Tras los álbums dedicados a Batman, a Superman, a Wonder Woman, y a la JLA, las colaboraciones entre el guionista Paul Dini y el dibujante Alex Ross centraron su atención en Shazam, el superhéroe creado en el año 1939 por el guionista Bill Parker y el dibujante Clarence Charles Beck que, quizás, pronto se sumará al DCEU, el universo cinematográfico de DC Comics.
Bienvenidos a una historia en la que un superhéroe usa sus poderes del modo más humano posible: para infundir esperanza en los corazones de los niños. Cuando Billy Batson, álter ego de Shazam, recibe una carta de un niño enfermo terminal, decide pasar unos días en la sala del hospital con él. La verdadera esencia e inocencia del personaje brilla en todas las páginas de esta conmovedora y emocional novela gráfica
Entre los años 1998 y 2003, DC Comics encargó a Alex Ross y Paul Dini varias novelas gráficas dedicadas a algunos de los personajes más emblemáticos de la editorial (en concreto a Batman, Superman, Wonder Woman y Shazam), así como dos especiales dedicados a la Liga de la Justicia, para conmemorar el sesenta aniversario de la editorial.
Así, por la colección “Los mejores superhéroes del mundo” (“The World’s Greatest Superheroes“), desfilaron superhéroes tan destacados como el Hombre de Acero (“Peace on Earth”), el Hombre Murciélago (“War on Crime”), la Amazona de Themyscira (“Spirit of Truth”) y Shazam (“Power of Hope”), así como dos especiales dedicados a la JLA (“Secret Origins” y “Liberty and Justice”). Con estos especiales, desde una óptica realista y alejada de las series y las aventuras habituales de los superhéroes más poderosos del mundo, Dini y Ross reflejaron la grandeza y la épica del Universo DC.
Dicho esto, sorprende la elección de Shazam como el cuarto personaje de los especiales, acompañando a la sagrada Trinidad de DC Comics, en lugar de otros héroes más populares y con mayor potencial como Green Lantern, Flash, Aquaman o Green Arrow.
Y es que “Shazam: El poder de la esperanza” (“Shazam. Power of Hope“), como todos los títulos de la colección “Los mejores superhéroes del mundo“, plantea una historia cercana que explora, con cierta ingenuidad, como sería la interacción de los metahumanos de la Silver Age de DC Comics con los problemas actuales de nuestro mundo real. Pero en esta ocasión el héroe de turno no debe enfrentarse al hambre en el mundo (“Superman: Paz en la Tierra“) o a devastadoras epidemias víricas que asolan el continente africano (“JLA: Libertad y Justicia“), sino a problemas más cercanos y cotidianos, a dificultades reales que pueden afectar a nuestros vecinos o a nuestra propia familia, como el maltrato infantil o los niños enfermos que pasan sus días encerrados entre las cuatro paredes de un hospital.
Sí, seamos sinceros, Shazam, como también Superman, es un símbolo del ‘buenismo’. El ‘buenismo’ es un término acuñado recientemente y que designa determinadas actitudes que, de forma bienintencionada pero ingenua, y basados en un mero sentimentalismo carente de autocrítica hacia los resultados reales, piensan que todos los problemas pueden resolverse a través del diálogo, la solidaridad y la tolerancia. Pero en el caso de Shazam no hablamos del ‘buenismo’ malentendido que utilizan los políticos de derechas, los sectores más conservadores de la sociedad, los banqueros y las beatas, para criticar las acciones de las asociaciones orientadas hacia la izquierda, las ONGs y las organizaciones de ayuda humanitaria sino al ingenuo que, ante una situación de maltrato infantil, en lugar de optar por la denuncia ante los organismos competentes decide tomar cartas en el asunto y solucionar el problema por su cuenta y riesgo.
Este “Shazam: El poder de la esperanza” nos habla del superhéroe creado en el año 1939 por el guionista Bill Parker y el dibujante Clarence Charles Beck, un caso singular dentro de la historia del cómic: nació en Marvel como Captain Marvel, pero en 1972 DC Comics compró los derechos del personaje y, desde entonces y hasta la actualidad, el superhéroe es Shazam y sus aventuras se publican bajo el logo de DC Comics. Bajo la identidad del personaje se esconde Billy Batson, un huérfano que vivía en las calles de Fawcett City y que recibe de un mago poderoso la sabiduría de Salomón, la fuerza de Hércules, la resistencia de Atlas, el poder de Zeus, el coraje de Aquiles y la velocidad de Mercurio, convirtiéndose así en Shazam.
La popularidad del personaje en su origen fue enorme, y en 1941 se convirtió en el primer superhéroe en ser llevado a la gran pantalla. Los últimos rumores respecto al DCEU, el universo cinematográfico de DC Comics, señalan que Shazam podría volver de nuevo al cine… en dos o tres años. Tras el éxito de “Wonder Woman“, y con el estreno de “Liga de la Justicia” el próximo mes de noviembre, hay varios proyectos en cola que llegarán a la cartelera en futuro: “Aquaman” que se estrena en 2018, “The Flash“, “Gotham City Sirens“,… y “Shazam!“, dirigida por David F. Sandberg (“Annabelle: Creation”, “Nunca apagues la luz”), que aún no ha empezado su rodaje y ya ha perdido por el camino a Dwayne Johnson, que estaba confirmado como el villano Black Adam, pero que no va a aparecer en la película.
Como sucede en todos los álbums de “Los mejores superhéroes del mundo“, la historia de “Shazam: El poder de la esperanza” es secundaria, ingenua aunque comprometida socialmente, y Paul Dini cede todo el protagonismo al talento inconmensurable de Alex Ross. No hay otra alternativa, pues no tiene sentido que seas un artista tan fantástico, que cuentes con un estilo pictórico aplaudido y galardonado, con unos lápices hiperrealistas y un color espectacular… y luego te empeñes en trabajar con un guionista que no esté a la altura de lo que la parte gráfica ofrece. Así pues Dini, escritor, editor y productor, se limita aquí a ofrecer una narración lineal, sencilla, breve y autoconclusiva, muy comprometida por la temática que elige, y deja que Ross se lleve todo el mérito.
Y es que Alex Ross siempre me produce el mismo efecto: ante sus obras no acabo de tener claro si estoy leyendo un cómic o asistiendo al lucimiento personal de un dibujante brillante en un libro de ilustraciones. Es lo que tiene ser un artista de tanto talento, cuyos dibujos deben publicarse a página entera para mostrarse en todo su esplendor pero que ahogan y silencian el trabajo de cualquier guionista. Que difícil debe ser acompañar como simple comparsa al dibujante Alex Ross, aunque te llames Paul Dini…
Y, para terminar, un aviso al lector: si lo que buscas en “Shazam: El poder de la esperanza” es una historia rompedora e innovadora, repleta de supervillanos poderosos que llevan al héroe hasta el límite de sus habilidades, con giros de guión inesperados y sorprendentes, olvídalo, este tomo no es para ti.
Shazam: El poder de la esperanza
Dibujo: Alex Ross
Guión: Paul Dini
Título original: “Shazam: Power of Hope”
ISBN: 978-84-17063-74-0
Formato: 17x26cm. Cartoné. Color.
Páginas: 72
Precio: 12,50 euros
Pues yo recuerdo está película con mucho cariño. Quizás no llegue al nivel de Toy Story o Gremlins pero... ¿qué…