Mi primera reacción con “Zorglub” en las manos fue… ¡no, no y no! Jose Luis Munuera deberia estar dedicando todos sus esfuerzos, cuerpo y alma, a la quinta y última entrega de “Los Campbell“. ¿Que hacía con un spin-off de Spirou y Fantasio que no le habíamos pedido? ¿Qué les sucedió a Campbell, Ítaca, Génova y compañía y al oro de San Brandamo? Pero las cosas cambiaron radicalmente en cuanto abrí el cómic. Del malhumorado “No, no y no” me pasé a un entusiasta “Sí, sí y sí”.

Zandra, una adolescente de 16 años, va al cine a ver una película con su novio, André. Cuando salen, unos zorgbots la secuestran para llevarla con su padre, que no es otro que el malvado y genial Zorglub. Tras una gran discusión sobre el derecho a la intimidad y la sobreprotección, Zorglub, cabreado y abrumado, activa por error un rayo láser experimental que aterroriza a media ciudad. Al día siguiente, junto a su mayordomo Frédorg, nuestro brillante inventor toma la decisión de que ha llegado el momento de hablarle a Zandra sobre su madre y sus orígenes. Pero no será posible ya que tendrán que defenderse de un grupo de soldados armados que aparecen de repente y que van tras un nuevo e infalible invento de Zorglub.

Las aventuras de Spirou y Fantasio fueron creadas originalmente por Robert Velter ‘Rob-Vel’ para la revista de Jean Dupuis “Le Journal de Spirou” en 1938, y es uno de los clásicos eternos e imprescindibles del cómic europeo. El sociópata y megalómano Zorglub debutó en el año 1960, en el álbum “Z como Zorglub” (“Z comme Zorglub” con el guión de Greg y los fondos de Jidéhem), y desde su primera aparición como antagonista de Spirou y Fantasio se convirtió en el villano más carismático de la saga.

El responsable de su creación fue el belga André Franquin, maestro y referente máximo de la llamada ‘École de Marcinelle’ de bande dessinée francobelga, que durante su etapa en la cabecera transformó la serie al convertir las aventuras de Spirou y Fantasio en historias largas con argumentos muy elaborados, y por crear un gran número de carismáticos personajes secundarios como el Conde de Champignac, el Alcalde, el aspirante a dictador Zantafio, el adorable Marsupilami, y la periodista Seccotine, entre otros. Y, por supuesto, Zorlgub, que en el díptico “Z como Zorglub” y “El retorno de Z“, se nos presentó como un genio malvado, un científico con ínfulas que pretendía dominar el mundo y controlar la voluntad de hombres y mujeres mediante la Zorglonda, un rayo para manipular la mente y crear un ejército de Zorghombres. En entregas posteriores Zorglub ha ido oscilando entre el bien y el mal, se ha reformado y ha vuelto a delinquir, ha cambiado de bando como quién cambia de camisa, sin dejar de ser traicionero e insidioso, pero justamente esta ambigüedad y sus planes retorcidos son los que le han convertido en uno de los favoritos de los lectores.

En “Zorglub 1. La hija de Zorglub“, publicado originalmente en francés por Dupuis entre los números 4117 y 4125 de la revista “Spirou“, de marzo a mayo de 2017, Zorglub nos presenta a su hija Zandra, una adolescente normal, con problemas, preocupaciones, intereses y sentimientos de adolescente normal,… si no fuese porqué su padre es un genio del mal que, en más de una ocasión, ha puesto al mundo en crisis. Un científico malvado que, al margen de sus objetivos megalómanos, ejerce de padre obsesivo, controlador, desconfiado y sobreprotector. Pero, claro, su hija desconoce un increible secreto acerca de sus orígenes que se merece toda la atención de su abnegado padre, y mucho más.

El prolífico autor de “La hija de Zorglub” es el murciano José Luis Munuera (Lorca, 1972), que acumula ya más de veinte álbumes de historieta publicados en Francia, incluyendo sus primeros trabajos con Joann Sfar (tres tomos de “Les Potamoks”, cuatro de “Merlin”,…) y Jean-David Morvan (quince álbumes de “Nävis”, “Merlin” a partir del quinto tomo, “Sir Pyle S. Culape”,…), las cuatro entregas de la pentalogía “Los Campbell” que nos tiene robado el corazón, y también puede presumir de experiencia en el universo francobelga “Spirou y Fantasio” con cuatro magníficos álbumes de la mítica cabecera (“Paris bajo el Sena”, “El hombre que no quería morir”, “Spirou y Fantasio en Tokio” y “A los orígenes de Z”), entre 2004 y 2008, junto al guionista Jean-David Morvan.

