Después de disfrutar, inmensamente, con El Rey Trasgo. La Ciudadela y la Montaña, nos propusimos entrevistar a su autor, para bucear un poco más en el proceso de creación del libro. El resultado ha sido una de las entrevistas más amenas de los últimos tiempos.

Después de más de una decena de años trabajando en VíaNews reconozco que apenas conozco a gente del mundillo de blogs, por eso el nombre de Alberto Morán tan sólo me sonaba de haber leído sus artículos en Zona Negativa. No conocía, por tanto, a un autor destinado a deslumbrar a los fans del fantástico en España (¿y Latinoamérica?) hasta que supe que buscaba editorial para su primera novela. Contacté con él, le entrevisté y publicamos una noticia sobre su búsqueda. Algo así como un año después se anunció la publicación de El Rey Trasgo. La Ciudadela y la Montaña vía Kelonia Editorial. Una vez leído me propuse entrevistarle. Alberto, amablemente, contestó a todas nuestras preguntas. Por cierto, cuidadito con la antepenúltima pregunta porque va con SPOILER, ¡y de los buenos!.

Finalmente queremos agradecer a Alberto por su predisposición a concedernos esta entrevista y su pronta respuesta. Como premio reconoceré que yo también soñé con El Rey Trasgo durante su lectura. Eso sí, yo soñé con las batallas y asaltos a la Ciudadela.

– ¿Quién es Alberto Morán Roa y qué te ha llevado a escribir El Rey Trasgo?

Es alguien que, de tanto mezclar realidad y fantasía, se animó a hacerlo en un libro. Escribí El Rey Trasgo cuando la idea de este personaje unificó un montón de ideas sobre fantasía, historia y mitología que me rondaban por la cabeza desde hacía un tiempo, incorporándolas a su propio relato, a su mundo, hasta darles coherencia y articularlas en una novela.

– ¿Cómo ha sido el proceso de escritura?

Divertido, fluido, apasionante. Empecé en 2009 sin más objetivo que terminar la novela disfrutando de la experiencia, lo que restó mucha presión. Sabía cómo iba a empezar y terminar, pero dejé “espacio” para que fuesen los propios personajes los que dictasen por dónde debían ir ciertos acontecimientos, lo cual aportó frescura e hizo que el proceso fuese muy entretenido. Después de concluir el manuscrito lo dejé reposar un tiempo, lo retomé, hice unos cambios y le pedí una revisión a mi corrector y amigo Fernando Martínez Gimeno, además de a mis lectores cero.

– ¿Has notada muchas diferencias entre escribir artículos, traducir y escribir un libro? ¿qué te resulta más satisfactorio?

Escribir artículos me encanta porque estos giran en torno a un tema que tienes que hacer interesante e informativo en un espacio limitado, lo cual pone a prueba tu capacidad de síntesis, redacción y documentación. Además tienes que ser claro y accesible, no cabe decir “es que el público no entiende mi mensaje”. Por último hay un editor —en mi caso es Toni Boix, al que me honra llamar amigo— que te corrige sin piedad, que no está ahí para promocionarte o subirte la autoestima, sino para asegurar que haces un trabajo excelente. Eso curte mucho, te prepara para dar el salto a escritos más largos.

La experiencia de traducir depende en gran medida de lo que tenga entre manos: he trabajado con libros de zombis, descripciones de plantas energéticas, cómics y videojuegos. Es una actividad en la que cuentan la economía de palabras, la inventiva y la constancia.

¡Así que fíjate qué bagaje otorgan! Redactar artículos y traducir me proporcionaron una serie de habilidades que resultaron fundamentales para escribir El Rey Trasgo, y que influyeron mucho en el modo en el que me exijo a mí mismo, en el que busco no solo contar algo interesante sino contarlo bien. ¿Qué me resulta más satisfactorio? Escribir, claro, por la libertad que otorga, aunque me encanta redactar artículos, reseñas o traducir un buen cómic.

