Empecé con “Los Héroes“, la primera novela que me leí del escritor británico Joe Abercrombie, y a los pocos días me puse manos a la obra con “La mejor venganza“. Con la sonrisa iluminando todavía mi rostro, me lancé sobre “Tierras Rojas” y, aunque no me dejó tan buen sabor de boca como las dos obras precedentes, no puedo decir que no quedara satisfecho. Para mi alegría aún me quedan por delante los tres volúmenes de “La Primera Ley“.
image1Shy Sur creía haber enterrado su sangriento pasado, pero tendrá que recuperar algunos de sus viejos hábitos para rescatar a sus hermanos. Comienza la persecución con un par de bueyes y su cobarde padre adoptivo Lamb por toda compañía. Pero Lamb también tiene sus propias cuentas por ajustar…
El viaje por las áridas llanuras, marcado por viejas hostilidades, duelos y matanzas, los conducirá a un enfrentamiento con los Fantasmas. Peor aún, les obligará a aliarse con Nicomo Cosca, infame soldado de fortuna, y su abogado Temple, dos hombres de los que nadie debería fiarse.
A estas alturas creo que no voy a descubrir al escritor británico Joe Abercrombie (Lancaster, Inglaterra, 1974) a nadie. Al menos, a nadie que visite con cierta asiduidad nuestra página, se lea nuestras recomendaciones literarias o que conozca un poco el género de la literatura fantástica, más allá de los populares y mediáticos Tolkien y George. R.R. Martin. Psicólogo por la Universidad de Mánchester, escritor de novelas de fantasía adulta y editor cinematográfico, su carrera ha sido meteórica, y en menos de una década se ha situado en el Olimpo del género: escribió “La voz de las espadas” entre 2002 y 2004, fue editada en 2006 por la editorial Gollancz, le siguieron los otros dos libros de la trilogía en 2006 y 2007 (“Antes de que los cuelguen” y “El último argumento de los reyes”), y en 2008 ya participaba en la serie World of Fantasy de la cadena británica de televisión BBC junto con otros autores de talla mundial y largo recorrido como como Michael Moorcock, Terry Pratchett y China Miéville. Su ritmo de producción, pese al éxito, no disminuyó. Incluso se aceleró. En el año 2009 publicaba la novela “La mejor venganza”, en 2011 “Los Héroes” y en 2013 este “Tierras Rojas”, tres novelas independientes y autoconclusivas ambientadas, a modo de spin-off, en el mismo mundo de la trilogía de “La voz de las espadas”, con la que comparte incluso algunos personajes y autoreferencias. Todas ellas, publicadas en castellano de la mano del sello Runas de Alianza Editorial. Y el futuro se antoja tan prolífico como ilusionante, con una rumoreada antología de relatos breves publicada por la editorial británica Gollancz y la edición en castellano de la primera entrega de “Half a King”, la primera novela juvenil de Joe Abercrombie, cuyas siguientes dos entregas (“Half a World” y “Half a War”) verán la luz a lo largo del año 2015.
Pese a que cualquiera que lea estas palabras ya debe saber que Abercrombie es el soplo de aire más refrescante que ha recibido el género durante la última década, me parece justo y honesto reiterar, una vez más, mi predisposición a elevar a los altares a un tipo que, con “Los Héroes” y “La mejor venganza” (y, en menor medida, con esta “Tierras Rojas”), me ha provocó un impacto similar al que me dejó en George R.R. Martin con su “Juego de Tronos”. Sorprendente, con talento, complejo, seco y directo como un puñetazo al mentón.
Sorprendente por ser diferente, innovador y dispuesto a ofrecer algo nuevo al lector de un género que, como si fuese un enfermo crónico que entra y sale del hospital tan a menudo que más de uno aventura que le queda poco tiempo de vida, siempre parece que está a punto de desfallecer y languidecer por falta de estímulos y de renovación. Con talento por mantener la atención del lector y la tensión del relato durante cada frase, párrafo y capítulo. Complejo por ser capaz de trazar los hechos con un mosaico multicolor de personajes tan profundos como carismáticos, hasta el punto que uno desearía que todos y cada uno de ellos contaran con su spin-off particular. Y seco y directo por su calidad literaria abrumadora y su prosa adulta, sangrienta y sin censura, sin omitir la violencia (mucha violencia explícita), descriptiva hasta el más mínimo detalle. Y una mención especial a la brillante traducción de Javier Martín Lalanda, heredero de una labor previa encomiable de Raúl Sastre.
