Gracias a Aleta Ediciones podemos conocer a un nuevo personaje del Universo superheroico de Dark Horse, El Ocultista, un personaje mágico que nos llega de la mano de Tim Seeley y Victor Drujiniu, en la aventura del origen del mismo. Una historia eléctrica y sin pausa.

El Ocultista 1

Edición original: The Occultist 1-3 USA
Guión: Tim Seeley
Dibujo: Victor Drujiniu
Color: Andrew Dallhouse
Formato: Libro rústica, 136 págs. a color.
13,95€

Rob Bailey debe mantener el equilibrio entre tener novia, estudiar en la universidad y ser el nuevo portador de la Espada, un antiguo libro de hechizos que ha establecido un vínculo con él. Perseguido por un equipo de matamagos contratado por el poderoso Aiden Beck, el nuevo Ocultista deberá superar una prueba de fuego para aprender a dominar al poderoso tomo mágico, o sufrir a manos de mortales enemigos. Pero mientras lucha por su vida, nuestro héroe se pregunta si es él quien empuña esta enigmática arma, o si la espada le blande a él. Nueva serie encuadrada en el universo de superhéroes de Dark horse conocido como Proyecto Black Sky, junto con X, Capitán Midnight, Ghost o Brain Boy, de la mano del fundador de Dark Horse Mike Richardson (The Secret, La Máscara) y Tim Seeley (Revival).

Poco a poco vamos conociendo a los personajes que componen el Universo de Dark Horse de superhéroes; Capitán Midnight, X y Brain Boy, fueron los primeros en llegar y, poco a poco, van llegando nuevos personajes que debutan ante nuestros ojos, como hace el Ocultista en este volumen, mientras el editor se asegura de que sepamos que se avecina un acontecimiento conocido como “Proyecto Black Sky”, por aquello de ponernos los dientes largos, imagino, y es que esa saga, que comienza con una curiosa parodia de algunos de los orígenes de superhéroes más populares del mundo tiene como objetivo sacudir los cimientos del Universo de Dark Horse.

Pero volviendo al cómic que nos atañe hay que comenzar comentando que este nuevo personaje, “el Ocultista” abre camino a la magia en el Universo Dark Horse, y lo hace de una forma pelín alocada y que puede sorprender al lector novato, y es que Tim Seeley (un gran guionista-dibujante que garantiza que merece la pena leer este volumen y sucesivas entregas) apuesta por un origen rápido para saltar inmediatamente después a la acción y a los problemas que Rob Bailey debe ir superando conforme aprende a manejar la magia de la Espada, y también mientras aprende que “todo gran poder conlleva una gran responsabilidad” y es que alguno de los usos que Rob le da a estos nuevos poderes no está “del todo” bien, como por ejemplo lo que obliga a hacer a su ex-novia.

Tras leer esta primera entrega tengo un par de sensaciones encontradas, considero que hay potencial para que disfrutemos muchísimo con las aventuras de el Ocultista, pero también creo que Tim Seeley corre demasiado, la trama es tan rápida que apenas hay un momento de respiro para que Rob, y el lector, respiren y sepan qué sucede y hacia dónde se dirige la serie, esa es la intención de un Seeley que, aunque hace que el tiempo transcurra velozmente fuera de las viñetas no parece dispuesto a darnos un respiro, a Rob y a nosotros, quizás por falta de espacio y prisa por completar una intenta mini-serie, Seeley quiere ofrecer mucho y se queda corto en algunos aspectos.

El caso es que me gusta lo que establece Seeley en esta primera miniserie (en los USA ya ha salido una segunda miniserie The Occultist Volume 2: At Death’s Door), especialmente por el hecho de que la personalidad de Rob no está exenta de grises (por lo de su ex, por sus intereses románticos posteriores, etc) y creo que eso es algo que un personaje mágico debería tener, no ser el exponente de la honorabilidad, sino que haya margen para que esos grises le den interés al conjunto. Además el volumen acaba con un más que interesante cliffhanger que, seguro, os dejará con ganas de más.

En cuanto al trabajo de Victor Drujiniu, tengo que reconocerlo, si todo el cómic hubiese tenido unos acabados finales como el primer capítulo me pensaría muy seriamente  el recomendarlo, pero toda vez que Jason Gorder deja de entintar y se ofrece un nuevo tratamiento del color, de la mano de Andrew Dallhouse, los resultados mejoran mucho y la bisoñez del rumano se disimula bastante, dándole margen a mejorar su trabajo. Lo cierto es que a pesar de que aún se aprecian los trazos un poco inseguros en algunas viñetas el resultado final mejora enormemente lo visto en las primeras páginas ofreciendo un mejor resultado final.

En cuanto a la edición de Aleta, bueno, tengo que reconocer que me encanta el formato y el papel utilizado, hacen que al cogerlo en tus manos y hojearlos… en fin, es imposible no disfrutar del tacto y acabados de este tebeo, se agradece el material extra y aunque me gustaría criticar la falta de algún artículo en el interior reconozco que me ha encantado ver esa imagen final del Proyecto Black Sky.

En definitiva, El Ocultista supone el debut de un nuevo personaje, el encargado de cargar con el peso mágico de este universo, al menos de cara al lector, y lo hace con una entretenida y electrizante historia. Dentro de unos meses, imagino, Aleta nos ofrecerá su segunda miniserie,  The Occultist Volume 2: At Death’s Door, pero por lo visto aquí estoy deseando ver cómo explora Tim Seeley al personaje y lo que le rodea (además de ver cómo resuelve ese cliffhanger). De momento me gusta, mucho, que se haya optado por un personaje notavo, y no un auténtico maestro de las artes como podría ser el Doctor Extraño en Marvel.