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Cuando Vin Diesel aún no era una estrella del cine de acción ni Riddick un personaje conocido, llegó a los cines una película de ciencia-ficción de serie B y bajo presupuesto que sorprendió y encandiló. Era el año 2000, y ni recaudó demasiado (40 millones de dólares es una cifra correcta, pero ninguna barbaridad), ni la crítica la ensalzó, y de hecho hasta pocas semanas antes de su estreno no tenía productora dispuesta a distribuirla, pero había algo en ella… Riddick, un enigmático fugitivo, el carismático, sarcástico, racional, frío… La sublimación del tunero de extrarradio.
Escrita y dirigida por David Twohy, protagonizada por Vin Diesel, Radha Mitchell, Keith David, Cole Hauser, John Moore y Simon Burke, “Pitch Black” nos contaba como una nave averiada aterrizaba en un inhóspito planeta en el que nunca se hace de noche al estar rodeado por tres soles. ¿Nunca? Cada veintidós años se produce un eclipse solar que deja el planeta a oscuras, y las criaturas nativas del lugar, una horda de bestias carnívoras que solo salen a la superficie entonces, aprovechan la ocasión para darse un festín con los pocos supervivientes de la nave: Riddick, la joven piloto, un policía encargado de custodiar al furiano Riddick, cuatro musulmanes, tres jóvenes peregrinos, una pareja de geólogos, un adolescente fugado y un anticuario egoísta. Lo que podría llamarse un película de ‘weird science-fiction’.
En un mundo donde la luz puede quemarte… la oscuridad mata, y en este mundo de tinieblas surge un improbable héroe con hambre de destrucción.
Richard B. Riddick, el héroe de la función, es el personaje que le abrió las puertas de Hollywood a Vin Diesel para convertirse en la estrella que luego recaudó millones de dólares en el box-office con la saga “Fast & Furious“.

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