En las primeras páginas de “Thanos: El fin del infinito“, Jim Starlin aprovecha el prólogo para despedirse del Titán Loco. ¿Otra vez? La relación de Starlin con su creación más emblemática es larga, prolífica y tortuosa, y los acercamientos y alejamientos del artista y su personaje han sido numerosos. Parece que en esta ocasión la despedida es una decisión meditada y definitiva, y que con 70 años a sus espaldas Jim Starlin escoge una retirada a tiempo y una jubilación en condiciones que una ancianidad mal llevada, artísticamente hablando.
En el futuro lejano, Thanos es el ser más poderoso que existe. Pero no es suficiente. El Titán Loco también quiere gobernar sobre el espacio y sobre el tiempo, y eso incluye su propio pasado. Sólo su hermano Eros, su viejo aliado Warlock y Pip el troll pueden impedirlo.
He perdido la cuenta de la cantidad de veces que Thanos ha intentado cargarse el Universo Marvel. Imagino que vosotros estáis igual, y seguro que él también. Eso, sin contar las películas, que sumarían otros tantos intentos a la lista. “Thanos: El fin del infinito” es la conclusión de la épica trilogía de Jim Starlin y Alan Davis. De nuevo Thanos intenta destruir el universo y, de nuevo, Adam Warlock y sus aliados se interponen en su camino para deterner su nihilista plan. También de nuevo las entidades cósmicas sucumben al primer embate del Titán Loco, como si no hubiesen aprendido la lección. Y al final, también, el mismo Thanos es su peor némesis y la causa de su derrota. Déjà vu.
El llamado Titán Loco, hijo de Mentor, Adorador de la Muerte, uno de los inmortales Eternos de Titán, Genocida Universal, quien fue (brevemente) el señor del poder cósmico de las seis Gemas del Infinito, y el omnipotente, omnisciente y omnipresente poseedor del Guantelete del Infinito, con dominio sobre tiempo, espacio, poder, realidad, mente y alma, es una figura más que conocida dentro del Universo Marvel y si antaño eran necesarias las presentaciones, las películas del Universo Marvel “Vengadores: Infinity War” y “Vengadores: Endgame” lo han puesto en el candelero.
En el caso concreto de Marvel Comics, y obviando el universo cinematográfico y los cambios que han introducido en el personaje, Thanos es uno de los villanos más importantes, megalómano y conspirador, versión libre del Darkseid de DC Comics, antagonista destacado de las sagas cósmicas de La Casa de las Ideas, némesis de Adam Warlock, del Capitán Marvel y de los Guardianes de la Galaxia, un rival temible donde los haya, obsesionado con la Muerte, a la que ama, y con el poder, al que persigue, que ha intentado destruir el universo una y otra vez.
Por suerte, o por desgracia, para los lectores ya sabemos del hartazgo que de vez en cuando asola a Thanos en sus frustrantes búsquedas del amor, de la muerte, y del poder. Entre otros motivos, por su incapacidad manifiesta por alcanzar sus objetivos y dejar que estos se escapen siempre como arena entre sus dedos. Una y otra vez.
“Thanos: El fin del infinito” (“Thanos: The Infinity Ending“) es el tercer y último capítulo de la nueva trilogía dedicada al Titán Loco que empezó con “Thanos: Los hermanos del Infinito” y “Thanos: El conflicto del infinito“, en una historia está compuesta por tres actos, introducción, nudo y desenlace. Así, tras lo acontecido en las dos entregas precedentes, en los que Thanos ha seguido las indicaciones de una encarnación futura para alcanzar el poder absoluto, ha llega el momento de que Adam Warlock tome las riendas del asunto y corrija todos los desmanes del Titán Loco con ayuda de Eros, Pip… y Thanos. Y tras una compleja historia repleta de saltos temporales, cambios temporales, artimañas y engaños, alianzas imposibles, dobles juegos, traiciones y planes ocultos, los interrogantes se resuelven, el telón baja y Jim Starlin se despide, o así parece, del Titán Loco.
“Thanos: El fin del infinito” está dibujada por el maestro Alan Davis, uno de mis dibujantes favoritos de todos los tiempos. No creo que haya nadie que ignore su nombre, pues es uno de los mejores autores de cómic mainstream importado del mercado anglosajón, un dibujante dotadísimo cuyo talento, inmenso, no tiene límites y el universo de los superhéroes no le hace justicia a su estilo, limpio y fluido, dinámico y ágil. Con el entintado del siempre fiel Mark Farmer, por supuesto. Su trabajo se puede resumir en la colección “Excalibur” a finales de los años ochenta, donde narraba las aventuras interdimensionales y repletas de humor a un grupo mutante realmente diferente y original, protagonizada por el grupo de superhéroes con sede en Gran Bretaña.
Curiosamente Jim Starlin se despide en el prólogo de “Thanos: El fin del infinito” de su querido Thanos pero no hace lo mismo con Adam Warlock. Ambos comparten su odisea en esta trilogía, han sido rivales en numerosas historias y han sido siempre las dos caras de la misma moneda, pero Adam Warlock no es una creación de Jim Starlin, sino un mero secundario creado por Stan Lee y Jack Kirby para acompañar a Los Cuatro Fantásticos en el número 66 de la colección, en septiembre de 1967. Sin embargo, Roy Thomas y Jim Starlin fueron los encargados años después de darle un sentido, coherencia, continuidad e historia dentro del universo… aunque para los seguidores del UCM, Adam Warlock no existe. Mientras en los cómics de La Casa de las Ideas lleva más de cincuenta años luchando contra el Titán Loco Thanos o contra su contrapartida oscura, el Magus, entre muchos otros villanos cósmicos el director James Gunn solamente había esbozado al personaje en una escena post-créditos de “Guardianes de la Galaxia 2“, y allí quedó la cosa.
Sea cierto o no, se arrepienta o no de la decisión que ha tomado, Jim Starlin se ha despedido de Thanos y lo ha dejado marchar. Lo creó en 1972, poco después de licenciarse de la marina, y se despide de él en el año 2019, cuarenta y siete años después. Un adulto hecho y derecho. Es cierto que otros muchos artistas han tomado a Thanos bajo su tutela, lo han hecho crecer y evolucionar, y lo han convertido en el villano emblemático que es hoy, pero Jim Starlin es quién mejor comprende a su creación. Y aquí, en las páginas de “Thanos: El fin del infinito” y tras una nueva derrota en su lucha por alcanzar el poder absoluto, le dice adiós con una frase muy reveladora: “Los finales felices son un lujo que muy pocos tienen la fortuna de saborear“.
Thanos: El fin del infinito.
Autores: Alan Davis y Jim Starlin
Edición original: “OGN. Thanos: The Infinity Ending”
Fecha de publicación: Junio de 2020
ISBN: 9788413344270
Formato: 18,3×27,7cm. Cartoné. Color.
Páginas: 112
Precio: 17,00 euros
A ver, yo entiendo que estafa es cuando te quedas tú el dinero, no cuando el dinero es un donativo…