Han pasado quince años desde que Kevin Smith llegase a la nueva serie de “Green Arrow” dispuesto a traer de vuelta a Oliver Queen y a revitalizar a un personaje prácticamente olvidado. Quince meses después él, Phil Hester y Ande Parks habían cumplido con la misión de una manera magistral.

Han pasado unos “pocos” años desde que la llegada de Image Cómics cambiase el panorama de los cómics de superhéroes y pillase a las Dos Grandes a contrapié y sin saber cómo reaccionar ante unos héroes que si bien solían estar bien dibujados (al más puro estilo “hot”, olvidad la narrativa) también destacaban por unos guiones planos, unos personajes son otra chispa que la digital y… cientos de miles de ejemplares vendidos. Tanto en Marvel como en DC tomaron nota, siendo más acusado el cambio que se vivió en DC donde optaron por “jubilar” a algunos de sus personajes menos populares, ya sea mediante la “genial” idea de volverlos malvados (pobre Green Lantern, lo que tardó en recuperarse de aquella “brillante” idea) o de, directamente, matarlos y sustituirlos por otros héroes más jóvenes y “guays”. Este fue el caso de Green Arrow, Oliver Queen, que vio como su hijo (que, cómo no, fue concebido durante la estancia de Oliver en un monasterio… lo que hace preguntarse por la salud mental del guionista de esa historia, ¿Queen en un manicomio?) se veía obligado a tomar el manto de su padre cuando este moría en una… sigh, estúpida misión, y es que moría atrapado a una bomba, con Superman como testigo inútil y es que Oliver se negaba a perder un brazo para poder salvar la vida… ¿No os parece una de las formas más estúpidas de morir?

La muerte de Oliver pretendía ser tan real que, bueno, teníamos hasta a un impotente Superman como testigo para saber que no había trampa ni cartón, Oliver estaba muerto, del todo. Pero, claro, a los pocos años Connor demostró que no era ni la mitad de interesante que su padre, los lectores perdieron el interés y, bueno, sin su amigo Green Lantern (Hal Jordan, ahora en el lado de los malos psicópatas) tampoco es que Green Arrow tuviese demasiado interés, ¿verdad?.

Así que hubo que esperar un poquito para ver, de nuevo, regresar al Green Arrow original, esta vez de la mano de Kevin Smith, el director-friki de moda que nos había sorprendido con maravillas como Clekrs, Mallrats o Chasing Amy y que había demostrado su buen hacer con una pequeña etapa en Daredevil que nos había dejado, a todos, asombrados y deseosos de conocer su siguiente proyecto que no fue otro sino Green Arrow.

Ahora, entendedme, Kevin Smith, en aquellos momentos, podría haber ido a cualquier editorial, señalado al personaje que quisiera y haber comenzado a guionizarlo en ese mismo instante. Que se decidiese por traer de la muerte a Green Arrow, tras haber trabajado tan bien con Daredevil, podía deberse a dos cosas; o bien no estaba del todo seguro de cómo le iba a ir o bien estaba completamente seguro de que tenía La Historia de Green Arrow.

Suele decirse que “el tiempo dirá”, pero después de ver que la etapa, quince números, de Kevin Smith ya se ha publicado tres veces en castellano (con ediciones cada vez mejores) parece evidente que “el tiempo ha hablado”, el trabajo de Smith en Green Arrow es buenísimo, y es que no sólo logra traer de vuelta a Oliver, sino que también le devuelve su puesto como brújula moral de, bueno, de la propia JLA, aunque eso no será sin que antes le den el visto bueno todos y cada uno de los miembros de la JLA. Y Batman no es alguien que se deje convencer con facilidad, él tiene que hacer sus propias pruebas y Oliver las sufrirá.

Imagino que todo el mundo esperaría algo espectacular, Oliver enfrentado a sus múltiples enemigos, grandes dosis de violencia, todo lo que los editores de los 90 querían para Green Arrow en su momento,pero Kevin Smith les dio gato por liebre, su etapa se centra en traer de vuelta a Oliver, en restablecer sus lazos de amor y amistad, en encontrar su lugar en el mundo. Sí, hay un par de amenazas (especialmente reseñable es la llegada de un nuevo villano: Cacofonía), pero son relativamente secundarias ya que toda la carga dramática recae en la vuelta de un héroe a la vida, el cómo y por qué, además de el descubrimiento por parte de Oliver de lo mucho que ha cambiado el mundo y de lo necesario que es Green Arrow en Star City.

En resumen, Kevin Smith lo hizo todo bien, aportó humor y una visión de cómo debería ser la vida de Oliver Queen, de por dónde deberían transitar las tramas posteriores a la suya y lo hizo con una historia adictiva a más no poder.

Por cierto, otro de los méritos de Smith fue el de optar por trabajar junto a Phil Hester, un profesional que no había conseguido despegar y cuyo estilo era radicalmente opuesto al que cualquier lector esperaba. Phil fue capaz de aceptar el trabajo y demostrar que la elección había sido más que correcta, es uno de esos dibujantes que se preocupan más por ofrecer una buena narrativa que por ofrecer poses molonas, la sociedad formada por Phil Hester y Ande Parks convencieron en tal medida a crítica y lectores que continuaría en Green Arrow una vez que Kevin abandonase la serie. No sólo eso, la pareja de dibujante y entintador continuaron colaborando y el propio Hester nos demostraría lo bien dotado que estaba como guionista, trabajo en el que aún se prodiga.

Dejando aparte el hecho de que Green Arrow está de moda por la serie de televisión que, prácticamente, no tiene nada que ver con el cómic, hay que reconocer que esta es una etapa que merecía continuar en nuestras estanterías.

En definitiva, el Green Arrow de Kevin Smith, Phil Hester y Ande Parks es una joyita que debería estar en cualquier colección que se precie.