“Corrupción en Miami” (1ª Temporada)

Reseña de la primera temporada de la clásica serie de los 80 “Corrupción en Miami“, con Crockett y Tubs luchando contra el crimen en la cálida ciudad de Florida que da título a la serie.

“Corrupción en Miami” (1ª temp)

Título original: Miami Vice
País: Estados Unidos
Año inicio: 18 de septiembre de 1984
Año finalización: 25 de enero de 1990
Género: Drama – Acción – Policíaca
Dirigida por: Anthony Yerkovich (creador)
Guión: Michael Ahnemann, James Becket, Michael Berlin, David Black, Craig Bolotin, Rob Bragin, Elvis Cole, William Conway, Dennis Cooper, Robert Crais, Wilton Crawley, Joseph DeBlasi, Thomas M. Disch, Michael Duggan, Eric Estrin, Robert Goethals, David Jackson, Marvin Kupfer, Peter Lance (1988-1989), John Leekley, Jeremy Lew, Richard Lourie, Ted Mann, Peter McCabe, Douglas Lloyd McIntosh, W.K. Scott Meyer, Frank Military, John Milius, Alan Moskowitz, Pamela Norris, Robert Palm, Daniel Pyne, Philip Reed, Gustave Reininger, Jack Richardson, Harold Rosenthal, Daniel Sackheim, John Schulian, Scott Shepherd, Ken Solarz, Vladislavo Stepankutza, Jaron Summers, Jack Thibeau, Edward Tivnan, Jim Trombetta, Robert Ward, Dick Wolf y Anthony Yerkovich
Producida por: George Geiger, Michael Mann (1984-1989), Dick Wolf (1989) y Anthony Yerkovich
Música original por: Jan Hammer(1984-1988), John Petersen (1987-1988) y Tim Truman (1989)

El año pasado por estas fechas me compré la primera temporada de “Corrupción en Miami” y por fin me la he visto completa anticipando la versión cinematográfica que ha filmado recientemente Michael Mann y que se estrena hoy mismo en España.

La primera impresión que me ha dejado me ha hecho recordar parte de una canción de Presuntos Implicados que decía “Cómo hemos cambiado” porque aunque la serie sigue funcionando ya no es el no va más que en su día fue y si lo es ya no es por lo que en su día fue como serie de acción, sino por sus personajes y su factura. Conste que trato de ser objetivo, que a mí particularmente me ha gustado bastante a pesar de que se note que es de los 80´s (llamadlo nostalgia).

Vista hoy funcionan, pero no impresionan las carreras, las persecuciones, las explosiones o los tiroteos, que han quedado desfasados en el ranking de lo espectacular aunque en su día sí lo fueron. Si la véis lo que sí os impactará es su cuidada producción y el esmero que se puso en los personajes. En concreto Sonny Crockett, Ricardo Tubbs y el teniente Castillo por sí solos son suficiente razón para ver la serie y en lo que respecta a Don Johnson entiendo el porqué de la extraordinaria fama que alcanzó porque se come la pantalla, es uno de esos actores que sin ser grandes atrapan tu atención en una pantalla cada vez que aparecen (llamémosle estrella).

“Corrupción en Miami” la creó Anthony Yerkovich con una idea muy concreta que consistía en hacer una serie de policías de alto coste de producción que tuviera un estilo propio y aprovechara las nuevas tendencias audiovisuales aunando las nuevas técnicas de montaje y fotografía y relacionando la narrativa típica de una serie con la estética de videoclip de la MTV.

Los creadores de la serie tenían muy claro que “Corrupción en Miami” tenía que enganchar por poseer un estilo visual y estético particular e identificativo y para ello se estudió muy detenidamente todo lo que debía aparecer en los televisores hasta el punto que se ordenó una gama cromática para decorados, paisajes y vestuario que nunca debía ir más allá de los tonos pasteles. Los rojos por ejemplo estaban terminantemente prohibidos y la ropa que usaban Crockett y Tubbs se elegía con sumo cuidado (fijaros si la veis que el primero casi siempre usa vestimenta clara y el segundo traje y corbata). También son “culpa” de esta serie las barbas de tres días, el uso de gafas rayban, los zapatos sin calcetines y las americanas “de sport”.

