enemigos que quieren atraparla y un revolucionario idealista que piensa que ella es la única que podría salvar a su a pueblo. Pronto no sólo su vida, sino también su corazón estarán en juego.
Elisa podría serlo todo para aquellos que la necesitan. Si la profecía se cumple. Si encuentra el poder que reside en su interior. Si no muere joven, como casi todos los elegidos.

Evidentemente “La chica de fuego y espino” (“The girl of fire and thorns”) de Rae Carson no es, ni mucho menos, “La princesa prometida” de William Goldman… aunque sí que es posible encontrar algunos aspectos en común que pueden justificar una comparación, si uno se esfuerza un poco.
Para empezar, la magnitud de la obra de “La princesa prometida” puede medirse por la categoría de su autor, el escritor, articulista, novelista y guionista norteamericano de origen judío William Goldman (Highland Park, 1931) responsable de míticos guiones de películas como “Harper, investigador privado”, “Dos hombres y un destino” por el que ganó un primer Óscar, “Todos los hombres del presidente” por el que ganó un segundo Óscar, “Maratón man” o “Un puente lejano”. O por la repercusión de la obra, que vivió una notabilísima adaptación cinematográfica a finales de los años ochenta de la mano de Rob Reiner y protagonizada por Cary Elwes, Robin Wright, Chris Sarandon, Mandy Patinkin, Wallace Shawn, Fred Savage, Christopher Guest o el ex-luchador André el Gigante que aún hoy permanece en el imaginario de muchos treintañeros junto a “Los Goonies”, “Star Wars” o las películas de Indiana Jones, entre otras.
Por su parte Rae Carson debuta con esta obra en el mundo de la literatura, al que llega tras haber deambulado por la enseñanza, las ventas corporativas, la atención al cliente o la arquitectura. Nadie garantiza que un éxito pueda convertirse en una carrera de larga duración como la de Goldman, ni la capacidad de pasar de la literatura al cine o al periodismo con la facilidad del escritor de Chicago. De hecho es injusto comparar a Rae Carson y su opera prima con el trabajo más conocido de un escritor y guionista de prestigio ganador de dos Óscars, puesto que la escritora de Ohio saldrá siempre perdiendo desde cualquier ángulo que se quiera empezar a diseccionar a ambos autores.
También es conveniente señalar, para poner en evidencia el exceso de la comparación entre los trabajos de Goldman y Carson que propone la editorial, que el contenido de los dos libros es diferente aunque tangencialmente pueda coincidir el público al que va dirigido. Mientras que “La princesa prometida” era una obra dirigida a todos los públicos, que podían disfrutar por igual los lectores jóvenes ávidos de aventuras, magia, fantasía y amores románticos y los lectores más adultos dispuestos a dejarse llevar por una prosa ágil y bien elaborada, es innegable que “La chica de fuego y espino” está dirigido a lectores adolescentes (sobretodo lectoras), a la generación de “Crepúsculo”, de “Memorias de Idhún”, de “El Legado” o de “Los juegos del hambre”, y resultará empalagoso e ingenuo para los lectores de más edad o con poca capacidad para bajar el listón de su exigencia.
Pero, es cierto, en “La chica de fuego y espino” hay intrigas palaciegas y juegos de tronos, princesas en apuros, rebeliones en el desierto, secuestros y aventuras, romances prohibidos, y traiciones sangrientas, pero esos aspectos son demasiado tangenciales como para poderla comparar con “La princesa prometida”. Si eso fuese suficiente para compararlas habrían miles de novelas como la de Goldman.

En “La chica de fuego y espino”, la primera entrega de una trilogía que completarán “The Crown of Embers” y “The Bitter Kingdom”, nos embarcamos en un viaje a un mundo de fantasía donde, una vez cada cien años, una persona es elegida para un destino especial.
Esta elegida es la princesa Elisa, que ha vivido siempre a la sombra de su hermana mayor Elodia y que, el mismo día de su cumpleaños, se ve obligada a casarse con el rey de un país lejano en medio del desierto, en secreto y a toda prisa. Pero su matrimonio con el rey Alejandro de Joya del Desierto, el sueño de cualquier princesa de cuento de hadas, no es más que una farsa, un engaño, y Elisa debe permanecer en el anonimato, en un reino que desconoce a punto de entrar en guerra con una nación misteriosa, enfrentada a una corte que la desdeña, y esconder ante todo el mundo que es la portadora de la Piedra Divina, un poder que ni controla ni conoce, y que es esencial para la supervivencia de su reino.

La protagonista seleccionada para cumplir la profecía de “La chica de fuego y espino”, casarse en secreto con el príncipe de un reino lejano y cargar con la Piedra Divina en su ombligo es Elisa, princesa de Orovalle, una antiheroína que difiere muchísimo del clásico rol de fémina bella, delgada, con carácter y muy segura de si misma. Ni rastro de la Merida de “Brave”, o de la Katniss Everdeen de “Los juegos del hambre”, la Rapunzel de “Enredados” o incluso, en cierta forma, de la Buttercup de “La princesa prometida” que espera su funesto destino con desgana tras la muerte de su amado Wesley. La Elisa de “La chica de fuego y espino” es el simple peón de una confabulación, una pieza menor en un juego de intrigas de palacio, que empieza la narración como una chica muy entrada en carnes, indecisa y mimada que nunca ha salido de su jaula de cristal y que, a medida que avanza el texto, empieza a adquirir consistencia, a tomar decisiones, se enfrenta a sus miedos y aprende a valerse por si misma.

En conclusión, “La chica de fuego y espino” es una novela que no ofrece todo lo que promete y que carga con la exagerada comparación con “La princesa prometida” (“Si te gustó La princesa prometida, no dejes de leer esta novela”), a la que no se le acerca ni en calidad, ni en contenido, ni en forma. Lástima, pues la opera prima de Rae Carson no es un libro mediocre sino que es una novela de magia y fantasía para chicas adolescentes que consigue salir del radio de influencia de los vampiros para dar forma a una historia inteligente, compleja y con unos personajes diferentes a los arquetipos tradicionales del género.
Todo ello narrado con una narración algo pesada, un ritmo espeso y cansino durante el primer tercio del libro que llega a desesperar, escasez de acción que aburrirá a los lectores de “Harry Potter” en busca de escenas con efectos especiales, mucha descripción, algún giro argumental inesperado que le da interés a la historia y despereza, y una narración construida con varias tramas diferentes que se irán entrecruzando para terminar confluyendo en un desenlace previsible pero salpicado con pequeñas sorpresas. Para disipar las dudas quizás habría que añadir un par de premios para dar lustre (fue una de las cinco finalistas del American Library Association’s William C. Morris Debut Award 2012 y nominada por la SFWA al Andre Norton Award for Young Adult Science Fiction and Fantasy Book) para ignorar las comparaciones erroneas y lanzarse a la lectura por el entretenimiento simple y sin pretensiones que ofrece “La chica de fuego y espino” a los lectores que se ajustan al perfil.

La chica de fuego y espino.
Autora: Rae Carson (
www.raecarson.com)
Título Original: “The girl of fire and thorns”
Traducción: Emilio G. Muñiz y Emma Fondevila
Editorial: Timun Mas
Colección: Fantasía Épica
Fecha Publicación: Junio del 2012
ISBN: 978-84-480-0317-3
Formato: 14×22,5cm. Rústica con solapas
Páginas: 384
Precio: 16,95 euros (11.99 euros en formato electrónico ePub)