Hay tres libros que deben leerse aunque no guste la lectura, y que pueden leerse en un suspiro aunque cueste leer. Son “El alquimista” de Coelho, “La perla” de Steinbeck y “Seda” de Baricco. Son como sorbos de agua fresca, pero también con puñetazos en el estómago que dejan sin aliento. El cuento de Baricco, ni novela, ni relato, es una historia de amor que no llega a empezar. Agridulce. Mágica.