La estética no sólo era muy precisa en lo referente a decorados, fotografía o vestuario, sino también en la creación de “atmósferas”, para lo que Michael Mann como productor ejecutivo se convirtió en el gurú de estilo de la serie introduciendo una forma de escenificar las historias que hoy es su marca de estilo. Con una selecta selección de temas musicales (sencillamente impresionante para mi gusto) y la colaboración de Jan Hammer para crear temas propios para la serie, poco a poco se fueron haciendo habituales momentos que podríamos definir “de videoclip” en los que la narración se detiene y se ve a los personajes generalmente en la noche, en soledad y con música de fondo. Por así decirlo lo que hace Mann es congelar la narración e introducir momentos que juegan con la emotividad de los personajes mediante la imagen y el sonido. De estos momentos recuerdo uno magnífico de Crockett y Tubbs en el coche por la noche con Phil Collins de fondo (llamémosle épica) y otro en el que se ve a Crockett pensando en su lancha con el mar y el crepúsculo al fondo y la música completando significativamente la imagen (llamémosle lírica) pero por haberlos hay muchísimos.

Si habéis visto la escena final de “Heat” (por cierto, ¡¡¡¡qué peliculón!!!) con Al Pacino persiguiendo a Robert De Niro por un aeropuerto o “Collateral” sabréis a qué me refiero cuando hablo de las “atmósferas” que consigue Mann. Pues bien, estas atmósferas nacieron con “Corrupción en Miami” y él fue su responsable. Es una marca distintiva de la serie y una aportación de los años 80 al lenguaje audiovisual porque supone la génesis del uso expresivo de la música pop en el cine y la televisión.

Otra pista para saber la importancia de esta interrelación entre imagen y sonido: probad a ver el inicio de la serie sin música y sólo imagen o al revés. No funciona….la entradilla de “Corrupción en Miami” hay que verla con el sonido a tope y la la música de Hammer combinada con las imágenes de Miami. Es un inicio rompedor, intenso y eficaz. Sencillamente funciona y engancha y creó una moda que, aunque hoy está superada, convierte a la serie en historia de la televisión.

A parte hay en la primera temporada un auténtico rosario de grandes escenas. A bote pronto y sin pensar demasiado recuerdo una conversación entre Crockett y Tubbs en una gasolinera en la que el primero le comenta sus inicios como policía, una reprimenda del teniente Castillo a Crockett sólo mirándole o a Tubbs bailando en un tugurio el “Somebody´s watching me” de los Rockwell (parece una tontería, pero cuando oiga esa canción siempre recordaré a Ricardo Tubbs).

En lo que respecta a la primera temporada podríamos decir que no está mal sin llegar al nivel que se alcanzó después. Episodios magníficos como “The hit list” (1×04), “The golden triangle” (1×13 y 1×14) o “Evan” (1×21) se intercalan con otros mediocres, pero todos ellos dejan una buen regusto final a pesar de que no siempre el acabado es el mejor (fijaros si la véis que algunos episodios acaban de improviso con cortes excesivamente bruscos en la narración y dejando al espectador que concluya la historia por su cuenta).

Pienso que la clave del éxito de la serie se debe no tanto a sus argumentos, sino a su estética y a que los personajes enganchaban profundamente en el espectador y no sólo los principales sino también el resto. En ese sentido hay que decir que son diversos los cameos de algunas de las grandes estrellas de hoy como por ejemplo Bruce Willis y de muchos secundarios de auténtico lujo.

A modo de curiosidad deciros también a los “viciosillos” si no lo sabéis que el juego para PC y Play “Grand theft auto: Vice City” está basado en la serie.

En definitiva una serie histórica, que dejó huella y que ahora su productor Michael Mann adapta al cine y a la actualidad. No espero encontrar en esta adaptación las señas de identidad de la serie y creo que tampoco deberíais hacerlo vosotros, pero puede que la película os anime a recuperar la serie. Merece la pena.

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