Las películas “Argo” y “La vida de Pi” hicieron saltar por los aires la mayoría de las quinielas, que señalaban a “Lincoln” de Steven Spielberg como la gran favorita para la noche de los Óscars y, con tres y cuatro estatuillas respectivamente, se convirtieron en las ganadoras de la 85a edición de los “Academy of Motion Picture Arts and Sciences Awards”.

 

image1“Argo” y “La vida de Pi” se han convertido en las dos películas vencedoras de la 85a edición de los “Academy of Motion Picture Arts and Sciences Awards”, los Óscars. La Academia de Hollywood  ha coronado a “Argo” de Ben Affleck como mejor película, y al director de Taiwan Ang Lee como mejor director por “La vida de Pi”, en una gala donde ha destacado el reparto equilibrado de premios y la diversificación de estatuillas (cuatro para “La vida de Pi”, tres para “Argo”, y tres para “Los miserables”). 
Ang Lee ha conseguido su segundo Óscar como mejor director, tras el que consiguió con “Brokeback Mountain” hace ya siete años. “La vida de Pi” ha conseguido cuatro estatuillas (dirección, banda sonora, efectos visuales y fotografía) y “Argo” ha roto todos los esquemas con el premio mayor de la velada (además de sendas estatuillas para el guión adaptado y el montaje), aunque su director no estaba entre los cinco candidatos elegidos por la mejor dirección.

La carrera profesional del dúo formado por Matt Damon y Ben Affleck, tras el éxito de la oscarizada “El indomable Will Hunting”, confirmaba las teorías que señalaban a Damon como el cerebro y a Affleck como el rostro bonito. Así, mientras el primero demostraba su capacidad y su olfato eligiendo trabajos en películas como “Salvar al soldado Ryan”, “El talento de Mr. Ripley”, “Ocean’s Eleven” o “El caso Bourne”, entre otras, el segundo escogía malos papeles y ocupaba más espacio en las revistas del corazón que en las revistas especializadas de cine, ejemplificado en sus romances o su matrimonio fallido con Jennifer López. Pero cuando Ben Affleck se sentó en la silla del director la cosa cambió. “Adiós, pequeña, adiós” y “The Town” nos descubrieron un director en mayúsculas, un profesional con capacidad innata, que en “Argo” parece haber alcanzado el punto más alto.
En “Argo” Affleck nos cuenta como el 4 de noviembre de 1979, mientras la revolución iraní alcanzaba su punto álgido, algunos militantes irrumpieron en la embajada de Estados Unidos en Teherán y tomaron cincuenta y dos prisioneros estadounidenses. Sin embargo, en mitad del caos, seis de ellos logran escapar y encontraron refugio en casa del embajador canadiense. Sabiendo que era sólo cuestión de tiempo que los encontrasen y, muy probablemente, los matasen, un especialista de la CIA en operaciones especiales llamado Tony Mendez urdió un arriesgado plan para sacarlos del país de forma segura: fingir que ruedan una película para sacar a los rehenes de la embajada de Canadá. 
“Argo”, protagonizada y dirigida por Ben Affleck, producida por George Clooney, esta basada en una historia real, desclasificada por la CIA recientemente y narrada en un artículo de Joshua Bearman publicado en “Wired Magazine” titulado “How the CIA Used a Fake Sci-Fi Flick to Rescue Americans from Tehran”, donde se desvela la ayuda de Hollywood para liberar a los refugiados mediante un plan algo rocambolesco, con tintes de comedia, pero muy meditado.
John Goodman, Alain Arkin, Bryan Cranston, Kerry Bishé, Kyle Chandler, Rory Cochrane, Christopher Denham, Tate Donovan, Clea DuVall, Victor Garber, Zeljko Ivanek, Richard Kind, Scoot McNairy, Chris Messina, Michael Parks y Taylor Schilling, entre otros, acompañan a Affleck en el reparto, un casting de actores que Affleck escogió para que se pareciesen a las personas reales a las que dan vida. (www.warnerbros.es/Argo)

El curriculum cinematográfico de Ang Lee brilla con luz propia, y eligiendo unos pocos ejemplos al azar podemos confirmar que es uno de los mejores profesionales del cine en los últimos diez años: la premiada “Brokeback Mountain”, un fallido aunque ambicioso “Hulk”, “Tigre y dragón” que le dio proyeccción internacional, una visión de los EE.UU. de los años setenta en “La tormenta de hielo”, el cine de época de “Sentido y sensibilidad”, “Comer, beber, amar”, “El banquete de boda”,… Arriesgado, ecléctico, poeta, valiente, profesional, Ang Lee no se arruga ante ningún desafío, y solventa con brillantez cualquier proyecto que le cae en las manos. 
En “La vida de Pi” (“Life of Pi”), la adaptación cinematográfica del bestseller homónimo de Yann Martel, el director taiwanés nos narra la impresionante y espectacular historia de un joven hindú que, tras naufragar su barco, Pi se encuentra en un bote salvavidas con un inesperado acompañante: un tigre de Bengala. En la novela original de Martel, para hacer la odiea de Pi más complicada, además del tigre, en la balsa también se refugiaban una hiena, una cebra y un orangután.
En su primera incursión en el cine en tres dimensiones, con un actor debutante en el papel protagonista para una historia de realismo mágico, Ang Lee nos presenta a Pi Pattel, un joven que vive en India y cuyo su padre es el propietario y encargado del zoológico de la ciudad pero deciden emigrar a Canadá y procurarse una vida mejor con la venta de los animales. Tras complejos trámites, la familia Pattel inicia una travesía que se verá truncada por la tragedia: una terrible tormenta hace naufragar el barco donde viajaban. Pi tendrá que echar mano del ingenio para sobrevivir mientras los animales tratan de ocupar su puesto en la cadena de alimentación y, a la postre, tendrá que defender su liderazgo frente al único que, previsiblemente, quedará vivo: un tigre. El joven intentará domar a la fiera y sobrevivir. (www.lifeofpimovie.com)