Mientras que el western, como género genuinamente cinematográfico, ha sido revisado y revisitado durante las últimas décadas en busca de una renovación, necesaria, y tratando de recuperar sus raíces clásicas hay otros, como las películas de piratas, que han quedado ancladas en el tiempo, y las obras más memorables nos remiten cincuenta años atrás, a Errol Flynn, Douglas Fairbanks, Burt Lancaster o Tyrone Power. Pero no todo es pasado, y en el cómic podremos encontrar un soplo de aire fresco que respeta el espíritu y la esencia del género.

dibbuks_loscampbell3Tras el impactante final de la última entrega en la que secuestraban a Campbell, Ítaca está preocupada por la prolongada ausencia de su padre. Y no solo ella, nosotros también nos planteamos muchas preguntas que aún están sin respuesta: ¿Quién secuestró a Campbell? ¿Qué malvados planes tiene preparados para él? ¿Conseguirá salir indemne de esta situación? ¿Acudirá alguien a su rescate?

Las épicas aventuras de piratas de corazón noble y espíritu libre, las batallas navales entre los barcos de los corsarios a sueldo de la reina de Inglaterra y los navíos españoles cargados de tesoros que cruzaban el Atlántico, los puertos francos en las islas del Caribe donde los corsarios retoman fuerzas, los antros de rincones oscuros donde el ron corría de vaso en vaso mientras las canciones groseras amenizaban la velada, los romances entre piratas de sonrisa seductora y señoritas de alta alcurnia que caían rendidas a los pies de los pícaros delincuentes de los mares del sur, la bandera negra Jolly Roger con una calavera cruzada por huesos en blanco ondeando en lo alto del palo mayor, la búsqueda de tesoros enterrados en islas pobladas por indígenas hostiles, viejos capitanes con pata de palo que tramaban traiciones y motines,… La literatura, con “La Isla del Tesoro” de Robert Louis Stevenson o “Sandokan” de Emilio Salgari, y el cine, con clásicos como “El Capitán Blood“, “El Cisne Negro” o “El Temible Burlón“, ha seducido a miles de lectores y espectadores a lo largo de los años con su oferta de aventuras y emociones por bandera. De hecho, uno de los ritos esenciales de iniciación de la llegada a la adolescencia suele ser la lectura de la novela de de Robert Louis Stevenson, un clásico maravilloso que es un portal entre dos edades, la infancia y la juventud, pero que incluso en la madurez nos ofrece sobrados motivos para volverlo a leer y dejar volar la imaginación hasta la posada del ‘El Almirante Benbow’, frente a la solitaria bahía del Cerro Negro, donde el viejo Billy Bones grita exigiendo otra copa de ron.

En los últimos años las aventuras con y sobre piratas estaban bajo mínimos. Hoy en día es díficil encontrar libros o películas con las clásicas historias de piratas, de saqueos y de rapiña, de combates navales y de huidas a toda vela, de esclavos y prisioneros, de naufragios y tormentas desatadas, de velas hinchadas por el viento y de la espuma del mar salpicando la camisa desabrochada del timonel. No se puede considerar a “Hook” de Steven Spielberg con su malvado Capitán Garfio o “Los Goonies” de Richard Donner como películas del género, y las que se ajustaban a la definición resultaron ser sonados fracasos de taquilla, como las fallidas “La Isla de las Cabezas Cortadas” de Renny Harlin o “Piratas” del mismísimo Roman Polanski. Tampoco el éxito de la serie de “Piratas del Caribe“, con su emblemático Jack Sparrow al frente, ha significado una renovación del género en la gran pantalla pero, por el contrario, si que puede constatarse un renacido interés por las historias de bandolerismo marítimo con la reedición de “Bruce J. Hawker” de Vance y Duchâteau, la adaptación de “La isla del tesoro” de Hugo Pratt, “Long John Silver” de Xavier Dorisony Mathieu Lauffray, la serie “Barracuda” de Jean Dufaux y Jérémy Petiqueux, y éste “Los Campbell” de José Luis Munuera, entre otros muchos.