– ¿Qué te llevó a promocionar tu libro en busca de editor?

El querer hacer partícipe a todo el mundo y el no tener una expectativa concreta: mientras escribía, pocas veces me llegué a plantear cómo iba a ser el siguiente paso, una vez concluido el manuscrito. Mi meta estaba en escribir “FIN” en la última página, ¡lo que viniese después era una incógnita! Así que me lancé y, además de enviarlo a las editoriales por correo, quise darlo a conocer a los lectores para que supiesen qué se estaba cociendo y fuesen partícipes de mi aventura.

– En un principio se dijo que el Grupo AJEC iba a publicar El Rey Trasgo, pero poco antes de que anunciasen su cierre se confirmó que sería Kelonia Editorial, ¿el cambio fue anterior al cierre u obligado?

Recibí la información concerniente al cierre de AJEC varios meses antes de que se produjese, por lo que la editorial y la agencia acordaron la rescisión del contrato y empezamos a mover el manuscrito de nuevo hasta que recayó en Kelonia. Ni qué decir tiene que lamento mucho el cierre de AJEC, no por cómo ha podido afectar a El Rey Trasgo, sino por el rol de la editorial en la difusión de la literatura de género en español.

– ¿Qué opinas de la edición de Kelonia? ¿Te resulta satisfactoria?

Me gusta mucho, ya que colaboramos de forma muy estrecha en la edición. El Rey Trasgo es una novela muy particular, personal, por lo que quería que eso se notase en la edición: el formato es claro y legible, los encabezados con la sombra del trasgo son muy evocadores y los separadores de Bárbara Hernández son preciosos. Así que estoy muy satisfecho.

– Aunque a todo el mundo parece gustarle la portada yo sigo intentando crear polémica, ¿por qué una portada tan abstracta?

Como comentaba en la respuesta anterior, El Rey Trasgo es una novela muy particular y quería que la portada también lo fuese. Quería distanciarme de las ilustraciones digitales y los estereotipos fantásticos, optar por algo más evocador, simbólico, sugerente, que hablase del contenido sin mostrar mucho. Estuve devanándome los sesos durante semanas hasta que mi novia me hizo ver la luz… o las sombras, más bien. En cuanto tuve clara la idea, no tardé ni un minuto en escoger quién la llevaría a cabo. Conocía los trabajos de Bárbara con tinta y me fascinaban. Si ella quiere, y creo que así es, será la portadista de toda la saga.

– Gracias al sistema de ventas de Kelonia es más sencillo evaluar las ventas así que, ¿cómo lo está haciendo El Rey Trasgo?

Sin prisa pero sin pausa. Las recomendaciones están haciendo que cada vez más lectores, ya sean amantes de la fantasía o no, se animen a probar.

– ¿Y qué tal está siendo la acogida en cuanto a nivel de crítica y lectores?

Estaba satisfecho con mi trabajo pero la recepción ha sido excepcional, mejor de lo que esperaba. Hasta la fecha ha tenido trece reseñas, incluyendo la tuya, que la valoran muy positivamente. Los lectores me han transmitido impresiones muy buenas y un par de ellos hasta han soñado con la novela, cosa que me parece increíble. Me siento muy honrado al recibir unas valoraciones así y solo espero superar las expectativas con la segunda parte. Hablando de la cual…

– ¿Para cuándo la continuación?

Aún no lo sé exactamente: ya lo tengo todo planeado y llevo escritas 100 páginas; calculo que la segunda parte será el doble de larga que el primer libro —o más—, pero luego quiero dejar el manuscrito en un cajón unos meses, retomarlo, revisarlo a fondo… Creo que invierno de 2013 es una fecha realista y prudente para tenerlo todo terminado.

– Tengo innumerables preguntas sobre las referencias históricas que has tomado para cada nación, ¿puedes identificarnos alguna?

