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La novela de “La princesa prometida” (“The princess bride“) de William Goldman, igual que la película homónima de Rob Reiner, siempre han estado a nuestro lado. Nunca se han ido. Y es necesario redescubrir la novela original del año 1973, una intemporal joya de la fantasía, a los lectores más jóvenes que “pierden el tiempo” con Harry Potter, Katniss Everdeen y compañía. Íñigo Montoya, el pirata Roberts, Buttercup, Wesley, Vizzini, el conde Rugen, Fezzik, el príncipe Humperdinck,… ¡no saben lo que se estaban perdiendo! Es una obra que debe trascender el tiempo, y pasar de generación en generación.

El añorado escritor William Goldman, ganador del Óscar en dos ocasiones, por los guiones de “Dos hombres y un destino” y “Todos los hombres del presidente“, fallecido en noviembre de 2018, reunió en “La princesa prometida” todos los elementos clásicos de los grandes relatos ambientados en un mundo de fantasía medieval, de los mejores cuentos de los hermanos Grimm, Perrault o Andersen, imprimiéndoles su fino sentido del humor y construyendo unos personajes tan tópicos como emblemáticos, que representan a todos los héroes y villanos de nuestros cuentos de infancia y rinden un brillante homenaje a la novela de aventuras.

La historia nos cuenta como la bella Buttercup jura amor eterno a Westley, que parte en busca de fortuna y es asesinado por unos piratas. La doncella, obligada, se promete al príncipe Humperdinck de Florin, un bellaco al cual solo le interesa la caza. El mejor esgrimista, el hombre más inteligente y el más fuerte del mundo son contratados por los enemigos de Florin para raptar a Buttercup. En la huida, sufren la incansable persecución de un encapuchado que los retará uno a uno en su propio terreno.

En 1987 la novela saltó a la gran pantalla en una producción excelsa, dirigida por Rob Reiner y protagonizada por Robin Wright, Cary Elwes, Chris Sarandon, Mandy Patinkin, Wallace Shawn, Christopher Guest y André el Gigante, entre otros. La banda sonora de Mark Knopfler, el líder de “Dire Straits“, redondeaba esta obra maestra del cine de aventuras.

Hoy es una película de culto, una joya que recuerdan con nostalgia quienes eran niños y adolescentes a finales de los años ochenta, y casi todos tenemos una frase guardada en la memoria que, cuando alguien la pronuncia, no podemos evitar sonreir: “Hola; mi nombre es Íñigo Montoya. Tu mataste a mi padre. Prepárate a morir.” (“Hello, my name is Inigo Montoya. You killed my father. Prepare to die!“). Salida de la pluma de Goldman, se ha convertido en una de las más repetidas y reconocibles de la historia del cine.

La novela, cosa que no hace la película, se presenta como una selección de fragmentos de una obra del autor ficticio S. Morgenstern (o “la versión de las partes buenas“), y cuenta con ingeniosos apuntes del autor, William Goldman, a lo largo de todo el texto, de manera que leer el libro pese a haber visto la película con anterioridad será todo un descubrimiento para el lector.

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