Como es costumbre, mala costumbre, aprovecharé una reseña para divagar sobre los asuntos más singulares. En esta ocasión, el segundo volumen de “Lanfeust de las Estrellas” de Yermo Ediciones es una ocasión ideal para hablar de uno de los grandes ignorados de la edición de cómics: los lomos.

lanfeustestrellas2_portadaLanfeust está atrapado en una brecha temporal, separado de sus amigos Cixi y Hebus, sin posibilidad de volver a su tiempo ni a su mundo. Pero Lanfeust no es alguien que se deje vencer por las adversidades, y está dispuesto a enfrentarse a un mercado de esclavos, a unos terroríficos hombres de las nieves y a unos monstruos metamorfos para poner solución a sus problemas.

El lomo es la parte lateral del libro donde se sujetan todas las hojas, y opuesta al corte de las hojas. Suele llevar escrito el título de la obra, el autor o autores y la editorial, y ocasionalmente añade algún dato adicional como la colección o imágenes identificativas. Si la obra está formada por varios tomos, también se indica el número de volumen. Como es evidente, el ancho del lomo depende de la cantidad de páginas del libro y del grosor del papel.
Cuando las obras son lo suficientemente gruesas, hay espacio suficiente para situar el nombre de la obra de manera horizontal, con lo que se facilita su lectura. En la mayoría de los libros, sin embargo, el lomo no tiene anchura suficiente y se acostumbra situar el nombre de la obra de forma vertical. La orientación de la lectura nos obliga a hacer este incómodo ejercicio de girar el cuello a un lado y al otro para leer el nombre del libro. ¿Porqué? Los libros editados en castellano, por norma editorial, escriben el nombre de abajo hacia arriba; de manera que inclinamos la cabeza hacia nuestra izquierda para leer los datos. Los libros editados en la tradición anglosajona (principalmente Reino Unido y Estados Unidos) colocan el nombre del libro en la dirección inversa; de manera que la cabeza debe inclinarse hacia la derecha con tal de poder leer los lomos. ¿Cuál es mejor? Hay mucho debate sobre ello, pero hay una desventaja evidente en el formato en castellano: cuando el libro está colocado horizontalmente sobre una mesa, con la cubierta orientada hacia arriba, el nombre queda situado al revés. Una incomodidad a medio camino entre lo estético y lo funcional.
La verdad es que el lomo del libro debería requerir la mayor atención del autor y su editor por ser la parte del libro visible en las estanterías de la librería y por el hecho de que, precisamente por eso, sirve como orientador de la búsqueda, pero es una evidencia que en muchas ocasiones es uno de los elementos más ignorados y al que menos esfuerzo y atención se le dedica.
Los cómics de Yermo Ediciones, que son los que nos ocupan hoy, tienen un lomo que ya es una seña de identidad propia y reconocible pese a la juventud de la editorial. Eso demuestra que los editores tenían las ideas claras, y desde el primer cómic publicado hace tres años los lomos de sus obras publicadas tienen todas exactamente el mismo formato: el texto orientado de abajo hacia arriba, con el logotipo de la editorial en la parte inferior sobre un fondo blanco, una imagen representativa de la obra encima (normalmente un personaje), el título enmedio acompañado por su subtítulo o número de volumen, siempre con su topografía correspondiente, y el nombre del autor o los autores en la parte superior. A veces el autor tiene nombre y apellidos y, en ocasiones, solamente el apellido.
En el caso de la obra que nos ocupa, el lomo pone lo siguiente, de abajo a arriba: Yermo Ediciones, una imagen de Swiip, Lanfeust de las Estrellas Volumen 2, Arleston-Tarquin.
De todas maneras, si alguién tiene curiosidad por ahondar en el asunto y comprovar si todos los editores de cómics siguen el mismo formato, estaría bien que echara una ojeada a los cómics de Norma Editorial y se fijase en que dirección están orientados los textos de los lomos…

Y volviendo al asunto que nos ocupa…

Lanfeust de las Estrellas” (“Lanfeust des Etoiles“) es una nueva incursión en el mundo mágico de Troy, creado originalmente por Christophe ‘Scotch’ Arleston y Didier Tarquin en los álbumes de “Lanfeust de Troy” para Soleil Productions, y que son todo un fenómeno dentro del mundo del BD francobelga puesto que han vendido cientos de miles de ejemplares de cada volumen en nuestro país vecino.
En esta ocasión omitiremos el habitual repaso a la historia de la saga de “Lanfeust de Troy“, a sus distintos y múltiples productos asociados, o a la relevancia de Arleston y Tarquin en el cómic francés, puesto que es un asunto que hemos explicado en muchas ocasiones y repetido hasta la extenuación, en las distintas reseñas de la franquicia de Troy. De todas maneras es importante señalar, amigo lector, que si llegas por primera vez a este universo mágico a través del segundo volumen de “Lanfeust de las Estrellas” es conveniente, imperativo, que te detengas ipso facto y dirijas tus pasos hacia los títulos precedentes, necesarios para entender donde estas, y antes de descubrir que Lanfeust está atrapado en una brecha temporal, separado de sus amigos Cixi y Hebus, y sin posibilidad aparente de volver a su tiempo ni a su mundo, deberás visitar la fastuosa ciudad de Eckmul, huir de los voraces trolls, experimentar la singular magia de Troy que confiere a todos sus habitantes una habilidad única, temblar ante la crueldad del malvado Thanos o caer embelesado ante la seductora Cixi. Mi recomendación: los ocho volúmenes de “Lanfeust de Troy“, los de “Trolls de Troy“, y las tres de “Cixi de Troy” de Christophe Arleston, Olivier Vatine y Adrien Floch dedicados a la pícara y desvergonzada Cixi. El resto, como la secuela “Lanfeust Odyssey“, “Les Conquerants de Troy” de Christophe Arleston y Ciro Tota o las “Légendes de Troy” que incluyen, por ejemplo, “Noche Azafrán” de Arleston, Melanÿn y Hérenguel o “Tykko del desierto” de Arleston, Melanÿn y Keramidas, son opcionales.

