Un tigre y un chico hindú en una barca por el océano, una historia imposible y exótica que encierra una alegoría que nos habla sobre Dios y la existencia y que nos invita a la introspección. Quién no conciba el cine más que como un entretenimiento, por favor, absténgase.
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Título original: Life of Pi.
País: EEUU.
Duración: 127 min.
Género: Drama.
Reparto: Suraj Sharma (Pi Patel), Irrfan Khan (Pi adulto), Tabu (Gita Patel), Rafe Spall (escritor), Adil Hussain (padre de Pi), Gérard Depardieu (Cook). Guion: David Magee; basado en la novela homónima de Yann Martel. Producción: David Womark, Gil Netter y Ang Lee.
Música: Mychael Danna.
Fotografía: Claudio Miranda.
Montaje: Tim Squyres.
Diseño de producción: David Gropman.
Distribuidora: Hispano Foxfilm.
Estreno en USA: 21 Noviembre 2012.
Estreno en España: 30 Noviembre 2012.
Calificación por edades: No recomendada para menores de 7 años.
Vi esta película hace más de una semana y cuanto más pienso en ella y cuanto más recuerdo sus imágenes más me gusta. De hecho crece su importancia conforme pasa el tiempo porque es diferente a todo, es peculiar y es profunda, tiene miga. Y lo mejor es que como tiene varias lecturas posibles cada cual puede quedarse con la que más le llene y le sirva.
Comienza como si fuera una versión hindú de “Amelie” con un toque naif que linda con la comedia, de pronto se acelera y adquiere tintes dramáticos, pega un frenazo y casi se “para” muy al estilo de “Náufrago” aislándonos en medio del mar con el protagonista y un grupo de animales en una balsa, enloquece, se emparanoia, se convierte en una ensoñación que parece sacada de “Las mil y una noches” y de pronto se pone trascendente como el año pasado ocurrió con “El árbol de la vida” y nos invita a reflexionar…es una propuesta compleja, exigente pero también alegórica, exótica, enigmática….seguramente no dejará a nadie indiferente.
Ang Lee es así, un director inclasificable, capaz de abordar cualquier género y siempre eficaz, siempre acertado en todas sus propuestas. Repasar su filmografía quita el hipo porque es magnífica, pero lo mejor es que lo es sin que se pueda decir que tiene dos películas parecidas. El banquete de boda (1993), Comer, beber, amar (1994), Sentido y sensibilidad (1995), La tormenta de hielo (1997), Tigre y dragón (2000), Hulk (2003), Brokeback Mountain (2005) jalonan una carrera tras las cámaras sencillamente espectacular ya galardonada con el óscar a mejor director en 2005 por la historia de los dos vaqueros enamorados.
De nuevo sorprende y descoloca y lo hace con una película que tiene un halo espiritual, un tono a medio camino entre la fábula y el drama y que lo que pretende es que el espectador penetre en sí mismo, busque respuestas y medite sobre temas tan trascendentes como Dios, la existencia o el dolor. Por supuesto hay que tener ganas hacerlo y hay que ir sobre aviso de lo que se va a ver porque en caso contrario se corre el riesgo de llevarse un buen chasco. No es una película de “un chico y un tigre en una barca”, o bueno, sí lo es, pero eso no es lo esencial, es la anécdota, el vehículo mediante el que se nos cuenta algo mucho más profundo.
Eso sí, la anécdota esta realzada con 3D y hubiera sido imposible si no fuera por lo mucho que han avanzado las técnicas en efectos especiales. El tramo en la barca, que es el meollo de la película, la aventura propiamente dicha, en realidad algo así como un viaje iniciático resulta también entretenido porque el peligro acecha al protagonista y cualquier cosa puede pasar en cualquier momento.
Si algo tiene la película es precisamente esa capacidad para sorprendernos, para no poder anticipar que se esconde tras cada escena y esto es así tanto a nivel visual como a nivel narrativo, porque todo el relato está trufado de sucesos y giros inesperados y de imágenes poderosas de muchísimo impacto. Por así decirlo, ver esta película viene a ser como penetrar en un universo diferente, en el terreno de la ensoñación, de lo surreal, de lo mágico….y más que nunca lo sugerido, lo fantástico tiene una relevancia especial que se descubre justo al final.
La historia se basa en una novela fantástica de aventuras del canadiense Yann Martel (nacido en Salamanca pero afincado allí) que se convirtió en un best seller después de un periplo algo complicado por las editoriales. Posee una notable carga de profundidad de índole religioso y Ang Lee no sólo no renuncia a ella sino que la recalca, mostrándonos a un personaje que practica y se zambulle en el cristianismo, el budismo y el islamismo, algo que parece irónico y que resulta cómico tal y como está expuesto, pero que viene a ser una lección de sensatez porque sólo desde el conocimiento y la indagación es posible encontrar respuestas…..La historia tiene mucho de aprendizaje y posee un tono didáctico muy del gusto oriental uniendo relato fantástico y moraleja.
Ya digo que no creo que a todo el mundo le vaya a gustar, aunque de momento el éxito entre crítica y público está llevando a la película en palmitas hacia los próximos óscars. Pienso que es importante querer afrontar una película trascendente para disfrutarla adecuadamente y quien lo haga no se arrepentirá de haber pagado la entrada. Me temo que, al revés, quien busque sólo entretenimiento, sí se arrepentirá. Y por favor, padres, no llevéis a vuestros hijos más pequeños, se aburrirán.