Nunca me he considerado un fan de nada ni de nadie, y por eso tampoco suelo acercarme a los autores para que me firmen o dediquen ejemplares de sus obras o para expresarles mi pasión por su trabajo. El concepto de fenómeno fan, tan de moda durante los últimos años, se asocia a comportamientos gregarios, convulsivos y caprichosos, y creo que tampoco puedo identificarme con eso, con los adolescentes histéricos que duermen a la intemperie a las puertas de los conciertos de las estrellas del pop. Pero, claro, el escritor Neil Gaiman es una cosa diferente.

ADVERTENCIA: Esta edición de Humo y Espejos sale a la venta el próximo 15 de junio.

En las manos maestras de Neil Gaiman, la magia es más que un mero juego de engaños. La destreza y el poder de invención de este gran fabulador transforman el entorno cotidiano en un mundo hechizado por sucesos sombríos y extraños, en el que una anciana puede comprar el Santo Grial en una tienda de segunda mano, en el que unos asesinos se anuncian en los clasificados de un periódico bajo la rúbrica «control de plagas», o en el que un muchacho asustado debe negociar con un trol malcarado y mezquino que vive bajo un puente ferroviario.

Todo parece posible en el universo de Gaiman. Esta recopilación de treinta relatos, poemas narrativos y piezas breves e inclasificables ofrece múltiples y variadas posibilidades para que el lector explore una realidad transformada, astutamente velada por el humo y las sombras, a la vez que tangible y afilada. Este nuevo libro del maestro prestidigitador Neil Gaiman seduce los sentidos, cautiva los sueños y conmueve el corazón.

Sí, creo que puedo afirmar sin sonrojarme que he intentado leer todo lo que se ha publicado en castellano del escritor Neil Gaiman. No puedo asegurar que todas sus obras hayan pasado por mis manos, pero una gran mayoría estoy seguro de que sí. ¿Eso me convierte, de alguna forma, en parte del ‘fandom’? En mi caso podría ser, aunque me identifico más con el seguidor fiel, ajeno a la cultura de masas y comprometido con la obra de su ídolo, pero pienso que sería una comparación muy desafortunada la de equiparar la trayectoria profesional del escritor de Porchester con los artistas, habitualmente del mundo del cine y de la música, que centralizan la atención del fenómeno fan.

Con el tiempo me he convertido, entre mi círculo de amigos, familiares y conocidos, en uno de sus principales valedores, y creo que muy pocos se han librado de mi persistente actividad evangelizadora. A todos ellos les he explicado que hay muchos caminos diferentes para llegar hasta Neil Gaiman. Si les gusta el cómic les recomiendo “The Sandman“, por supuesto, pero también “Orquídea Negra” o algunas de las adaptaciones de sus relatos al cómic, como “Criaturas de la noche” de Michael Zulli o “Misterios de un asesinato” de de P. Craig Russell. Si son lectores jóvenes les aconsejo empezar con “Stardust“, “Coraline” o “El libro del cementerio“. Si son devoradores de libros, “American Gods“, “Los hijos de Anansi“, “Neverwhere” o “Buenos Presagios“, a cuatro manos con el maestro Terry Pratchett, seguro que no les decepcionarán. Y si me confiesan que leen poco o que aún no conocen a Neil Gaiman ni de oídas, les sugiero probar primero con sus antologías de relatos, como “Objetos Frágiles“, “Material Sensible” o esta recién publicada reedición de “Humo y Espejos” (“Smoke and Mirrors“), que en esta ocasión nos llega de la mano de la editorial Salamandra (hay también una edición en castellano, de finales de los años noventa, que publicó Norma Editorial con traducción de Olinda Cordukes).

