Se suele atribuir a Alfred Hitchcock la frase en la que se desaconseja hacer películas con niños y animales. Si trasladamos la misma reflexión al mundo del cómic es posible que comedia, deportes e historias reales pueda parecer una apuesta arriesgada, pero en manos de José Luis Munuera y Kid Toussaint no lo es y la combinación funciona a la perfección.

30 de agosto de 1904, terceros Juegos Olímpicos de nuestra era. En las bulliciosas calles de San Luis (Misuri, Estados Unidos), se celebra la maratón más desastrosa de la historia del deporte mundial. Con una terrible marca de 3 horas, 28 minutos y 53 segundos, tan solo 14 de los 32 corredores consiguen acabar la maratón más lenta, tramposa y llena de hitos de todos los tiempos: entre otros, temperaturas de más de 30 grados, un recorrido mal señalizado, el primer caso registrado de dopaje organizado; los primeros atletas africanos en participar en unos Juegos Olímpicos (se habían salido de la cercana Exposición Universal); un cartero cubano vestido de calle (al que un lanzador de disco, amablemente, le corta las perneras del pantalón para que pueda correr con mayor comodidad); un atleta que realiza parte del recorrido en coche; y otros participantes con circunstancias personales alucinantes.

Puede parecer complejo hacer humor de la vida real, y más aún de hechos históricos de los que se han apropiado los eruditos, los intelectuales y los historiadores para darnos lecciones sobre el presente. Estos no toleran que se nadie haga burla o quite ni un ápice de seriedad a su ámbito de conocimiento, pero la verdad es que la historia de la humanidad, si se pudiese encajar en algun género, sería una comedia. Una enorme comedia. De principio a fin, desde los albores de la raza humana primigenia emergiendo de la oscuridad de las cuevas hasta hoy en día solamente a un artista de la carcajada y el disparate se le podría haber ocurrido semejante tontería. Que se lo digan a “La vida de Brian” o “El gran dictador” por ejemplo: la historia del hombre es una gran broma.

Puestos a buscar, la historia de la humanidad está llena de episodios hilarantes ante los que uno solamente puede reír. Hay muchos despropósitos, coincidencias, exageraciones y curiosidades ¿Acaso el viaje de Colón, viajando a las Indias y tropezando por accidente con América, no es un chiste? ¿Cómo es posible que Adolf Hitler fuera candidato al Premio Nobel de la Paz? ¿O que la maratón de los Juegos Olímpicos de Saint Louis 1904 sea la carrera más extraña de todos los tiempos? Sí, en los rincones de los libros de historia uno puede encontrar varios artículos sobre lo que sucedió el 30 de agosto de 1904 en Saint Louis, que fue cualquier cosa excepto una competición entre caballeros por saber cual de ellos era merecedor de una medalla olímpica por haber recorrido los 42.195 metros requeridos. Bueno, para empezar con el despropósito, la organización erró en el cálculo, con lo que la distancia de la maratón de los Juegos Olímpicos de 1904 solo alcanzó los 39.992 metros.

Pero equivocarse con la distancia de la maratón fue solo el primero de un montón de locuras que acontecieron aquel día. La maratón se celebró en pleno mes de agosto al mediodía, con una humedad relativa elevada, en el momento en que más calor podía hacer. A la hora de la salida la temperatura rondaba los 33 grados. Como resultado, solo 14 de los 32 atletas que comenzaron la prueba fueron capaces de acabarla. Y el primero en terminar la carrera no fue el ganador: tras tres horas y 13 minutos, el estadounidense Frederick G. Lorz cruzó la meta en sorprendente buen estado físico. ¡Por supuesto que estaba descansado! Había hecho gran parte del recorrido en el coche de su representante. Tras descubrirse el engaño los jueces descalificaron al corredor y esperaron pacientemente al vencedor. Y el estadounidense Thomas Hicks cruzó la meta con un tiempo de tres horas, 28 minutos y 53 segundos (más de media hora más que el ganador de la maratón de las Olimpiadas anteriores, que tuvieron lugar en París en el verano de 1900). Pero Hicks, que llegó a la meta muy perjudicado físicamente, tampoco había ganado limpiamente….

Sí, estas y otras muchas cosas sucedieron durante la maratón de los Juegos Olímpicos de Saint Louis 1904, y José Luis Munuera y Kid Toussaint decidieron que nos las iban a contar en un cómic maravilloso, tan divertido como ilustrativo sobre las miserias del ser humano. Y todas son verdad: el particular caso del cartero cubano Félix ‘Andarín’ Carvajal y sus pantalones recortados a la altura de las rodillas, el atleta sudafricano Len Taunyane perseguido por perros salvajes en sentido contrario, el corredor William García intoxicado por el polvo que levantaba el coche de los jueces,… y las alocadas ideas de James E. Sullivan, uno de los organizadores, al que los autores ponen como villano de la función por ser el responsable de las condiciones inhumanas que convirtieron esta carrera en un capítulo digno de la historia de la humanidad.

El dibujante de “La carrera del siglo” es nuestro adorado José Luis Munuera (Lorca, 1972), un artista prolífico por el que sentimos devoción. “Les Potamoks”, “Merlin“, “Nävis”, “Los Campbell“, “Walter, el Lobo“, “El juego de la luna“, “Zorglub“, “Cuento de Navidad“,… Con su exquisito sentido del humor al que nos tiene acostumbrados el dibujo de Munuera es, otra vez y como sabemos quienes venimos siguiendo el trabajo de este lorquino residente en Granada desde hace muchos años, dinámico y expresivo, enérgico y animado, inspirado por Albert Uderzo y con un particular estilo ‘cartoon‘ al que nos rendimos con una sonrisa. Pero José Luis Munuera no es solamente un dibujante increíble, al que el color acuarelado de Seydas otorga un nivel de excelencia superior, sino también un narrador en mayúsculas y sabe sacar mucho jugo a la historia creada por el periodista, escritor y guionista belga Kid Toussaint (“40 elefantas”, “Telémaco“, “Elles”, “Love love love“) con su forma de contarnos la intrahistoria de esta carrera de locos que, si queréis saber algo más, consta en los anales del deporte mundial. O en el artículo de Louise Depuydt que, a modo de epílogo, nos cuenta los entresijos de esta desconcertante maratón.

La edición de Astiberri Ediciones es excelente. En tapa dura y papel grueso, reproduciendo fielmente la edición original francesa de “La course du siècle” de Les Éditions Le Lombard del mes de octubre de 2023. Sí, solamente dos meses después de su publicación en Francia hemos podido disfrutar de este álbum en nuestro país y en nuestra lengua, y eso es algo que debemos agradecer pues no suele ser habitual.

Una historia tan real como poco conocida que hará las delicias de todos los lectores y de los aficionados al deporte en particular.

La carrera del siglo
Autor: José Luis Munuera y Kid Toussaint
Traducción: Rubén Lardín
Fecha de publicación: Enero de 2024
Colección: Sillón Orejero
ISBN: 978-84-19670-63-2
Formato: 22×28,8cm. Cartoné. Color
Páginas: 96
Precio: 19,00 euros