“Tierras Rojas” (“Red Country”) es la sexta novela de Joe Abercrombie, publicada originalmente en noviembre del año 2013 por Gollancz y en castellano por Alianza Editorial, una vuelta de tuerca a un género tan clásico como es el western, una revisión de las aventuras del Oeste, de clásicos del cine como “La diligencia” o “Río bravo”, obras maestras del séptimo arte dirigidas por el tuerto John Ford y siempre protagonizadas por John Wayne o George Randolph Scott, con sus indómitos desiertos de polvo, indios hostiles que defienden sus tierras, fiebre del oro, caravanas de colonos a la conquista de los territorios inexplorados, estampidas de reses, violentas peleas de taberna, pueblos sin ley y forajidos sin alma, pasado por el filtro de la fantasía.
El Oeste de Abercrombie podría enmarcarse dentro del subgénero conocido como el western crepuscular de Sam Peckinpah y Clint Eastwood, que suele hablar con nostalgia y toques de romanticismo sobre el fin de esa época, muy lejos del western épico y aventurero de los clásicos como John Ford (“La Diligencia”, “El hombre que mató a Liberty Valance”,…), Howard Hawks (“Río Rojo”, “Río Bravo”,…), Anthony Mann (“Winchester 73”), Raoul Walsh (“Murieron con las botas puestas”), Fred Zinnemann (“Solo ante el peligro”) o Nicholas Ray (“Johnny Guitar”), y alejado también del spaghetti western de Sergio Leone o del chili western mejicano.
El argumento casi es lo de menos, y la búsqueda de Pit y Ro, los hermanos pequeños de Shy Sur que han sido secuestrados de la granja familiar por una banda de maleantes, es el macguffin que aprovecha Abercrombie para desarrollar su libro ‘del Oeste’ particular. Sí, “Tierras Rojas” es un western. Es a la literatura fantástica lo que el “Sin perdón” (Unforgiven, 1992) de Clint Eastwood es al cine, y Joe Abrercrombie es al género de la fantasía escrita lo que Quentin Tarantino es al celuloide.
En “Sin perdón”, un pistolero retirado, viudo y padre de familia, que tiene dificultades económicas para sacar adelante a su hijos, se ve obligado a realizar un último trabajo y, en compañía de un viejo colega y de un joven inexperto, tendrá que cazar y matar a dos delincuentes. El protagonista, un hombre rehaibilitado y que vivía en paz consigo mismo, se volvía a convertir en el terrible y desdichado asesino y Eastwood nos lo narraba mediante un texto perfectamente engarzado, con personajes desarrollados con brillantes y una sólida estructura de tragedia clásica. Y en “Tierras Rojas” tenemos exactamente lo mismo: un hombre que vive escondido de su propio pasado, intentando cicatrizar heridas del cuerpo y del alma, que huye de un pasado plagado de muerte y violencia, pero que se ve obligado a regresar a la senda de sangre y fuego. Lamb, junto a un elenco de personajes tan heterogéneo como la durísima per a la vez tan dubitativa Shy Sur, el adorable oportunista Temple incapaz de encontrar su lugar en el mundo y que siempre escoge la peor de las opciones , el hedonista Nicomo Cosca, Capitán General de la Compañía de la Graciosa Mano, que nos demuestra que las buenas intenciones siempre terminan en el hoyo más profundo del cementerio, el explorador al más puro estilo ‘Buffalo Bill’ Dab Sweet, la escueta en palabras y enigmática en acciones Roca Llorona, los caudillos rivales Papá Anillo y La Alcaldesa que se disputan el control de un pueblo en medio de ninguna parte, la breve aparición de nuestro añorado desfigurado Caúl Escalofríos, y un numeroso grupo de buscavidas que tratan de salir adelante en esta historia oscura, descorazonadora y, a ratos, tan cruel con el alma del hombre que desespera pensar que no exista ni una chispa de bondad en el mundo repleto de inmundicia que ha tejido Abercrombie para sus personajes.
