Silas Corey, es un héroe distinto. Detective, aventurero, espía y, si es necesario, asesino. Un canalla sin escrúpulos, y un sentimental sin remedio. Un oportunista y un vividor, pero también un caballero con principios y ética. La creación de Fabien Nury y Pierre Alary tiene algo de Sherlock Holmes, una pizca de Indiana Jones, pinceladas de Arsene Lupin, e incluso un aire a James Bond. Si no conoces aún a Silas Corey… ya va siendo hora que lo hagas.

silascorey2_portadaNoviembre de 1918. Para millones de franceses, la guerra ha terminado… para Silas Corey, acaba de empezar. En el día del armisticio, un detective moribundo irrumpe en los aposentos de Silas Corey con un críptico mensaje. Tras indagar en la vida del fallecido, Silas descubre que trabajaba para la Señora Zarkoff, una multimillonaria traficante de armas, y decide hacerse cargo de la misión que le fue encomendada: buscar a un soldado misteriosamente vinculado con la anciana.

Silas Corey: La Red Áquila” de Fabien Nury y Pierre Alary, publicado en castellano por Dib·buks, fue uno de mis cómics preferidos del año 2013. Ambientada durante la Primera Guerra Mundial, la historia que nos proponían Nury y Alary enfrentaba a Silas Corey, antiguo reportero, soldado desmovilizado, detective y aventurero a tiempo completo, contra el temible espía Aquila, que dirigía las operaciones en Francia del emperador alemán. El dibujo de Alary, la documentada ambientación, la compleja trama, el ritmo ágil, el tono aventurero y muy cinematográfico, y la calidad de la edición lo convirtieron en una de las obras más destacadas de aquel año, y uno de mis cómics favoritos de los últimos años. La secuela, “Silas Corey 2. El testamento de Zarkoff” (“Silas Corey. Le Testament Zarkoff”), publicada originalmente en dos entregas por Glénat en enero de 2015 y enero de 2016 y en castellano de nuevo por Dib·buks con una calidad extraordinaria, era una de las obras que esperaba con más impaciencia para este 2016. Y no, no me ha defraudado.

La parte gráfica de “Silas Corey 2. El testamento de Zarkoff“, como lo fue en “Silas Corey: La Red Áquila”, es responsabilidad de Pierre Alary, formado en la prestigiosa escuela de artes gráficas parisina de Gobelins y curtido como animador en los estudios Disney de Montreuil (participando en “El jorobado de Notre Dame”, “Hércules” y “Tarzán”). De hecho, y como también le sucede al español Juanjo Guarnido (“Blacksad”), su estilo bebe de la línea cartoon de Disney para dotar a su trazo de dinamismo, estilizado dibujo y una caracterización de personajes excelente. Su curriculum empieza a ser extenso, y su trabajo con “Les Échadeurs des Ténèbres“, la trilogía de “Belladona“, “Simbad” o la personal reinterpretación del clásico de Hermann Melville “Moby Dick” (editados ambos también en castellano por Dib·buks) le han merecido numerosos elogios. Los nuestros, también. Y no tuvo ningún prejuicio por dibujar para Marvel (“Spiderman Family”), aunque más de uno se llevó las manos a la cabeza, como si una figura del BD pudiese estar rebajando su estatus por poner sus lápices al servicio de La Casa de las Ideas. Menuda tontería.
El guion, quizás no tan redondo como el volumen precedente, de gran complejidad, con ritmo ágil y fluido, es un trabajo de Fabien Nury. Diseñador y publicista, su entrada en el mundo del cómic, a principios de este siglo, fue avasalladora: “W.E.S.T.” con Dorison, “Yo soy Legión” con John Cassaday, “Erase una vez en Francia” con Sylvain Vallée (premiada como mejor serie en el Festival de la Bande Dessinée d’Angoulême del año 2011), “Atar Gull” y “Tyler Cross” con el dibujante alemán Brüno,… Éste “Silas Corey 2. El testamento de Zarkoff” es una nueva demostración, para los que aún puedan tener alguna duda, que en Nury tenemos uno de los mejores guionistas de BD de la actualidad. Un tipo que, con cuarenta años de edad recién cumplidos, tiene una larga y prometedora carrera por delante.

