En la lujosa zona residencial llamada Xanadú reside un caballero que viste frac, sombrero de copa y capa roja, que además se distingue por su cuidado bigote y, cómo no, por sus dotes de prestidigitador y mago. Se trata de Mandrake, que acompañado de sus inseparables Narda y Lothar, no dudará en prestar sus servicios para el bien frente a las fuerzas del mal, siempre activas. Dolmen Editorial se atreve con esta mítica serie del personaje creado por Lee Falk.
Mandrake El Mago. Sunday pages 1965-1968: El hampa contra el Inter-Intel
Edición original: Mandrake USA
Guión: Lee Falk
Dibujo: Lee Falk, Fred Fredericks
Color: Blanco y negro
Formato: Libro cartoné, 208 págs. color/blanco y negro.
Precio: 29,9€
Mandrake, Lothar y la princesa Narda inician una nueva etapa en la fabulosa mansión del mago, Xanadú, una fortaleza inexpugnable a la que solo se puede acceder tras franquear un laberinto de simas que se abren y paredes que se levantan. Pero ni los poderes de Mandrake ni la colaboración de Inter-Intel, la misteriosa organización de espionaje internacional a la que el mago ayuda, pueden impedir el acoso del antiguo maestro y némesis de nuestro héroe… ¡La Cobra!
Ya hacía años que Mandrake el mago no contaba con una edición en nuestro país a la altura del personaje. Editorial Vértice sacó cuadernos en grapa, al igual que Editorial Dólar Y Magerit, y Mandrake no ha dejado de salir en antologías como la revista Gran Aventurero de Ediciones B, que renombró al personaje como “Merlín, el mago moderno” con Phil Davis a los dibujos. Sin duda los más omnipresentes fueron los pequeños tomos de Bruguera, pocket de ases, que acogieron las aventuras de Falk y Fredericks que ahora se propone editar Dolmen.
Lee Falk (1911-1999), que nunca dejó de escribir para el teatro, creó a Mandrake en 1934 para King Features Syndicate, que se encargó de colocar las historietas en diferentes diarios americanos. El éxito de su creación fue instantáneo. El personaj , al contar con poderes especiales, supuso un precedente para posteriores superhéroes como el mismo Superman, que aparecería al poco tiempo. Junto al dibujante Ray Moore creo dos años después a The Phantom, otro personaje mítico donde los haya y que ya cuenta con dos tomos en su edición de Dolmen, en la colección Sin Fronteras.
Falk imaginó a su personaje con unas facciones muy similares a las suyas propias, pero que también tenían un aire a galán de Hollywood, como se pone de ejemplo en la introducción al libro de Rafel Marín al mostrarnos una foto de Adolphe Menjou. El hecho de hacerlo mago entronca con la popularidad de magos como Harry Houdini (1874-1926) que por aquella época estaban en la cresta de la fama. Falk se encargó de los textos y diálogos desde el prinicpio hasta prácticamente sus últimos momentos de vida. Estando postrado en la cama del hospital con una máscara de oxígeno, se la quitó para seguir dictando los guiones de las tiras de Mandrake y The Phantom. Los diseños originales fueron de Phil Davis (1906-1964), al que sustituyó Fred Fredericks (1929-2015) y se encargó de actualizar al personaje y seguir ilustrándolo hasta el día de su muerte, que coincidió con el final de la tira en los diarios.
El tomo de Dolmen incluye las páginas dominicales de 1965 a 1968, y comienza con una aventura ilustrada por Phil Davis según los créditos, aunque en realidad fue su esposa quien terminó estas planchas debido al fallecimiento de su esposo un año antes. Es quizás la parte menos interesante del tomo, con una historia un tanto absurda y muy pasada de moda.
Es con la irrupción de Fredericks cuando de verdad disfrutamos con esta actualización del personaje, que ahora atiende casos de una agencia llamada Inter-Intel (grupo internacional de información para agencias de la ley de muchas naciones) al estilo de james Bond, agente 007, que estaba pegando fuerte por la época. Descubrimos su mansión en Xanadú, a la que se accede después de superar unas cuantas trampas, y en la que el trío protagonista (al que se le añade un robusto cocinero oriental) pasa el tiempo ociosamente, pues muchas de las historias comienzan con este grupo pasándoselo bien en la piscina o dormitando en las hamacas al sol. Pero la acción aparece de inmediato, sin dar respiro a los héroes.
Se trata de una serie de aventuras de unas 20-22 páginas en las que descubrimos a villanos que vuelven para vengarse de Mandrake, una historia de piratas aéreos adelantada a su época, el origen de la amistad del fornido acompañante negro Lothar con el mago, Unos ladrones que consiguen provocar un apagón en la ciudad, un playboy que se dedica a obrar el mal pero con sutileza, y una impresionante y divertida aventura de ciencia ficción con unos malvados alienígenas llamados Baboo que secuestran a la hija del Emperador Magnon, viejo conocido de Mandrake. Son todas ellas historietas muy interesantes y entretenidas. Casi siempre es mandrake el encargado de resolver los entuertos, haciendo uso de sus poderes con cuentagotas. De hecho, el de parecer un gigante lo usa unas cuantas veces. A veces el mago es mero testigo de los acontecimientos, como en la aventura espacial.
El dibujante Fred Fredericks tiene un estilo narrativo impecable, que recuerda al de otros autores de la época como Frank Robbins y John Romita. Su dibujo es meticuloso, y bonito para la vista. Elegante, sería la palabra. Como se pude ver, en la primera fila siempre usa una pequeña viñeta al final. Según la explicación de la introducción, el estilo de diagramación se debía a la forma de publicar estas tiras, que a veces obviaban la primera fila de viñetas. Las aventuras dominicales iban publicadas en color, pero como cuenta Rafael Marín, se puede asegurar una calidad absoluta y un mejor ritmo de publicación si estos libros se editan en blanco y negro, ya que el color no está disponible para todas las planchas.
Esto no empaña para nada este primer tomo de Mandrake el Mago, que supone una auténtica gran noticia para el cómic de nuestro país, como es recuperar un clásico de la Historieta que nunca me cansaré de recomendar a todo el mundo.
Yo me quedé a falta de 2 libros, creo, así que en algún momento tendré que ponerme al día. No…