Esta segunda entrega de la versión ‘ciencia-ficción’ de las aventuras de Lanfeust nos devuelve el guerrero más divertido de la BD, y a sus compañeros, amigos, aliados, enemigos y antagonistas, con aventuras completamente inéditas realizadas por los dos creadores del personaje, los míticos y prolíficos Scotch Arleston y Didier Tarquin, acompañados por el color de Claude Guth. Esta segundo álbum nos ofrece más de doscientas páginas repletas de acción a raudales, humor, magia, algo de ciencia-ficción y mucha fantasía en cuatro actos, del quinto al octavo: “La cabalgada de bacterias“, “Los estertores del filibustero“, “Los secretos de los dolfantes” y “La sangre de los cometas” con el que finaliza la serie.
Aquí nos reencontraremos con nuestros añorados Lanfeust, Cixi, Hebus y al malvado Thanos allí donde los dejamos al final de “Los bebedores de mundos”: Lanfeust, el orgnobi Swiip y la amazona Qam (¡y una gallina y una cabra!) en el planeta Patacelsia, alejado por una eternidad de tiempo y espacio de su amada Cixi y el troll Hebus. Pero las cosas han cambiado un poco, puesto que de verse inmersos en una contienda entre razas milenarias que quieren aprovechar sus poderes para dominar el universo, tanto Lanfeust como su némesis Thanos se han convertido en poderes temibles, e incluso la explosiva Cixi ha sabido dejar de ser un peón en el tablero para convertirse en una de las piezas más valiosas de la contienda. Ni el metamorfo príncipe mercante Vekelar, ni los traicioneros patacelsos y ni los Trece saben a quien se enfrentan…

Lanfeust de las Estrellas” tiene todo lo que te puedas imaginar. La orginalidad es desbordante, y su concepción recuerda a lo mejor del “Valérian” de Pierre Christin y Jean-Claude Mézières. Un bombardeo constante de ideas originales, de guiños, de cameos y de acción desenfrenada. Ideas originales, a montones en cada página. Cada nuevo planeta al que las aventuras de Lanfeust, Cixi y Hebus nos arrastran, cada nueva criatura que aparece en la función para poner a prueba las habilidades de los héroes, cada nueva nave espacial que surca la galaxia o cada nuevo personaje que aparece en el escenario es una muestra constante de la desbordante imaginación de Arleston, que pone a prueba los lápices de un Tarquin que, de nuevo, demuestra que puede estar a la altura de lo que su compañero de viaje le exige. La sinergia entre ambos es enorme. Todo ello con representado con miles y miles de detalles en cada viñeta que necesitan de varias lecturas para ser apreciados en su totalidad. Abrumador en cantidad, minuciosidad y calidad, la cabeza de Arleston y la mano de Tarquin, tan fresco, ágil y detallista como el primer día, nos ofrecen una imaginería fantástica de objetos, edificios, lugares, artefactos y paisajes, reproducidos con pulcritud y precisión en “Lanfeust de las Estrellas“, así como en los personajes y las criaturas que lo pueblan. El humor, la aventura sin pausa ni pretensiones, cameos y chistes escondidos para los fans y la originalidad desbordada están en el guión de esta historia, y la belleza, el ritmo, la compleja sencillez y la expresividad en su dibujo y color.

Como lo era “Lanfeust de Troy“, “Trolls de Troy“, “Cixi de Troy” o el primer volumen de “Lanfeust de las Estrellas“, este segundo volumen integral de “Lanfeust de las Estrellas” una divertidísima y muy muy (¿he dicho muy?) recomendable aventura ambientada en un universo abrumador, repleto de detalles, que crece y crece con cada nueva página. Es un lujo para la vista. El entretenimiento es siempre la regla principal de los cómics de Troy, y Scotch Arleston y Didier Tarquin la cumplen aquí a rajatabla.

Ahora toca esperar el siguiente ciclo en las aventuras de Lanfeust: “Lanfeust Odyssey“. ¿Para cuándo, amigos de Yermo Ediciones?

Lanfeust de las Estrellas 2
Guión: Scotch Arleston
Dibujo: Didier Tarquin
Título original: “Lanfeust des Étoiles” vols. 5 a 8
Colección: BD
Fecha Publicación: Junio del 2016
ISBN: 978-84-16428-58-8
Tamaño: 22,3×31,2cm. Color. Cartoné
Páginas: 216
Precio: 40,00 euros