Sí, “Humo y Espejos” es una buena vía de entrada para llegar a Neil Gaiman. Sus diversas antologías son un cajón de sastre que recogen relatos breves e historias cortas, cuentos y poesías, historias dentro de historias, pequeñas bromas y homenajes, dedicatorias y secuelas, que pueden servir para seducir a los reticentes y a convencer a los menos habituales. Para los neófitos es una buena manera de introducirse en un universo cargado de miedos infantiles, nostálgico, extraño pero, a la vez, cotidiano, fantástico y rural, cargado de un oscuro sentido del humor y, sobre todo, de una imaginación desbordante y fuera de lo común. Para quienes ya mostrábamos una veneración sin límites por el escritor británico estas recopliaciones nos sirven para afirmar que Gaiman es uno de los grandes maestros de la ficción especulativa moderna y ni siquiera la multitud de premios que lucen en la repisa sobre la chimenea de su casa victoriana en Wisconsin hacen justicia a su grandeza.

Es verdad que, en general, las antologías de relatos suelen vender menos que las novelas. Su principal ‘handicap’, y quizás también una de sus virtudes más destacadas, es la heterogeneidad. Son obras que recogen relatos distintos, en ocasiones de autores diferentes o de un mismo autor pero escritos en momentos distintos, a menudo sin relación entre ellos ni vínculos de continuidad, que tratan temas cortados por un mismo patrón, preestablecido por el recopilador. Y esto genera discontinuidad en la lectura. El lector debe ajustar su enfoque con cada punto y final, pues puede empezar con un cuento excepcional que marque un listón muy alto a toda la antología para caer, justo a continuación, en un relato banal y de calidad muy inferior. O a la inversa: que el antólogo haya dispuesto los relatos en orden ascendente (de calidad, o de extension, o de relevancia,…) para aumentar la experiencia lectora y que lo que consiga, por el contrario, sea desmotivar al lector en las primeras páginas.

Realmente me pregunto cómo habran pensado la distribucion de relatos Neil Gaiman y sus editores en todas sus antologías, tanto en “Objetos Frágiles“, “Material Sensible” o esta “Humo y Espejos“, cuales son los conceptos por los que se han regido para elegir unas historias y descartar otras, para distribuir los textos, si hay una idea preconcebida, un plan previo, o si se han dejado llevar por el estómago, la cabeza, el corazón o, simplemente, el azar. El resultado de cualquier antología es, por definición, desigual y desequilibrado, pues son relatos compuestos a partir de retazos recogidos a lo largo del tiempo y el espacio, descontextualizados y, en ocasiones, sin ningún hilo conductor.

En “Humo y Espejos” en concreto hay una recopilación de treinta relatos, poemas narrativos y piezas breves e inclasificables ofrece múltiples y variadas posibilidades para que el lector explore una realidad transformada, astutamente velada por el humo y las sombras, a la vez que tangible y afilada. Como explica Gaiman en la introducción, los espejos son la herramienta que utilizan los magos para que el espectador vea aquello que quieren que vea y no pueda ver aquello que no quieren que vea.

Los treinta relatos que nos ofrece Neil Gaiman en “Humo y Espejos” son “Leyendo las entrañas: un Rondel”, “Caballería”, “Nicholas era…”, “El precio”, “El puente del troll” (premiado con el World Fantasy Award), “No le preguntes a Jack”, “El estanque de los peces de colores y otros cuentos”, El camino blanco”, “Reina de cuchillos”, “Cambios”, “La hija de los Búhos”, “La vieja popular de Shoggoth” (premiado con el World Fantasy Award), “Virus”, “Buscando a la chica”, “Solo el fin del mundo otra vez”, “Lobo de Bahía”, “Se lo podemos hacer al por mayor”, “Una vida, amueblada con Moorcock de la primera época”, “Colores fríos”, “El barrendero de sueños”, Partes Foráneas”, “Sextina de Vampiros”, “Ratón”, “El cambio del mar”, “Cuando fuimos a ver el fin del mundo”, Viento del desierto”, “Degustaciones”, “Pasteles de Bebé”, “Misterios de un asesinato”, y “Nieve, cristal, manzanas”, que incluyen un viaje al universo repleto de horror cósmico de H.P. Lovecraft, un troll bajo un puente que espera paciente el paso del tiempo, unos asesinos que se anuncian en los clasificados de un periódico e incluyen ofertas 2×1, una divertidísima versión cotidiana de la búsqueda del Sant Grial, un homenaje a la obra de Michael Moorcock y su Elric de Melniboné, el cuento de Blancanieves desde una óptica muy distinta que demuestra que todo depende del cristal a través del que se mira, o la historia del primer crimen, un asesinato cometido en el Paraíso mucho antes que el Dios cristiano, omniscente, omnipotente, omnipresente y omnibenevolente diese forma al hombre a partir del barro. Un buffet libre para dar satisfacción a todos los paladares. Algunos de estos textos no son nuevos para el lector en castellano, publicados en otras antologías o adaptados al cómic, pero nunca sabe mal regresar a Gaiman, y todos ellos son diferentes y sorprendentes.

