Un biopic de argumento interesante, centrado en el espionaje científico de la 2ª Guerra Mundial (aunque no, no es bélica), al que sacan el máximo partido gracias a una producción esmerada y sobretodo a un extraordinario Benedict Cumberbatch.
 
 
 
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Título original: The imitation game 
Países: Gran Bretaña y EEUU. 
Duración: 114 min. 
Género: Biopic, drama, thriller. 
Reparto: Benedict Cumberbatch (Alan Turing), Keira Knightley (Joan), Matthew Goode (Hugh), Mark Strong (Stewart), Allen Leech (John), Charles Dance (Denniston), Rory Kinnear (detective Robert).
Guión: Graham Moore. 
Producción: Nora Grossman, Ido Ostrowsky y Teddy Schwarzman. 
Música: Alexandre Desplat. 
Fotografía: Óscar Faura. 
Montaje: William Goldenberg. 
Diseño de producción: Maria Djurkovic. 
Vestuario: Sammy Sheldon Differ. 
Distribuidora: Tripictures. 
Estreno en España: 1 Enero 2015. 
Calificación por edades: No recomendada para menores de 7 años.
  
 
 Una de esas películas que puedes recomendar a todo el mundo y acertarás. Es difícil no hacerlo, el tema es interesantísimo, está muy bien hecha, entretiene, atrapa tu atención hasta el final y conmueve. Vale, quizás no te apasione, pero deberás reconocer cuando la veas que te ha gustado. 

Necesitaba Benedict Cumberbatch una película con pedigree y  un papel protagonista con el que consolidar su carrera y es ésta. No es que los papeles que ha hecho anteriormente no sean sólidos o que no acumule títulos interesantes (lo recuerdo por ejemplo en “Expiación”, “Las hermanas Bolena”, “La verdad oculta”. “El topo”, “Caballo de batalla”, “El quinto poder”, “Agosto”, “Star Trek, en la oscuridad” y “12 años de esclavitud”), pero hasta este año sólo en la serie “Sherlock” (a verla si no lo habéis hecho, sin escusas) lo habíamos visto como personaje central y genio y figura y por fin tenemos un título donde es la piedra angular del conjunto.

No me cabe duda que “The imitation game”, y prefiero el título original a ese “Descifrando Enigma” que le han puesto en la traducción para dar pistas sobre el argumento, serie peor película si no la protagonizara Benedict Cumberbatch porque sobretodo es él con su magnífica interpretación el que multiplica el interés de un argumento con un punto de partida apasionante, pero en el que realmente no es que pasen muchas cosas.
 
La historia que nos cuenta es la de Alan Turing  ¡¡¡¡Cuidado SPOILERS!!!, un matemático británico que por el “terrible” pecado de ser homosexual en un mundo donde eso era poco menos que una indecencia prohibida fue procesado y condenado, terminó suicidándose y ¡¡¡ojo!!! hasta el 23 de diciembre del año 2013 en el que la reina Isabel II promulgó un edicto por el que se le exoneró oficialmente librándole de todos los cargos en su contra (a buenas horas mangas verdes) no se le empezó a reconocer su crucial importancia histórica no sólo por crear uno de los primeros ordenadores que se conocen sino también porque su máquina para descifrar Enigma (la máquina con la que elaboraban los mensajes cifrados los alemanes en la segunda guerra mundial) fue esencial en el tramo final de la contienda. Fin de SPOILERS
 
A priori el biopic de un matemático es el argumento menos atrayente que uno pueda querer ver en un cine, pero por obra y milagro de un guión francamente bueno, del director (Morten Tyldum) y de Benedict Cumberbatch la película se ve con sumo interés de principio a fin y uno sale del cine o termina el visionado muy satisfecho. Fue una de las cosas que más me llamó la atención al verla….se me hizo corta, me entretuvo mucho, su argumento y su desarrollo es muy simple, pero te engancha……Eso es una de las cosas más difíciles de hacer en el cine y más con un argumento como el que tiene esta película, señal inequívoca de que está muy bien hecha y que piensa y mucho en el público y que lo que se cuenta y la forma de contarlo sea interesante.
Ya digo que Cumberbatch es muy importante para que la película funcione, pero yo diría que estamos ante uno de esos castings perfectos en los que ningún actor sobresale, pero todos son adecuados para sus papeles. Keira Knightley, no siempre suficientemente valorada (como me gusta en “Begin again“), es la paternaire perfecta en este caso y cuando el argumento parece que va a tener un bajón de interés consigue evitarlo.
 
También contribuye mucho al disfrute una puesta en escena elegante, con un diseño de producción muy cuidado, casi siempre con los escenarios académicos de la Universidad como decorado y la magnífica banda sonora de Alexander Desplat acompañando a las idas y venidas de los personajes. Morten Tyldum intercala además pasado y presente en ocasiones para definir al personaje y proporciona una suerte de intriga interna que desemboca en unos cuantos momentos muy emocionantes.
 
Particularmente no es una película que me apasione, pero si la disfruté mucho y me parece que está realizada de forma impecable, con mucho conocimiento del medio, mucho mimo y una clara intención: entretener y conmover al público y vaya si lo consigue.