Hace dos años descubrimos la primera entrega de una nueva serie de José Luis Munuera, y en las páginas de “Los Campbell: Inferno” disfrutamos de una propuesta repleta de humor, aventura, un punto de tristeza nostálgica, relaciones familiares y, por supuesto, piratas. Allí conocimos a Campbell, una leyenda de la piratería que se retiró del negocio tras el asesinato de su mujer. En su nueva vida cuidaba de sus dos hijas, la adolescente Ginebra y la pequeña y revoltosa Itaca, lejos de los dolorosos recuerdos del pasado. Pero el maldito pasado siempre regresa para cobrarse sus deudas y recordarte todos los errores que dejaste atrás. “La piratería es como el ron“, le decía el Turco. “Nunca se deja del todo“. Y perseguido por el temible Inferno, Campbell se verá obligado a huir con sus hijas y esconderse en una comunidad de leprosos. Pero el enfrentamiento ya entonces se presentaba como algo inevitable porque los vínculos entre Campbell e Inferno eran más complejos de lo que parecían.
Y un año después nos llegó la segunda entrega, “Los Campbell: El temible pirata Morgan“, en la que nos reencontrábamos con Campbell residiendo en una pacífica y aislada isla del Caribe, la isla de leprosos de Bakaloo, acompañado por sus dos hijas, su sensual vecina Nutel·la y sus recuerdos. Unos recuerdos repletos de emociones y abordajes, junto a su hermano y el resto de la tripulación de piratas, la rivalidad con el temible pirata Morgan y su identidad secreta, y su amada Fanny, cuyo funesto destino ocupa un lugar relevante. En cualquier momento, en cualquier lugar, los recuerdos regresan a la memoria de Campbell en forma de ‘flashbacks’, y de esta manera el autor nos iba desvelando, poco a poco, el dramático pasado que rodea a Campbell, Inferno, Fanny, Carapepino y el resto de personajes de la serie.
Y llegamos por fin, al tercer acto de la función, “Los Campbell 3. ¡Raptado!” (“Les Campbell, Kidnappé!” en el original en francés de Dupuis) publicado en febrero del año 2016 por la editorial madrileña Dib·buks, que empieza allí donde nos había dejado el álbum precedente: con el secuestro de Campbell a manos de un viejo conocido en el presente y desvelada la identidad del pirata Morgan en el pasado. Un doble cliffhanger para cerrar la historia y dejar al lector sediento y desesperado, tal y como mandan los cánones. A partir de aquí, por un lado veremos como las hijas de Campbell se lanzan al rescate de su padre, prisionero del ‘Turco’ en su fortificada guarida secreta con la ayuda del hijo de Carapepino, el apacible librero Thesaurus y los leprosos de la isla Bakaloo y, por el otro, veremos como el pasado va descubriéndose ante nuestros ojos, como las piezas de un rompecabezas que van encajando, y la relación entre Fanny y Campbell avanza a pasos agigantados hasta la inevitable tragedia que cambiará la vida y el destino de todos los personajes. En un tercer frente, el villano de la función de la que todos ya conocemos su identidad, sigue labrando su propio camino al margen de las aventuras de nuestros héroes y avanzando hacia el enfrentamiento final entre los dos hermanos que, como parece lógico, cerrará este arco argumental.

El prolífico autor de las tres entregas de “Los Campbell” es el murciano José Luis Munuera (Lorca, 1972), que acumula ya más de veinte álbumes de historieta publicados en Francia, incluyendo sus primeros trabajos con Joann Sfar (tres tomos de “Les Potamoks“, cuatro de “Merlin“,…) y Jean-David Morvan (quince álbumes de “Nävis“, “Merlin” a partir del quinto tomo, “Sir Pyle S. Culape“, cuatro magníficos álbumes de “Spirou y Fantasio” que hemos elogiado y recordado siempre que hemos tenido ocasión). En los últimos años ha colaborado con autores de la talla de Enrique Bonet (en “El juego de la luna“, por el que fue seleccionado en el Salón del Cómic de Angouleme y premiado por votación popular como Mejor obra de autor español del Salón Internacional del Cómic de Barcelona del 2009) o Juan Díaz Canales (en “Fraternity“) y ha desarrollado algunos trabajos notables en solitario (el divertidísimo “Walter el Lobo” con Dib·buks o “Oficio: Dibujante” para Astiberri). Y en “Los Campbell” José Luis Munuera nos demuestra una vez más que es un dibujante increible, pero también un narrador en mayúsculas que mantiene el interés y la frescura en la historia, con un ritmo ágil y giros argumentales tan sorprendentes como inesperados, cubiertos siempre con un barniz humorístico desternillante que harán las delicias de los lectores de todas las edades.