¡Por cierto! Es imprescindible, indispensable, no saltarse la introducción inicial en la que el mismo Gaiman nos explica cómo, cuándo y dónde surgió la inspiración para dar forma a todas y cada una de sus fantasías de la antología. Es un manual de instrucciones, una mirada previa, un aviso a navegantes y una justificación del autor ante lo que se le avecina al lector. ¡E incluso nos ofrece un relato extra! Titulado “El Regalo de Boda“, que bebe sin pudor de “El retrato de Dorian Gray” de Oscar Wilde. La introducción no es un ‘spoiler’, sino una guía para el viajero, un aperitivo del copioso banquete que nos espera más adelante, la mirada de un voyeur por el ojo de una cerradura. ¿Mi recomendación? Una primera lectura antes de empezar la novela, y otra al finalizar, para relamerse y descubrir la motivación, la intención, la anécdota que esconde el texto.

Sí, “Humo y Espejos” es miscelánea con altos y bajos, heterogéneo y desordenado, hay grano y hay paja, pero en su conjunto es una nueva demostración de que Gaiman es uno de los escritores de imaginación más fértil y perturbadora de la actualidad. Es evidente que cada relato, a su manera, demuestra que es la obra de un maestro cuentacuentos, el mejor en el arte de contar historias evocativas y conmovedoras, de lectura amena y rápida que saben llegar hasta esos rincones de la memoria que los adultos solemos esconder bien adentro, al fondo y en un rincón, y que activan la nostalgia que nos hace sonreir y llorar.

El poliédrico escritor británico Neil Gaiman, en todos sus vértices creativos, sus brillantes textos para cómics, obras teatrales, ensayos, novelas de ciencia-ficción y fantasía, o su inmenso y galardonado trabajo en “The Sandman”, nos regala un nuevo punto de vista sobre el mundo, sobre su mundo, ese lugar aterrador pero tierno, hecho a medida de los adultos aunque los protagonistas sean, casi siempre, niños inocentes. Un mundo al que hay que entrar con prudencia, pues entre las páginas de esta antología hay ‘material sensible’, perturbador y desosegante, un universo cargado de máscaras, de miedos infantiles, nostálgico, extraño pero, a la vez, cotidiano, fantástico y rural, salpicado de un oscuro sentido del humor y, sobre todo, de una imaginación desbordante y fuera de lo común con la que Gaiman rinde homenaje a su arte, la narración, y a sus herramientas de trabajo con su estilo peculiar y particular, ese inconfundible sello del autor repleto de un imaginario característico a medio camino entre el romanticismo inglés y la novela gótica.

Para los aficionados a la obra del británico Neil Gaiman es maravilloso saber que aún tenemos mucho por descubrir, pues es tan prolífico que aún queda mucho material original pendiente de traducir al castellano y publicar en nuestro país.

Humo y Espejos.
Autor: Neil Gaiman
Editorial: Salamandra
Colección: Narrativa
Fecha de publicación: Mayo de 2017
ISBN: 9788498388046
Formato: 22×13,5cm. Tapa blanda
Páginas: 400
Precio: 20,00 euros