Es  posible que cuando leais esta reseña os sintáis tan escépticos como yo cuando el año pasado leí que ésta película era una de las mejores del año y una de las favoritas a entrar en la decena de nominadas a mejor film en los óscars; pero el caso es que es cierto, estamos ante una pequeña perla que, gustando más o menos, está sin duda entre lo mejor del 2009.

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Título original: Fantastic Mr. Fox.
Países: USA y Reino Unido.
Duración: 87 min.
Género: Animación, comedia.
Doblaje original: George Clooney (Sr. Fox), Meryl Streep (Sra. Fox), Jason Schwartzman (Ash), Bill Murray (Badger), Wally Wolodarsky (Kylie), Eric Anderson (Kristofferson), Michael Gambon (Franklin Bean), Willem Dafoe (Rat), Owen Wilson (Skip), Jarvis Cocker (Petey).
Guión: Wes Anderson y Noah Baumbach; basado en el libro de Roald Dahl. Producción: Allison Abbate, Scott Rudin, Wes Anderson y Jeremy Dawson.
Música: Alexandre Desplat.
Fotografía: Tristan Oliver.
Montaje: Andrew Weisblum.
Distribuidora: Hispano Foxfilm.
Estreno en USA: 13 Noviembre 2009.
Estreno en España: 23 Abril 2010.

Por desgracia las películas de Wes Anderson no suelen estar demasiado bien publicitadas por aquí por España y aunque ignoro el motivo (aunque me lo imagino), el caso es que tiene su encanto “descubrirlas” aunque en honor a la verdad convertir a este director en un hallazgo es poco menos que un delito fílmico cuando ya ha rodado películas tan interesantes como “Academia Rushmore”, “Los Tenembaums, una familia de genios”, “The life aquatic” o “Viaje a Darjeeling”, todas ellas comedias con un poso dramático y guiones muy peculiares sobre gente con problemas personales que precisa del afecto de los más próximos para seguir adelante.

Anderson se sitúa en un subconjunto del cine norteamericano que podríamos denominar “independiente” y que se caracteriza por un exquisito cuidado del guión y puestas en escena imaginativas, del que también formarían parte Michael Gondry o Spike Jonze. De algún modo Anderson me recuerda también a Woody Allen, en el sentido de que construye sus historias en base a personajes excéntricos, perdedores, seres entrañables que buscan afecto y evolucionar en contacto los unos con los otros.

Curiosamente el director ha elegido para esta película un formato completamente inusual en su cine, la animación tradicional basada en la “stop motion” y ha recreado así una fábula con animales, un cuento de Roald Dahl (el escritor de “Charlie y la fábrica de chocolate”) en el que el Sr. Zorro después de unos años de vida tranquila y reposada con su mujer y su hijo decide “alegrarse la existencia” cambiando de casa y dando un último golpe contra los tres granjeros humanos más peligrosos del lugar Boggis, Bunce y Bean (fantástica por cierto la cancioncilla basada en ellos y en general toda la banda sonora de Alexander Desplat, nominada el año pasado).

Absolutamente todo en esta película posee una virtud muy especial y es que resulta una película original, fresca, un regalo para nuestros sentidos y nuestro ánimo. En clave de comedia existencial plaga de grandes momentos Anderson parece desarrollar una idea y una moraleja que es a la postre con la que debemos quedarnos. Por un lado la idea es la que emana del cuento de la rana y el escorpión, no sé si os suena. El caso es que había una vez un escorpión que pretendía cruzar un río y pidió ayuda a una rana y aunque ésta, temerosa y precavida, se negó en un principio, finalmente accedió bajo la promesa de que el escorpión no le picaría; pero al cruzar el río el escorpión picó a la rana sintiendo no haber podido evitarlo. Pues bien, el Sr. Zorro es en este caso como el escorpión y dado que es un zorro, pese a llevar años sin cazar por deseo y promesa hecha a su mujer, a fin de cuentas es un zorro y esa verdad inapelable es el motor argumental de la película. En el tramo final, cuando los acontecimientos se han desencadenado le dice a su mujer: “Felicity, te amo” y ella le contesta “Yo también, pero no debí casarme contigo” y sin embargo es la propia Sra. Zorro la que también comenta “Todos somos diferentes, sobretodo él, pero eso nos hace fantásticos”. Esa es la idea sobre la que pivota el argumento y sobre la que se construye un guión excepcional, lleno de ironía, de un fino humor que en el fondo se ríe de nuestras propias debilidades y complejos (sensacional el hijo del Mr. Zorro, celoso de su primo el “atleta” Kristoferson) y en el que hay tiempo para la sonrisa, la carcajada, la meditación, la acción, la ternura, el amor, etc.

Por supuesto no es una película sólo para adultos, que esencialmente lo es (ya no debería descolocarnos el hecho de que sea de animación porque la animación desde hace muchos años ha dejado de ser un territorio exclusivo para infantes, quizás nunca lo fue), los niños también pueden disfrutar de ella (sensacional el recurso de sustituir las palabrotas por el “taco”: “Me taco en la mar”) puesto que resulta muy entretenida y visualmente sorprendente. A mí particularmente me parece extraordinario todo lo que tiene que ver con el apartado audiovisual, no sólo porque el soundtrack es fabuloso (tanto banda sonora como sonido), sino también porque cada escena está trabajadísima no sólo en los movimientos de los personajes sino también en los decorados y cada uno de los pequeños detalles que son pura artesanía y diseño de la más alta creatividad.

Vamos, que no quiero quedarme corto, pero todo es magnífico de inicio a fin. No sólo se trata de una comedia divertida que te sorprende visual y argumentalmente, además te hace pensar y queda grabada en tu recuerdo. Desde luego es injusto que no se hable más de esta película, que no tuviera más éxito y que pasara desapercibida por los cines y la recomiendo vivamente guste o no la animación, aunque si gusta, no hay ninguna duda, es OBLIGATORIO verla.

Un aplauso por Wes Anderson, con permiso de “Los Tenembaums” ha hecho su mejor película y su trayectoria me hace pensar que tarde o temprano logrará un bombazo reconocido por todos, tiempo al tiempo.