¡Venga esas preguntas, por favor! Thorar es una nación bajomedieval con tintes germánicos y unas gotas de la vieja marcialidad griega. Ara bebe de la Venecia bizantina pero llevada al extremo: es una tierra próspera donde el poder y la influencia no solo lo determina la espada. Esidia es una pequeña nación de estilo centroeuropeo como podría serlo Austria o la República Checa, muy avanzada tecnológica y culturalmente, una pequeña luz renacentista en un continente que aún no ha salido del oscurantismo y el medievo.

En la segunda parte conoceremos a fondo más naciones, como Grithar o Corcia. Y en el futuro habrá todavía más referencias históricas: Iza es como imagino a Afganistán o Asia Central si hubiese permanecido bajo la influencia macedonia durante siglos y Qoria, una frágil talasocracia llena de piratas, como la antigua Filipinas pero con una ambientación nórdica. Me lo paso en grande ideando naciones y lo más importante, elaborando a partir de su historia una forma de ser, de pelear, de ver el mundo. Hay doce naciones en total, y Óscar Pérez y yo estamos trabajando en una iniciativa muy interesante con ellas.

– ¿Por qué crear un juguete tan mortal como la Ciudadela y darle uso, cuál es el mensaje que pretendes hacernos llegar? (más que nada porque creo que muchos ya estábamos haciendo cuentas de dónde y cómo usar la Ciudadela?

Imagino que tras tanto rescate bancario y tanta medida tomada a espaldas de los ciudadanos, muchos lectores se habrán imaginado a los mandos de la Ciudadela, con dos o tres objetivos en mente.

La Ciudadela, su uso y su papel admite varias interpretaciones y puntos de vista, que es lo que buscaba. ¿Es lo que las naciones de El Rey Trasgo necesitaban para acabar con las guerras, o un arma que impone la paz de los cementerios?, ¿es una demostración de que el hombre lo convierte todo en un arma, o una reflexión sobre cómo utilizar el poder de una forma juiciosa?

– ¿Trasgos? ¿De verdad? ¿No se te ocurrió una raza menos… más…? ¡Ya me entiendes!

Trasgos. Desde el primer momento, trasgos, sin duda. No quería que la novela girase en torno a un ser grande, impresionante. El agente de cambio debía ser alguien pequeño, inexistente a ojos del mundo. Una criatura aislada, considerada en el folklore como poco más que un incordio que, motivada por su visión del mundo, está decidida a cambiarlo.

– ¿Qué te ofreció el diablo a cambio de tu alma y cómo conseguiste que fuese este libro?

A Diablo me lo cargué con mi bárbaro de nivel 65 allá por 2002, cuando todavía había cybersalas… Ah, perdón, hablamos de otra cosa.

No fue el diablo el que me tentó, sino el trasgo. Fue él el que se ofreció a dar cohesión al gran cúmulo de ideas que deambulaban por mi cabezota, a poner orden en aquel caos, pero su condición era clara: no quería protagonismo o un retrato magnífico, sino ser el eje de un mundo fantástico que aún no había nacido. Él convertiría esas piezas sueltas en una realidad, pero esa realidad tenía que ser suya. Y acepté.

– Nos asombra, y gusta, el tratamiento de la esgrima o de la estrategia bélica en esta novela, ¿te has documentado o eres un friki de cuidado?

Las dos cosas: me he documentado y soy un friki de cuidado. Me han ayudado mucho publicaciones como La Guerra en el Mundo Antiguo (Editorial Akal), Historia de la Guerra en la Edad Media (Editorial Papeles del Tiempo), European Medieval Tactics (volúmenes 1 y 2) de la editorial de historia militar Osprey y revistas como Desperta Ferro o Ancient Warfare, además de todos los libros y artículos que despertasen mi curiosidad.

En La Ciudadela y la Montaña la situación de los personajes obligaba a limitar el tipo de estrategias que se llevan a cabo, por lo que incluí una batalla en campo abierto para resarcirme y profundizar un poco la relación entre dos de las naciones. Pero en la segunda parte todo va a ser más variado y más grande, ya que la acción “baja a tierra”: va a haber escaramuzas, ejércitos muy diferenciados, nuevos y más espectaculares choques.