En los últimos años ha colaborado con autores de la talla de Enrique Bonet (en “El juego de la luna”, por el que fue seleccionado en el Salón del Cómic de Angouleme y premiado por votación popular como Mejor obra de autor español del Salón Internacional del Cómic de Barcelona del 2009) o Juan Díaz Canales (en “Fraternity”) y ha desarrollado algunos trabajos notables en solitario (el divertidísimo “Walter el Lobo” con Dib·buks o “Oficio: Dibujante” para Astiberri).

Y en “La hija de Zorglub” (“La Fille du Z“) José Luis Munuera nos demuestra una vez más que es un dibujante increible, pero también un narrador en mayúsculas que mantiene el interés y la frescura en la historia, con un ritmo ágil y giros argumentales tan sorprendentes como inesperados, cubiertos siempre con un barniz humorístico desternillante que harán las delicias de los lectores de todas las edades.

El dibujo de Munuera es, otra vez y como sabemos quienes venimos siguiendo el trabajo de este lorquino residente en Granada desde hace muchos años, una maravilla. Dinámico y expresivo, un punto ‘cartoon’, referente indiscutible de cómo un autor español puede triunfar en el mercado francés.

Munuera es, posiblemente, el mejor dibujante que han tenido las aventuras de Spirou y Fantasio después de Franquin y Janry, y posiblemente el que se ha mantenido más cerca del estilo gráfico de Franquin, añadiendo su propio toque.

Y el color, como ya es habitual en la obra del dibujante murciano, es responsabilidad del vasco Sergio Román ‘Sedyas‘, que ya había colaborado con el dibujante en “Sortilegios” y “Los Campbell“, donde podemos disfrutar una vez más de un elegante y inconfundible colorido que aporta dinamismo a la historia y profundidad a la evolución de los personajes.

Y el broche de oro a “La hija de Zorglub” es, sin la menor duda, la cuidada edición de Dib·buks de tapa dura con lomo plateado. Sí, como ya sabéis, la editorial madrileña Dib·buks celebró en el año 2014 su décimo aniversario con el anuncio de que Spirou, a Fantasio, al Marsupilami, a la ardilla Spip, a la periodista Seccotine, al chiflado conde de Champignac, y a sus antagonistas Zorglub, Zantafio o Cianuro se incorporaban a su selecto catálogo. Fue una gran noticia, y en ViaNews nos hicimos eco de ello con entusiasmo. Y lo seguimos haciendo con cada nuevo álbum que publican.

En conclusión, “La hija de Zorglub” es un cómic muy recomendable, cargado de acción, ritmo, numerosos chistes, muchas autorreferencias, pero que puede leerse sin conocer ni un ápice del universo de Spirou y Fantasio. Es cierto que el argumento del padre sobreprotector y la hija rebelde adolescente está ya bastante manido, pero Munuera ha sabido coger el guante, dar un pequeño giro a la idea, y al final resulta muy entretenido ver al malvado Zorglub ejerciendo ese papel… otra vez. ¿Otra vez? Sí, en una serie de dibujos animados de dos temporadas y treinta nueve capítulos, emitidos entre los años 2006 y 2009, ya apareció una hija de Zorglub llamada Zaoki, que era ecologista y pacifista.

Así, José Luis Munuera mete en la coctelera un guión lleno de diversión y humor inteligente junto con un dibujo elegante con mucho movimiento para servirnos un álbum de aventuras que hará las delicias tanto de jóvenes como adultos.

Zorglub 1. La hija de Zorglub
Autor: José Luis Munuera
Color: Sergio Román ‘Sedyas’
Título original: Zorglub 1. La Fille du Z
ISBN: 978-84-16507-91-7
Formato: 22x30cm. Cartoné. Color
Páginas: 64
Precio: 16,00 euros