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En el camino de regreso de Lamb al pasado que le persigue no hay héroes, ni ninguna referencia a los personajes habituales del género con enormes corazones repletos de bondad, guerreros de brillante armadura que defienden a los débiles y los oprimidos a costa de su propia vida, magos de brillantes y luminosos hechizos que luchan por mantener la oscuridad recluída y encerrada en un rincón. No, en las obras de Abercrombie todos los personajes son personas oscuras repletas de manchas en un mundo oscuro, sean viejos o jóvenes, hombres o mujeres, valientes o cobardes, temerarios o prudentes, ingenuos o curtidos, muertos o supervivientes. Las matanzas, las escaramuzas y cada una de las muertes nos descubren el alma verdadera de quien sostiene la daga, de quien empuña la espada que ha provocado la herida fatal, de quien se enfrenta a la muerte con la serenidad en el rostro pero el miedo en los huesos, de quien yace en el polvo y con las entrañas al aire buscando una explicación a la absurdidad de su destino cruel, de quien huye del campo de batalla en busca de su propia salvacióny de quien asesina al inocente sin la menor piedad. Asesinos y torturadores, matones sin escrúpulos y borrachos traidores, sangrientos mercenarios y arribistas con ínfulas. Todos los personajes son más negros que blancos, pero están llenos de grises, y eso debe tener algo que ver con la formación de Joe Abercrombie, psicólogo, que ha sabido construir personajes creíbles, complejos y profundos. Imperfectos. Justo lo que se conoce como fantasía ‘grimdark’, con historias de trama y diseño oscuro, con entornos racistas, inmersos en guerras interminables, sin héroes puros e ingenuos.
Sí, en efecto, no os encariñeis con nadie: la muerte no perdona en los caminos que recorren las novelas de Abercrombie, y cualquiera puede terminar con el cuello cortado de un solo tajo, salpicando de sangre a todos a quienes le rodean. Es igual si son jóvenes sin experiencia en la vida lanzados a la aventura con la inconsciencia de la edad, o matones curtidos en mil batallas que se enfrentan a la persona equivocada en el momento menos adecuado, o los salvajes, caóticos y beligerantes ‘fantasmas’, puesto que la muerte espera a todos los que intentan levantar la cabeza en el lugar hostil, yermo, seco y caluroso en el que Abercrombie ambienta sus “Tierras Rojas”.
¿Y la mención a Tarantino? Unas palabras de mi compañero Vic en su reseña de “Tierras Rojas” ilustran perfectamente el lugar del escritor británico en el género y la comparación con el director de Knoxville: “A mi modo de ver son artistas similares, con una gran querencia por la violencia gratuita y por la contundencia de sus personajes a la hora de enfrentarse al mundo y de declamar las injusticias de éste y de cómo han enfrentado al mundo con su particular y sádica visión. Los diálogos de ambos rebosan mala baba, humor negro y mucha, mucha, verdad, tanta que puede resultar incómoda para el lector, y es que el fuerte realismo que impregna las obras de ambos autores no es algo soslayable“. Enfant-terrible del cine contemporáneo, una página importante en la historia del cine reciente, artista de un estilo propio que ha creado escuela, Tarantino es un director de cine sorprendente, con talento, complejo, seco y directo. Como Abercrombie.
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Como conclusión, es inevitable señalar que el inesperado éxito de la “Canción de Hielo y Fuego” de George R.R. Martin, sobretodo a raíz de la serie de televisión de la cadena HBO, ha demostrado que se puede hacer fantasía de calidad, realista y madura, y a la vez comercial y apta para todo tipo de paladares. La irrupción de la fantasía ‘adulta’ de “Juego de Tronos” en 1996 fue un soplo de aire fresco para un género amanerado y estancado y con la puerta abierta de par en par Patrick Rothfuss nos enseñó que se podía llegar un poco más allá. Y Abercrombie,… Bueno, Abercrombie ha demostrado que es posible ser tan bueno como Martin y Rothfuss, alejarse de los tópicos de la fantasía más tradicional, la de los dragones y los elfos, consolidar esta vuelta de tuerca de Martin que sacó al género de su letargo y su amodorramiento y, además, ser productivo.
Debo finalizar, una vez más, rindiendo pleitesía a mi indispensable Vic, que hace casi tres años ya me insistía con vehemencia que me zambullera en la obra de Abercrombie, y a sus palabras me remito: “Si tienes interés por leer fantasía adulta, de esa que le da sopas con honda a George R.R. Martin, si quieres conocer al Tarantino de la fantasía, sin duda Joe Abercrombie es el autor al que debes seguir.
Tierras Rojas.
Autor: Joe Abercrombie (www.joeabercrombie.com)
Editorial: Alianza Editorial
Fecha de publicación: Noviembre de 2013
Traducción: Javier Martín Lalanda
ISBN: 9788420678054
Formato: 22x15cm. Tapa blanda
Páginas: 632
Precio: 22 euros