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Es un hecho incontestable que las obras de Fabien Nury destacan por la enorme documentación que otorga y envuelve a las historias que nos cuenta, la reconstrucción de una época, plagada de detalles que solamente los más expertos podrán reconocer, dotándolas de una gran profundidad y un contexto sólido y coherente basado en hechos reales de momentos esenciales de la Historia, con mayúsculas. Este cómic no es un excepción, y Nury llevará al protagonista hasta Alemania de noviembre de 1918, el llamado periodo de entreguerras. El país se encontraba entonces en pleno proceso de reconstrucción, con el Armisticio de Compiègne recién firmado (el tratado firmado el 11 de noviembre de 1918 entre los Aliados y el Imperio Alemán con el fin de terminar las hostilidades en el Frente Occidental de la Primera Guerra Mundial) y la revolución popular que llevaría al cambio de la monarquía constitucional del ‘Kaiserreich‘ alemán, con la caída y abdicación del káiser Guillermo II, por una república, parlamentaria y democrática, y la proclamación de la República de Weimar.
De hecho estos hechos son básicos para entender lo que sucedió después. Y no hablamos tanto del Tratado de Versalles, ni de la sofocación violenta del Levantamiento Espartaquista, ni el asesinato de Rosa Luxemburg, sino que con la República de Weimar empezó en Alemania un periodo de gran inestabilidad, debido a la fragmentación parlamentaria en partidos minoritarios y al rechazo de los militares a aceptar la derrota de la Primera Guerra Mundial y los acuerdos draconianos impuestos por los vencedores. Sí, los primeros síntomas del fascismo incipiente que alumbrará el nazismo se empezaban a vislumbrar en el horizonte. Quedaban solamente quince años para la llegada del Tercer Reich.

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El protagonista de “Silas Corey 2. El testamento de Zarkoff” es Silas Corey, un personaje carismático que engancha al lector por ese seductor lado oscuro, una ambigüedad moral poco habitual entre los héroes y los protagonistas más canónicos, que convierten a este Sherlock Holmes a la francesa en algo muy distinto al investigador de Arthur Conan Doyle, acercando a este antiguo reportero, veterano de guerra desmovilizado de la infantería del ejercito francés (“por alergia al plomo“), detective y reportero, al detective privado Sam Spade, a Arsène Lupin, o al Philip Marlowe de Raymond Chandler, personajes que pasean por el filo de la navaja y a menudo hacen incursiones en los rincones más oscuros del alma del hombre. Un personaje con clase y brillo, arrogante y escurridizo, un dandy insoportable y cínico, un canalla que se ama y un sinvergüenza que se odia a la vez.

En la secuela de “Silas Corey 2. El testamento de Zarkoff” la historia empieza poco después del final de la primera entrega, durante las celebraciones en Paris de la victoria contra la ‘Dreibund‘ (la Triple Alianza formada por el Imperio alemán, el Imperio austrohúngaro e Italia) en la Primera Guerra Mundial y el fin de las hostilidades de la Gran Guerra. Miles de cadáveres aún yacen en las trincheras del centro de Europa (se estima que tan solo el número de soldados muertos ascendió a ocho millones y medio), pero es el momento de curar heridas y reconstruir países, un tiempo convulso para que las organizaciones secretas se alcen de las cenizas del conflicto y se posicionen entre las sombras para mover los hilos del poder, una época de vencedores y vencidos, fin de imperios y dinastías (a consecuencia de esta guerra cayeron cuatro imperios –el alemán, el austrohúngaro, el ruso y el otomano– y tres grandes dinastías, los Hohenzollern, los Habsburgo y los Romanov).
En este contexto, tras la misteriosa muerte de un viejo conocido, Silas Corey deberá viajar primero hasta Suiza, y luego hasta la convulsa Baviera en busca del heredero de una gran fortuna, el imperio de la señora Celestine Zarkoff, la traficante de armas que conocimos en “La Red Aquila” y que, retirada en su mansión de Suiza y con la muerte acechando, busca a un hijo pródigo, Johan Zichler, perdido en la tormenta de la guerra. O a sus herederos.

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Silas ha regresado por la puerta grande con una nueva aventura, que quizás no supera a su precedente pero que no decepciona ni un ápice. Este segundo arco argumental ofrece todo lo que promete, y eso no suele ser habitual. Fabien Nury y Pierre Alary recuperan a un personaje carismático y repleto de grises, Silas Corey, que tiene todos los elementos necesarios para convertirse en un clásico del BD, mezclan de nuevo género negro, política, intriga, acción y humor con desparpajo, aprovechan los intersticios de la historia y siembran la aventura de elementos históricos reales como la breve administración revolucionaria de ‘Bayrische Räterepublik‘, la sociedad esotérica Thule y su fundador Rudolf von Sebottendorff, la Revolución de Noviembre o la República de Weimar, que pueden despertar la curiosidad del lector y arrastrarlo de forma magnética hasta la sección de los libros de Historia en la biblioteca pública. O a la Wikipedia, que para el caso es lo mismo.

Silas Corey 2. El testamento de Zarkoff
Guión: Fabien Nury
Dibujo: Pierre Alary (http://pierrealary.blogspot.com.es)
Color: Bruno García
Editorial: Dib·buks
Fecha de publicación: Abril de 2016
ISBN: 978-84-16507-19-1
Formato: 22,5x30cm. Cartoné. Color
Páginas: 132
Precio: 24,00 euros

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