– Tengo entendido que visualizas la Ciudadela como una megaestructura de la muerte o algo por el estilo, ¿no te gusta nuestra teoría del Studio Ghibli?

La Ciudadela es un reflejo de la naturaleza humana. Por sí misma no es más que un pedazo de roca lleno de energía que vuela: es el ser humano el que la convierte en un arma que luego tiene que decidir cómo usar, si como elemento de sometimiento, como guardiana de la paz… o como ambas. El personaje del Rey Trasgo habla de ello, de un modo rudimentario pero lúcido, cuando conversa con uno de sus súbditos sobre el uso que se le puede dar a una piedra afilada. Dicho eso, me encanta la idea del castillo flotante de Laputa de Studio Ghibli convirtiendo todo en polvo añil… Totoro podría estar a los mandos.

– ¿Cuáles son las referencias de la novela? ¿y de los personajes?

Las referencias de la novela son desde la literatura épica más clásica a los cómics, que me han enseñado mucho sobre ritmo y narrativa: en El Rey Trasgo cabe todo. Creo que en sus páginas puede encontrarse un poco de cuanto he leído a lo largo de mi vida.

La mayoría de personajes no tienen referencias, pero aquí va una interesante: Kaelan Eranias se basa en Gotz von Berlichingen “Gotz de la mano de hierro”, un caballero y mercenario del Sacro Imperio Germánico que, al perder el brazo en una batalla, mandó construir uno de metal articulado… en 1504. Era un tío duro de la época y me cautivó su vida llena de aventuras, traiciones, ruina y gloria.

– ¿Te gustan los soliloquios del malo de turno o están forzados por la situación?

Personalmente me encantan, disfruté mucho escribiéndolos y se escribían solos. Sirven para mostrar un retorcidísimo punto de vista al lector sin ambages ni medias tintas, una perspectiva extrema e irracional pero alimentada con tal pasión que desprende cierto magnetismo. Además son momentos de calma tensa, pausados en apariencia, pero en los que impera una permanente sensación de amenaza. Me gusta el análisis del personaje que ha hecho Iria Parente en su blog, al que compara con el Sombrerero de Alicia o el Joker de Batman, pero más proactivo que el primero y más centrado que el segundo.

{spoiler title=Click para leer la pregunta con SPOILER opened=0} – ¿No te parece que el final es una barbaridad?
Sí, lo es. Es una tragedia monumental, el primer eslabón en una cadena de acontecimientos que va a llevar al continente entero al colapso. Pero de eso se trataba, de dar el pistoletazo de salida a algo grande. Aún queda mucho camino por delante {/spoiler}

– ¿Qué cambiarías del libro?

Uno de los aspectos más costosos de El Rey Trasgo fue cuadrarlo todo, hacer que todas las piezas encajasen en una historia coherente y cerrada, pese a su final abierto. No modificaría nada, ya que cualquier alteración supondría cambiar no ya la novela, sino el cauce de los acontecimientos en entregas posteriores. Obviamente, me hubiese gustado corregir las pocas erratas que han encontrado el modo de colarse, pero por lo demás la dejaré como está: es mi primera obra y cualquier defecto que tenga —no me cabe duda de que los tiene— será en el futuro un testimonio de mis orígenes como autor, del primer paso del camino. Siempre la veré con cariño.

– ¿De cuántos libros constará la saga?

No estoy seguro, calculo que entre cinco y seis. No quiero extenderme demasiado, pero tampoco concentrar la historia tanto que se pierdan detalles.

Agradezco muchísimo la oportunidad de haber contestado a tus preguntas. Gracias por tu interés en El Rey Trasgo, que espero se contagie a muchos visitantes de Vía News. Un abrazo a todos.

Reseña