Lo imposible” ya es la película española con más recaudación de la historia en apenas unas semanas, lo cual es motivo de alegría porque demuestra que el cine español también puede hacer este tipo películas y al público nos gusta ir a verlas.

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Título original: The impossible.
País: España.
Duración: 107 min.
Género: Drama, catástrofes.
Interpretación: Naomi Watts (María), Ewan McGregor (Henry), Tom Holland (Lucas), Samuel Joslin (Thomas), Oaklee Pendergast (Simon), Marta Etura (Simone), Sönke Möhring (Karl), Geraldine Chaplin (mujer mayor).
Guión: Sergio S. Sánchez, basado en un argumento de María Belón.
Producción: Belén Atienza, Álvaro Augustín, Enrique López Lavigne y Ghislain Barrois.
Música: Fernando Velázquez.
Fotografía: Óscar Faura.
Montaje: Elena Ruiz y Bernat Vilaplana.
Diseño de producción: Eugenio Caballero.
Vestuario: Sparka Lee Hall, Anna Bingemann y María Reyes.
Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España.
Estreno en España: 11 Octubre 2012.
Calificación por edades: No recomendada para menores de 12 años.

Impresionantes los datos de “Lo imposible” en apenas dos semanas desde su estreno pulverizando récords de taquilla en el cine español (y menos mal porque lo de “Torrente” me alegra por Santiago Segura, pero me parece muy poco serio, la verdad). Lo cierto es que con lo que ha costado, con el esfuerzo que se ha puesto en ella, es reconfortante comprobar que les ha merecido la pena a sus responsables, sobretodo porque eso quiere decir que es viable hacer superproducciones de este estilo en España y que nosotros como espectadores podremos disfrutarlas en el futuro.
J. A. Bayona recupera lo que ocurrió en Indonesia y concretamente en una zona turística de Tailandia en diciembre del 2004 cuando un tsunami mató a más de 230.000 personas a lo largo de la costa de varios países debido a olas de más de treinta metros de altura en lo que se considera una de las mayores catástrofes naturales de la historia. Focaliza su atención en una familia española formada por un matrimonio y tres niños que vivió el suceso en primera persona y gracias a ellos su relato se convierte en un drama de gran fuerza emotiva.

Ante todo la película es toda una experiencia, un suceso que sufrimos en cabeza ajena pero que vivimos con gran intensidad gracias a una puesta en escena espectacular en la que los efectos especiales y el extraordinario trabajo tras la cámara del director hacen confundir lo que es ficción con la realidad, en una muestra de hiperrealismo de lo más impactante que he visto en un cine a un nivel similar a ese comienzo espectacular que tenía “Salvar al soldado Ryan”. Recuerdo en su día que la película de Spielberg me dejó temblando tras el desembarco, pues aquí tenemos ahora un tsunami que se te echa encima literalmente, que te hunde, que te ahoga, que te aleja hacia la muerte o te devuelve a la vida, que te separa del resto de personajes o te los acerca entre tragos de agua enlodada. ¡¡¡Impresionante!!!! No me extraña que haya casos de gente que vomita o sale del cine descompuesta, como experiencia el tsunami de Bayona es absolutamente sobrecogedor. Uno puede hacerse idea de lo que fue, pero viendo esta película uno sabe lo que fue.
Al margen de la espectacularidad que posee esta película, más cercana al cine de terror y de catástrofes que a otra cosa, hay un indudable componente dramático y sentimental. La película realmente es una historia de superación personal. Bayona cuenta el suceso desde el punto de vista de una familia, de alguien como tú y como yo, como cualquiera y por ello es inevitable empatizar con los protagonistas, sentirlos cercanos y emocionarse con su drama. Evidentemente los actores hacen además un gran trabajo (especialmente Naomi Watts y Tom Holland), así que es tener la sangre de horchata si las lágrimas no afloran alguna vez y si no las lágrimas, sí al menos los congojos con el cuerpo zarandeado apunto de estallar. Cosa de cada uno es contenerlo o dejarse llevar, para lo cual es conveniente ir bien pertreñado de cleenex.

Reconozco que nunca me habían hecho llorar tanto en un cine (tampoco a ríos, simplemente no pude controlar la emoción un par de veces), aunque es posible que sea más porque peinando los cuarenta me importa ya un bledo que alguien me vea lagrimear, que ya no es edad para ir de machito. Bayona consigue eso tan difícil que es agarrarte los machos, zarandearte de arriba y abajo y cuando más expuesto te encuentras pulsar la tecla de la emoción haciendo desbordar no sólo el océano sino todo lo que llevas dentro queriendo salir. KO te deja en el suceso y en el postsuceso, cuando la realidad sobrepasa a los personajes y cuando los personajes tratan de controlar su realidad y es inevitable deducir que hay que ser muy bueno para lograrlo por muchos medios que tengas a tu alcance.
No cometeré el error de decir que es la mejor película del año, habrá seguro otros títulos más artísticos y muy bien trabajados. A fin de cuentas y como ya he dicho antes es ante todo una experiencia y es posible que como tal haya gente que no la disfrute en absoluto porque la dureza de muchas imágenes puede venirse encima tan de improviso como un alud, pero sí me atrevo a decir que no recuerdo una película que me haya dejado tan desnudo, tan a merced de sensaciones y sentimientos y desde luego está muy bien hecha.
Si la vida se compone de experiencias, esta película es una de las que merece la pena, sea uno o no asiduo a esto del cine. Como todo, gustará más o menos, llegará más o menos, pero no dejará indiferente y, desde luego, hay que verla pagando una entrada, no tiene sentido hacerlo en ningún otro lugar que no sea una sala, porque sólo con pantalla grande, con sonido envolvente y con la magia que posee un cine puede disfrutarse en toda su intensidad…..Si gusta, se pasará en un suspiro.

Por cierto, impactante ver como en un cine abarratodo, la película acaba y hay un silencio sepulcral y comprobar el desfile de personas saliendo con los ojos húmedos y el cuerpo zarandeado mientras suena la magnífica banda sonora de Fernando Velázquez. Ya digo, imposible que sea lo mismo delante de un televisor.