Clásico entre los clásicos del cine fantástico, “La Cosa” es una película que en su momento se consideró serie B, fue vapuleada por la crítica solamente con el paso del tiempo se ha convertido, no solo en objeto de culto, sino en quizás una de las mejores películas de ciencia-ficción y terror de la historia del cine.
Esto ya le sucede a menudo al director John Carpenter, un outsider que siempre se ha movido con comodidad en los subgéneros: “La noche de Halloween“, “La niebla“, “Golpe en la pequeña China“, “Están vivos“,… Y si era posible, con su actor fetiche Kurt Russell como protagonista. Los presupuestos cortos y un mayor control sobre la producción le permitían dar forma a aquello que deseaba sin la injerencia de los estudios, aunque le convertían también en el objetivo de la crítica y solamente los aficionados al género le reconocían el talento.
Escrita por Bill Lancaster, basada en la novela de 1938 de John W. Campbell Jr. “Who goes there?” y remake de “El enigma de otro mundo” de Christian Nyby y Howard Hawks, la acción de “La Cosa” (“The Thing“) se desarrolla en el gélido invierno antártico, en una solitaria estación experimental de la Antártida. Un equipo de investigación de doce investigadores descubren a una extraña criatura venida del espacio que permanecía enterrado en la nieve miles de años. Al descongelarse y recuperar la vida el alien desatará el caos y el terror, pues esta forma de vida extraterrestre es parasitaria, y puede asimilar e imitar a otros organismos. Incluso, llegará a convertirse en uno de ellos y eso desatará la paranoia y el conflicto en los supervivientes: que cualquiera de ellos podría ser la Cosa.
Protagonizada por Kurt Russell, R.J. MacReady, A. Wilford Brimley, T. K. Carter, David Clennon, Keith David, Richard Dysart, Charles Hallahan, Peter Maloney, Richard Masur, Donald Moffat, Joel Polis y Thomas, entre otras, “La Cosa” es aún una película tan aterradora como entretenida, claustrofóbica como ninguna. El paso del tiempo no le han restado ni un ápice de suspense y sus efectos especiales atemporales siguen siendo tan efectivos como efectistas. El trabajo de Rob Bottin, encargado del maquillaje y los efectos que ya trabajó con Carpenter en “La Niebla“, es excepcional pero la verdad es que necesitó la ayuda de Stan Winston a causa de problemas de salud.
Hoy en día el venerable John Carpenter ya se ha retirado de la primera línea para tomar posiciones más de retaguardia, dedicado a aquello que le gusta sin el desgaste de levantar una película al irrepetible estilo ‘John Carpenter’, pocos medios y mucha imaginación, exprimiendo los escasos recursos de los que disponía para sacar adelante sus proyectos. Por fortuna nos queda su legado, que es eterno.
Pues yo la disfruté, no me pareció tan absurda porque, bueno, ya se veía que algo raro iba a pasar.…