Zangol nos entrega la reseña de Once, película que nos había pasado desapercibida y que, quizás, y gracias a esta reseña cuente con una nueva oportunidad para encandilarnos.


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Guión: John Carney.
País: Irlanda.
Duración: 85 min.
Género: Drama, musical.
Interpretación: Glen Hansard , Markéta Irglová, Hugh Walsh, Gerry Hendrick , Alastair Foley, Geoff Minogue, Bill Hodnett, Danuse Ktrestova, Mal Whyte, Niall Cleary.
Producción: Martina Niland.
Música: Glen Hansard.
Fotografía: Tim Fleming.
Montaje: Paul Mullen.
Diseño de producción: Tamara Conboy.
Vestuario: Tiziana Corvisieri.

Si “Once” no hubiera ganado el premio a mejor canción por “Falling slowly” la pasada edición de los óscars y al hilo de ello no hubiera leído algún comentario apasionado sobre ella seguramente nunca la hubiera visto y aunque ahora hable de ella con la mejor intención para conseguir que alguno de vosotros la veáis probablemente seguirá siendo una película que pasará desapercibida.

¿De qué va “Once”? Su argumento puede resumirse en dos líneas: trata de un cantautor que toca con su guitarra en las calles de Dublín, que conoce a una chica checa (queda bonito esto jeje) y que graba un disco. Sin más, así que quien vea películas para disfrutar de argumentos con “miga”, que se abstenga de recuperarla. Y sin embargo, pese a eso, se la recomendaría a mucha gente. Es una película sensible y tierna, habla de personas, de anhelos e ilusiones, del desamor, de amistad, de música y podríamos considerarla un homenaje a todos aquellos que componen, que tocan, que sienten la música. Su género podría ser el drama musical, pero no hay un tratamiento lacrimógeno, en realidad la sensibilidad está soterrada y cada personaje vive su situación con una permanente sonrisa en la cara. En realidad esta es una película costumbrista, casi casi un documental.

Debo reconocer que está mucho mejor de lo que cabría esperar por el poco bombo que ha tenido y que está un peldaño por debajo de lo que me esperaba y explico también que me esperaba mucho. Quería creer que esta película era una obra maestra que nadie había descubierto porque casi nadie ha visto (para algunos lo será). Bueno, sí es una película pequeña y sí es una joyita, pero tiene sus altibajos, no es una película redonda, para mi gusto empieza y acaba con la intensidad que yo intuía, pero a mitad hay un tramo de cierto “desmayo”, un momento en el que quizás, al no haber mucho que contar la película se repite un poquito como si el director hubiera querido alargar lo que quería contar hasta darle forma de película de hora y media (porque no dura más). Pese a ello me parece una película que hay que ver porque aunque es sencilla, aunque es una película “pequeña”, resulta emotiva y te llega.

La película está grabada con un estilo seudorrealista. Uno acompaña a los personajes por las calles de Dublín y se nota que no se cortó el tráfico ni el discurrir de la gente y por eso hay una fuerte sensación de realidad, los personajes se hacen próximos y te atrapan por su manera de ser y en concreto los dos protagonistas se te hacen muy cercanos, de ambos podríamos opinar que se nota que son buenas personas en cada uno de sus actos y por eso el visionado se hace agradable, plácido. Es el gran acierto de esta película porque de esa manera consigue implicarte en sus vidas, en su pasión por la música, en su vida cotidiana y la música que interpretan cobra mayor intensidad.

Hay varios momentos grandiosos en esta película, conseguidos únicamente con la cámara estando ahí, a modo de testigo ajeno. Uno de ellos es el comienzo mismo y no lo cuento, pero refleja perfectamente como es el protagonista y con qué sensibilidad trata a los demás. Otro es un paseo por las calles con los dos protagonistas llevando uno su guitarra y la otra una “aspiradora” y no lo digo por el hecho en sí sino por lo representativo de lo que es esta película, por lo icónico que tiene (seguramente en Hollywood esa imagen se habría convertido en cartel de la película, casi lo ha sido, al diseñador le ha faltado ojo). Y por su puesto son brillantísimos todos los momentos en que se interpretan los temas de Glen Hansard: el de la grabación en el estudio (¡¡¡madre mía qué tonos consigue este cantante!!!!), el de la tienda de música con esa magnífica y poderosa canción que es “Falling slowly” y muchos más, porque podríamos decir que esta película es un musical perfectamente, pero sobretodo uno termina en pleno subidón con el final porque es verosímil, porque es intenso, porque es emocionante por lo que se ve, por lo que se escucha, por lo que se siente.

Soy perfectamente consciente que recomendar vivamente esta película es decepcionar a determinada gente que no es este tipo de película el que quiere ver y para gustos los colores, pero si ves cine para emocionarte, si te gusta la música y su proceso creativo, si te gusta recuperar otro tipo de cine que no el comercial, el que vemos habitualmente y triunfa en las salas, “Once” es una pequeña joya que no hay que perderse.

I don’t know you
But I want you
All the more for that
Words fall through me
And always fool me
And I can’t react
And games that never amount
To more than they’re meant
Will play themselves out

Take this sinking boat and point it home
We’ve still got time
Raise your hopeful voice you have a choice
You’ve made it now

Falling slowly, eyes that know me
And I can’t go back
Moods that take me and erase me
And I’m painted black
You have suffered enough
And warred with yourself
It’s time that you won

Take this sinking boat and point it home
We’ve still got time
Raise your hopeful voice you had a choice
You’ve made it now

Take this sinking boat and point it home
We’ve still got time
Raise your hopeful voice you had a choice
You’ve made it now
Falling slowly sing your melody
I’ll sing along