Los Campbell” es una saga genial, como lo son las tres entregas publicadas hasta ahora. Sin matices. Un conjunto redondo que merece la pena desde su portada hasta su punto final. O hasta su punto y seguido, si queremos ser más precisos, puesto que la historia no se cierra tras las cincuenta y seis páginas sino que el autor nos despide, otra vez, con un ‘continuará’ que nos hará mordernos las uñas con desesperación.
El dibujo del lorquino Munuera en este tercer volumen de “Los Campbell” es una maravilla, dinámico y expresivo, aunque no debe sorprendernos a quienes lo venimos siguiendo desde hace muchos años. Además, gracias al trabajo del vasco Sergio Román ‘Sedyas’, que ya había colaborado con el dibujante en “Sortilegios“, podemos disfrutar una vez más de un elegante y inconfundible colorido que aporta dinamismo a la historia y profundidad a la evolución de los personajes, y que diferencia de forma elegante entre las escenas que suceden en el pasado, los ‘flashbacks’, y las que suceden en el presente de la narración utilizando con inteligencia el contraste cromático, recurriendo a los tonos sepia en las viñetas en las que se recuerda un momento del pasado de Campbell. El premio a la mejor serie del festival Sollies Ville del año 2014 es una buena prueba de ello.
La historia es dulce y triste, con secretos y aventuras, con acción y romance, personajes carismáticos y numerosos secundarios que aportan profundidad a la historia. Algunos tan divertidos que se merecerían un spin-off para ellos solos.
La ambientación bebe de las películas clásicas del género, como el propio autor ya desvelaba en su dedicatoria al principio del álbum de la segunda entrega (“A Errol Flynn, a Douglas Fairbanks y Burt Lancaster“). Y, como es evidente, a “Monkey Island“, con su Guybrush Threepwood y el malvado pirata LeChuck, a la obra de Goscinny y Uderzo, e incluso podemos encontrar referencias a “La princesa prometida“, o las ya mencionadas “La isla del tesoro” y “La isla de las cabezas cortadas“. Y muchos más que no habremos visto, pero que están.
La publicación en forma de serie es la elección adecuada y a las palabras de Munuera en una entrevista que le hicimos hace algunos años nos remitimos: “El formato de serie, que tan bien se adapta al tebeo, es una gozada: uno puede desarrollar los personajes y los universos libro a libro, enriqueciéndolos poco a poco, y verlos crecer. A mí me gustaría morirme habiendo hecho alguna serie larguísima, de esas de veinte o treinta libros, pero por el momento, por una u otra razón, no he pasado en ninguna de seis“. Por mi parte perfecto, siempre y cuando Dib·buks acelere el ritmo de publicación y las treinta entregas que propone Munuera no signifiquen treinta años de espera para leer la palabra ‘fin’.

Sí, no hay símbolos más representativo de uno de los periodos más exóticos y emocionantes de la historia de la Humanidad que los piratas, que hoy se recuerdan con romaticismo y nostalgia como ejemplos de la vida en libertad y de la anarquía frente al orden establecido. Y es que ¿quién no adora a estos antihéroes románticos? Criminales, delincuentes, saqueadores de los mares, ladrones de tesoros,… pero también aventureros osados, encantadores truhanes, amantes del riesgo y soldados de fortuna al servicio de su Majestad. Hoy son mitos y leyendas, aunque algunos de ellos fueron realmente personajes históricos que existieron en realidad, que casi siempre terminaron con sus cuerpos balanceándose en el extremo de una cuerda, y a menudo cuesta definir donde termina la realidad y donde empieza la fantasía: Barbanegra, Jack Sparrow, Henry Morgan, Francis Drake, sir Walter Raleigh, Long John Silver, Calicó Jack,… y los Campbell, por supuesto.

En conclusión, un cómic con una historia de corte clásico, servida por un dibujo expresivo, dinámico y un punto ‘cartoon’. Indispensable y muy recomendable.

Los Campbell 3. ¡Raptado!
Autor: José Luis Munuera
Color: Sedyas
ISBN: 978-84-16507-10-8
Formato: 24,5×32,5cm. Cartoné. Color.
Páginas: 56
Precio: 14 euros