Nova acaba de publicar la tercera entrega de la trilogía de La Primera Guerra Fórmica, La Tierra Despierta, unos libros firmados por Orson Scott Card y Aaron Johnston que nos devuelven 100 años antes de El Juego de Ender y que explican por qué actuó la Tierra como lo hizo en su guerra con los fórmicos.

La Tierra Despierta / La Primera Guerra Fórmica 3
Orson Scott Card, Aaron Johnston
Nova
ISBN: 9788417347093
464 páginas
Rústica con solapas
20.90 €

Ambientada cien años antes de los sucesos acontecidos en la «Saga Ender», la nave alienígena gritó a través del sistema solar, interrumpiendo las comunicaciones entre los barcos mineros humanos y la Tierra. Comenzaron a aterrizar equipos de fórmicos en China. Millones de personas estaban muriendo y el planeta podría perderse. Pero en China, el escuadrón de Mazer Rackham ha desarrollado un método para destruir los módulos de aterrizaje alienígenas; y en Luna Lem Jukes y su tripulación podrían tener la clave para destruir la nave madre…

El Juego de Ender nos hablaba de una Tierra que había sido atacada por los fórmicos, una Tierra que habría sufrido los horrores de las guerras intergalácticas hasta en dos ocasiones y que había resistido unida, una Tierra que se preparaba para “devolvérsela” a los fórmicos y cuya punta de lanza era el propio Ender. La saga fue un absoluto éxito, pero nos quedaba pendiente saber cómo se habían desarrollado las dos Guerras Fórmicas, cómo había logrado resistir la Tierra y qué papel habían jugado los escasos personajes, como Mazer Rackham, que ya conocíamos y que sabíamos que habían jugado un papel determinante.

Después de dos intensos libros, La Tierra Desprevenida y La Tierra en Llamas, Orson Scott Card y Aaron Johnston se avienen a contarnos en La Tierra Despierta, el desenlace de la I Guerra Fórmica, un libro en el que nos prometieron acción a raudales, ataques desesperados y prácticamente suicidas, una humanidad dividida que busca resistir y vencer a cualquier precio y, de paso, reunir toda la información posible sobre los invasores.

No hay duda de que los POM y el preEnder, Bing, son uno de los centros de interés de La Tierra Despierta, especialmente por los acontecimientos de los libros anteriores y porque las defensas chinas son, digámoslo así, un chiste que necesita cualquier tipo de ayuda contra los fórmicos. Sea como sea. Así que por ahí tenemos a los chicos, haciendo de las suyas, mientras Wit y Rackham, supervivientes del ataque de La Tierra en Llamas, se van haciendo camino en la burocracia china para sobrevivir, aunque pronto se sumarán al esfuerzo bélico para aportar soluciones, lo que les llevará a los brazos de los indios y logrará internacionalizar el esfuerzo bélico. Poco a poco se van dando los pasos para la creación de la Flota Internacional que, espero, veremos en su esplendor en la siguiente trilogía

Quizás sea más interesante la trama “espacial”, y es que Víctor, Imala y Lem se reparten algunos de los momentos más interesantes, primero con Víctor e Imala asaltando la nave fórmica, en todo momento con las conspiraciones empresariales que debe afrontar Lem (casi el protagonista absoluto de la historia) y, finalmente, con un épico desenlace que hace que todo lo leído nos entretenga, divierta y haga soñar a lo largo de más de 450 páginas.

Me ha gustado muchísimo el trabajo de Orson Scott Card y Aaron Johnston en el conjunto de la I Guerra Fórmica y estoy deseando que Nova se lance a publicar la trilogía de la II Guerra Fórmica que comenzó a editarse con The Swarm (El Enjambre, 2016) y continuará próximamente con The Hive (La Colmena, 2018) y The Queens (Las Reinas, 2019). No bromeo, el final de La Tierra Despierta incluye un epílogo de esos que hacen que tú mente cante “esto no se ha terminaaaadooooo” y la verdad es que después de disfrutar tantísimo con esta primera trilogía de las Guerras Fórmicas, después de devotar La Tierra Despierta… ¡necesito la nueva trilogía!

En definitiva, se agradece comprobar que Nova sigue teniendo hueco para las novelas Orson Scott Card, junto a Aaron Johnston, aunque no tanto como en otros tiempos (donde sacaban cualquier cosa que escribiese) y desde luego que he disfrutado con esta maravilla de opera espacial que es la I Guerra Fórmica.