No lo voy a esconder: adoro a Denis Villeneuve. El director canadiense se ha ganado, con todas sus películas, el respeto de la crítica y del público. Lleva más de una década haciendo grandes películas, propuestas interesantes, inovadoras y rompedoras, que interpelan al espectador y le obligan a pensar. “Prisoners“, “Enemy“, “Sicario“, “Blade Runner 2049“, las dos entregas de “Dune“,… y “La Llegada“. Ésta ya se ha convertido en una película de culto y en un clásico intemporal de la ciencia-ficción. Muchos se echaran las manos a la cabeza al comprobar que los grandes premios ignoran a Denis Villeneuve cuándo deberían haberlo reconocido desde el primer día. Al tiempo.
“La Llegada” es una de las mejores películas de ciencia-ficción del siglo XXI. Más todavía: es una de las mejores películas de ciencia-ficción de la historia del cine. Y subo la apuesta: es una de las mejores películas de lo que llevamos de siglo XXI. La manera en la que el director se acerca al guión de Eric Heisserer se aleja del cánon de la ciencia-ficción, de la misma manera que lo hizo “Gattaca” de Andrew Niccol en su momento: una mirada minimalista, melancólica, solemne, perturbadora, y sin convertir la tecnología en el centro del relato. Una puesta en escena de mínimos para centrar toda su atención en los personajes y los alienígenas heptápodos.
Protagonizada por Amy Adams, Jeremy Renner, Forest Whitaker, Michael Stuhlbarg, Tzi Ma y Mark O’Brien, “La Llegada” (“Arrival“) nos contaba la historia de Louise Banks, una experta en lingüística que está sufriendo por la trágica y reciente pérdida de su hija. Ante la llegada de varias naves alienígenas, que se sitúan en diversos puntos del planeta, Louise es reclamada por el ejército, junto al científico Ian Donnelly, para conseguir comunicarse con los visitantes.
Basada en el relato “Story of Your Life” de Ted Chiang, una de las reflexiones más interesantes del cuento de 1998 y de la película es aquella que señala que la percepción del tiempo que tenemos los humanos no tiene porqué ser la misma que tengan otros seres inteligentes del universo. De hecho, la dificultad que tiene Louise Banks para comunicarse con los visitantes no es por el lenguaje de unos y otros sinó por la concepción del tiempo lineal del ser humano contra la concepción circular de los heptápodos. Y puestos a pensar, si Louise conoce al final de la película todo su futuro, ¿no es capaz de cambiarlo? ¿Significa eso que el futuro está predeterminado y no se puede modificar?
Curioso porque justo ahora ando enganchado a la trilogía de los Arquitectos... y en cuanto acabe con ella iré a…