“Cincuenta sombras de Grey” encendió la mecha del fenómeno y, ante la respuesta entusiasta de los lectores (principalmente lectoras), todas las editoriales se han lanzado en busca de su propio bestseller internacional de novela erótica. Como en su momento ya sucedió con “El Código DaVinci“, están saliendo imitadores, copias, variantes y propuestas similares por doquier. Y separar el grano de la paja se hace muy difícil.
La imitación rige el mercado de la cultura. No el aspecto creativo de la cultura, más preocupado por la innovación y la búsqueda de nuevos caminos, sino el negocio de la cultura, que elige copiar lo que obtiene éxito y ventas. Las editoriales, no lo olvidemos, son empresas que buscan un beneficio económico por sus productos, de manera que si la novela erótica light dirigida a mujeres está de moda, las editoriales ofrecerán al público lo que demanda.
Todo empezó con “Cincuenta sombras de Grey” (“Fifty Shades of Grey”), la trilogía erótica de E.L. James (formada por “Cincuenta sombras de Grey”, “Cincuenta sombras más oscuras” y “Cincuenta sombras liberadas”) sobre la estudiante de Literatura Anastasia Steele, que recibe el encargo de entrevistar al exitoso y joven empresario Christian Grey, y queda impresionada al encontrarse ante un hombre atractivo, seductor y también muy intimidante. La inexperta e inocente Ana intenta olvidarle, pero pronto comprende cuánto le desea. Cuando la pareja por fin inicia una apasionada relación, Ana se sorprende por las peculiares prácticas eróticas de Grey, al tiempo que descubre los límites de sus propios y más oscuros deseos. Una novela erótica dirigida a un público fundamentalmente femenino. “Porno para mamás”, lo han llamado algunos.
Publicada en nuestro país por Grijalbo, el éxito ha sorprendido a propios y extraños: “Cincuenta sombras de Grey” ha encabezado las listas de bestseller en todo el mundo, incluyendo el Reino Unido y los EE.UU., la serie ha vendido más de treinta millones de ejemplares en todo el mundo, y los derechos del libro han sido vendidos en casi cuarenta países. Como es lógico, la competencia se ha apresurado a buscar su propia “Cincuenta sombras de Grey”.
Por ejemplo, por un lado, nos llega el anuncio de “Treinta noches con Olivia” de Noe Casado, donde las altas dosis de amor y pasión rompen la monotonía de un pequeño pueblo de España. La escritora burgalesa Noe Casado presenta una perfecta combinación de amor y grandes dosis de erotismo en una novela ambientada en un pequeño y monótono pueblo de Burgos en el que reside Olivia. Con la llegada de Thomas, un inglés estirado, el verano de Olivia se convertirá en un periodo de tormentosas y ardientes noches de pasión. La nueva novela de Casado se suma al fenómeno mundial del subgénero erótico que ha destapado “Cincuenta sombras de Grey”, un fenómeno que ha roto el tabú de la novela erótica y ha normalizado su lectura gracias a unos títulos y cubiertas que no dejan entrever su inflamado contenido.
Por su parte, Espasa anuncia la trilogía erótica “Crossfire” y el primer libro “No te escondo nada” de Sylvia Day, una novela de alto voltaje, provocativa y apasionada que no podrás soltar desde la primera a la última página. “Gideon Cross apareció en mi vida como un rayo de oscuridad… Era guapo y brillante, imprevisible y sensual. Me atraía como nadie ni nada lo había hecho en toda mi vida. Ansiaba tocarle como si fuera una droga, aun sabiendo que eso me debilitaría. Yo estaba muy herida y él abrió esas grietas tan fácilmente… Gideon lo sabía. Tenía sus propios demonios. Y nos convertimos en los espejos que reflejaban las heridas más íntimas de cada uno…y también nuestros deseos. Los lazos de su amor me transformaron, incluso cuando rezaba para que la tormenta de nuestro pasado no nos separaba.” La novela cuenta la ardiente historia de Eva Tramell y Gideon Cross, con muchas similitudes a la de Anastasia Steele y Christian Grey.
Curiosamente, por parecerse, hasta las imágenes de la portada tienen ciertas similitudes. ¿Nos debería sorprende? Ni mucho menos. A principios de la década pasada, con la publicación del bestseller “El Código Da Vinci” de Dan Brown se desató un fenómeno literario que llenó las librerías con novelas con tramas similares, que mezclaban oscuros acontecimientos históricos del pasado con conspiraciones, y no hace ni cinco años que la novela negra nórdica se puso de moda a raíz de la trilogía “Millenium” de Stieg Larsson y cientos de imitadores inundaron las editoriales con sus manuscritos inspirados en el género.
Así, no es nada sorprendente que el género literario del “erotismo light” sea hoy el que ocupa la mayoría de los estantes dedicados a las novedades en las librerías. Es algo que ha sucedido con anterioridad, y que volverá a suceder. Vender libros es un negocio, aunque justifiquemos que la literatura es cultura y que su objetivo principal es cultivar el intelecto y desarrollar a las personas, y como negocio que es busca un objetivo prioritario que es el beneficio económico. Si el beneficio redunda también en la sociedad, bienvenido sea.
¡Un episodio genial! Y me pareció un acierto el casting. Tawny Newsome como Beckett Mariner y Jack Quaid como Brad…