Esta simpática adaptación de una comedia del dramaturgo William Shakespeare que escenificaba la batalla de sexos sirvió para asentar el prestigio del director y actor británico Kenneth Branagh a principios de los años noventa, aunque con el paso del tiempo no llegó a cumplir con las elevadas expectativas que se le vaticinaban con sus primeros trabajos cinematográficos. Esta propuesta de Branagh, a medio camino entre la obra de teatro y la película pero sin encontrar un equilibrio entre ambas, funcionó bastante bien en taquilla y las críticas fueron positivas.
“Mucho ruido y pocas nueces” (en inglés “Much ado about nothing“), con un reparto internacional encabezado por Kenneth Branagh, Emma Thompson, Robert Sean Leonard, Denzel Washington, Keanu Reeves, Michael Keaton y Kate Beckinsale, nos contaba una historia romántica, protagonizada por una pareja de inocentes jóvenes enamorados que debe superar el daño que los malentendidos, la perfidia de los envidiosos y la traición de los malvados pueden causar en su tierna e incipiente relación.
La obra original de Shakespeare fue publicada por primera vez en el año 1600, y la historia de la película de Branagh es muy fiel a lo que nos contó el bardo de Avon: el Príncipe Don Pedro de Aragón (Denzel Washington) regresa victorioso de una batalla acompañado de su hermano bastardo Don Juan (Keanu Reeves), de Benedicto (Kenneth Branagh) y de Claudio (Robert Sean Leonard), un joven florentino que ha sido colmado de honores por el gran valor mostrado en el campo de batalla. Son recibidos con gran regocijo en una paradisíaca villa de la campiña siciliana por el caballero Leonato (Richard Briers), que vive con su hija Hero (Beckinsale) y su sobrina Beatriz (Emma Thompson).
Mientras Hero y Claudio empiezan su inocente historia de amor, Beatriz y Benedicto empezarán otra muy diferente, con palabras afiladas como puñales y frases cortantes que podrían dejar helado al más templado de los soldados. ¿Lograrán sus amigos que hagan el amor en vez de la guerra?
El paso del tiempo no ha hecho mella en “Mucho ruido y pocas nueces“, y no ha perdido ni un ápice de su encanto. El inicio de la película sigue siendo una verdadera belleza, con la poesía recitada por Emma Thompson (Sigh no more, ladies) y la espectacular llegada del rey y de sus compañeros a la hacienda de Leonato.
Pues yo recuerdo está película con mucho cariño. Quizás no llegue al nivel de Toy Story o Gremlins pero... ¿qué…