La ‘maldita’ Virginia Pérez de la Puente me la ha vuelto a liar. Cuando aún tengo pendiente leerme su libro anterior va y publica uno sobre vikingos y mitología nórdica, empiezo a leer el libro por compromiso (digo esto por ir de víctima, en realidad supliqué por una copia de prensa del libro) y acabo escribiéndole un email para exigirle más… Por si por culpa de mis desvaríos no os ha quedado claro, lo diré claramente: “Hijos del Dios Tuerto mola. Muchísimo.

 

Hijos del Dios Tuerto
Virginia Pérez de la Puente
500 páginas
3,36 € podéis

¿Quieres cambiar tu destino, Harek Haraldsson? Llegarán tras el deshielo. Llegarán sedientos de sangre, sedientos de vidas, sedientos de venganza. Y no puedes impedirlo. 

¿Quieres cambiar tu destino, Loki? Tu camino está trazado. El camino hacia la traición, hacia la muerte, hacia la destrucción de los mundos. Y no puedes evitarlo. 

El destino no se puede esquivar. El destino no se puede cambiar. El destino es. 

Las nornas tejen en su tapiz el pasado, presente y futuro de los nueve mundos, entrelazando los hilos de las vidas de dioses, hombres y monstruos. Ocultas bajo las raíces de Yggdrasill, las tres hilanderas empiezan a hilvanar un hilo de oro: el hilo de un héroe, Harek Haraldsson, jarl de un clan de vikingos que se prepara para el ataque de otro fiordo con el que mantiene una deuda de sangre. Mientras se debate entre la responsabilidad de proteger a su gente y la tentación de sucumbir a la sed de venganza, Harek ignora que su hilo está entretejido con los hilos de los dioses. De sus decisiones dependerá el destino de los æsir y su victoria o derrota en el Ragnarök, que llegará, como los enemigos de su clan, después del hielo. 

Una novela que se desarrolla entre las ramas de Yggdrasill, en los mundos poblados por los dioses, monstruos y seres sobrenaturales de la mitología escandinava. Los Nueve Mundos se convierten en el tablero de un juego fascinante en el que las Nornas manejan el destino de los hombres y los dioses, insensibles al sufrimiento de sus dos peones: Harek, el hombre con el rostro del dios del trueno, y Loki, el dios timador. En esta ocasión son los dioses quienes tienen que enfrentarse a un poder superior que los conduce irremisiblemente a la destrucción: el poder del destino. 

Una aventura con olor a bosque y a hielo, que deja un retrogusto a magia, a historia, a leyendas susurradas y a sangre derramada. 

Hace unos pocos días os anunciábamos que Virginia Pérez de la Puente había publicado “Hijos del Dios Tuerto” un libro ambientado en la mitología vikinga que tenía muy buena pinta y del que prometimos hacer, pronto, una reseña. Después de 6 días por fin puedo cumplir esa promesa, pero me gustaría, antes de nada, felicitar a Virginia por su valentía. No es fácil, para un escritor que ha publicado con dos de las grandes editoriales españolas, liarse la manta a la cabeza y pasar a autopublicarse. El mercado digital español aún no está tan maduro como el anglosajón y que una aventura así acabe triunfando es algo ciertamente complicado. Pero, por otra parte, esa valentía de autopublicarse es la que le permite marcar los tiempos, publicar lo que, y cuándo, le interese sin tener que dar cuentas a nadie ni esperar a que la editorial de turno haga números y decida si un proyecto como el de “Hijos del Dios Tuerto” puede salir adelante. Hay muchos autores que se autopublican, pero lo cierto es que no creo que haya muchos con la calidad, narrativa y de edición, de Virginia.

En el anterior artículo ya os hablé sobre la carrera literaria de Virginia, así que ahora voy a centrarme en “Hijos del Dios Tuerto” y en la querencia de la autora con los vikingos… con la mitología nórdica, perdón (para nada insinuo que a Virginia le molen las historias románticas, con giros que hacen que el lector se tire del pelo, qué vaaaaa) y con la mitología en sí misma. Y es que en este libro la acción se centra en torno al Ragnarök y una profecía de las nornas (las diosas que tejen el tapiz del Destino de los Nueve Reinos), se centra en el romance entre el jarl Harek Haraldsson y la völva Katla, pero a su vez se centra en Loki (para mi el verdadero protagonista del libro, por el destino que para él tejen las nornas), en Thor y en Odín, en cómo intentan evitar que la profecía de la norna Skuld se cumpla, en cómo intentan evitar el asesinato de Baldr a manos de Loki y los eventos que eso desencadenará, en cómo el destino de Harek está ligado a la profecía de Skuld. En definitiva, en cómo, una vez más, los asuntos de los dioses se incmiscuyen en el de los hombres… y en si es posible, o no, impedir que el destino dictado por las nornas se cumple o no.

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No quiero desvelaros demasiado sobre el argumento, básicamente porque Virginia ha escrito una historia tan intensa, tan emotiva, que es complicado no destripar el libro al analizarlo. Baste con decir que me encanta su Loki (al que encuentro muy cercano a la versión actual del Universo Marvel de los cómics), que he disfrutado muchísimo con la historia de Harek y Katla (incluso se me ha hecho corta la historia) y que, en general, su visión de la mitología nórdica me resulta muy acertada e interesante. Eso sí, Thor mola, pero porque está retratado como un vikingo que sólo piensa en esparcir su semilla, y aunque es inteligente (como podremos ver en determinados momentos del libro) no es menos cierto que Loki se lo (los, a todos) come con patatas.

Voy a aprovechar para confesar que al finalizar el libro escribí a Virginia para preguntarle si tenía intención de continuar la historia o la daba por cerrada con el final y con todas las pistas que había ido dejando y que, inevitablemente, dan la trama por finalizada… o no. Y aunque en un principio me aseguraba que la historia se cerraba así, acabó por abrir la posibilidad de continuar la historia (así que todos a pedir más!!), seguramente la pobre sólo estaba diciéndome lo que fuese para que me callase…pero ¡¡qué poco cuesta soñar!! Me aferraré a la esperanza, porque tengo claro que quiero más.

En realidad “Hijos de dios tuerto” tiene un final muy consecuente con toda la trama que hemos ido viendo a lo largo del libro, pero no es menos cierto que los personajes de Virginia enamoran, que la historia se me hizo corta y que me dejó con ganas de más historias en este maravilloso universo. Así que aunque Virginia ha hecho un libro consistente, con un mensaje consecuente, no puedo evitar querer más. Culpa de la autora, qué le vamos a hacer. No creo que sea el único al que le pasé.

Por cierto, ¿la edición? Impecable, no es que sea una edición profesional es que está por encima de muchas de las ediciones “profesionales” que podáis llevaros a las manos. Y por menos de 4 euros lo cierto es que no se puede pedir nada mejor.

En definitiva, “Hijos del Dios Tuerto” me ha encantado, y no es una sorpresa porque Virginia ya ha escrito 6 libros y cada vez lo hace mejor, además de porque tenemos unos gustos similares (gaticos inlcuidos), lo que hace que disfrute aún más con su trabajo. Estoy convencido de que este libro (en el que sí, también hay momento para que aparezcan los “vikingos furcios”) gustará a todo tipo de público, y yo os lo recomiendo muy efusivamente, me ha encantado.

Web oficial del libro