El pasado martes 24 de febrero La 1 estrenó una serie de producción española, “El Ministerio del Tiempo“. Con una premisa muy habitual para los fans de la fantasía y la ci-fi, pero no para la audiencia española, la serie nos cuenta, básicamente, que los viajes en el Tiempo son posibles y existe un Ministerio español encargado de que nada se desmadre y que la Historia siga siendo la que es.

El Ministerio del Tiempo. El Tiempo es el que es
Creadores: Javier y Pablo Olivares
Producción: Onza Partners y Cliffhanger para TVE
Showrunner: Javier Olivares
Producción ejecutiva: Javier Olivares / Alicia Yubero
Producción ejecutiva TVE: María Roy
Dirección de producción: Alicia Yubero
Director de la serie: Marc Vigil
Directores capitulares: Abigail Schaaff / Jorge Dorado
Director de Fotografía: Isaac Vila / Unax Mendia
Director de Arte: Julio Torrecilla
Diseño de vestuario: Mª José Iglesias
Sonido directo: Jaime Barros / Sergio Burmann
Postproducción de sonido: Pelayo Gutiérrez (La Bocina)
Música: Darío González Valderrama
Montaje: Josu Martínez / Laura Montesinos
Efectos Digitales: Charly Puchol / David Heras (User T38)
Actores; Rodolfo Sancho, Nacho Fresneda, Cayetana Guillén Cuervo, Natalia Millán, Julián Villagrán, Víctor Clavijo, Hovik Keuchkerian, Miguel Rellán y Eusebio Poncela, entre otros

Cuando oí a Carmen Cabello hablando sobre la serie en Facebook mi primera impresión fue pensar que seguramente la iban a cagar, soy español y como tal no espero nada bueno de mi Gobierno ni de la televisión pública.  Pero la serie de Javier y Pablo Olivares (responsables de series como Isabel o Víctor Ros, cabe rendir homenaje a Pablo, fallecido en 2014 y que continuó trabajando en la serie hasta el último momento) tenía cosas que me llamaban la atención poderosamente. Lo quieran reconocer o no hay un tufillo a Doctor Who que incita al buen whovian. No estoy hablando de alienígenas, viajes al futuro o a otros mundos, estoy hablando de cómo se estructuran los capítulos, de cómo se trata el viaje en el tiempo y de cómo se logra recrear las épocas que visitan los funcionarios del Ministerio del Tiempo. No, repito, hablo de que se copie NADA de Doctor Who, nada que no sea la producción de cada capítulo y las soluciones aplicadas en la serie británica para obtener un producto de calidad sin un dispendio enorme, estoy hablando de la receta del éxito de Doctor Who; acción, aventuras, misterios y humor. En Ministerio del Tiempo han sabido ofrecer al espectador una serie de incentivos humorísticos (“No va a pintar bien, el jodío Velazquez”, “Tenéis que ver Terminator”, “Curro Jimenez”, “improvisad, sois españoles”, etc, etc) que facilitan que el espectador se enganche.

Pero, ¿de qué va la serie? Pues todo comenzó en 1491, cuando los “misericordes” Reyes Católicos descubrieron de manos de un rabino sefardí el secreto del Ministerio del Tiempo, puertas que permitían viajar al pasado (que no al futuro, NO se puede viajar al futuro). Naturalmente la Inquisición quemó al rabino por brujo (si eso no es humor negro que baje Dios y lo vea), pero se estableció este Ministerio (el “único secreto que tiene España”) para proteger la línea del tiempo y evitar que se cambie la Historia porque, aunque no sea buena (y no, no lo es) podría ser mucho peor (podríamos ser, qué sé yo, Grecia). Así el Ministerio del Tiempo ha llegado hasta nuestros días (nuestro presente es el Presente del Ministerio del Tiempo), momento en el que los dirigentes del Ministerio deciden contratar a tres nuevos funcionarios; Julián (Rodolfo Sancho) un enfermero del SAMUR, Amelia Folch (Aura Garrido), la “primera” mujer admitida en una Universidad española (la de Barcelona de 1880), y Alonso de Entrerríos (Nacho Fresneda), un soldado de los Tercios de Flandes al que todos confunden con el Capitán Alatriste. Por cierto, no puedo dejar de remarcar que las coñas están a la orden del día y hacen de El Ministerio del Tiempo una serie muy agradable de ver por cosas como lo de que llamen “Alatriste” a Alonso de Entrerríos, me gusta sobremanera que los Olivares hayan optado por hacer la mayoría de referencias posibles a la cultura e historia española (aunque se les cuele lo de Terminator, que tampoco es que tuviésemos alguna referencia así en España… hasta ahora) y que a pesar de emitirse en La 1 se permitan cosas como responder a la pregunta de Alonso de “¿a quién rinde soberanía España?” con un “Al Banco Central Europeo”.

En cuanto al “caso” de este primer capítulo, bueno, básicamente consiste en evitar la muerte de el Empecinado a manos de un soldado francés que ha encontrado la forma de viajar al presente y descubierto que es una figura clave para evitar el triunfo español y que así los franceses sean capaces de ganar la Guerra de la Independencia. Mientras vemos cómo se van desarrollando los personajes de Amelia, Alonso y, especialmente, el de Julián (nuestros “ojos” en la serie).

Este primer capítulo, “El tiempo es el que es”, me ha dejado muy buen sabor de boca , e imagino que lo mismo le habrá sucedido a La 1 con una audiencia de casi el 15 por ciento (14,8%) y casi tres millones de espectadores (2.981.000), estarán tirando cohetes (imagino) y yo me froto las manos de imaginarme que El Ministerio del Tiempo convenza a la audiencia y se convierta en eso a lo que aspiraban sus creadores.

Está por ver cómo evolucionan las tramas y los personajes, pero por volver a la comparativa con Doctor Who (que no, repito, es una comparativa argumental) sólo os quiero recordar que todos los whovians saben que conviene recomendar el visionado de la serie a partir de la 2ª o 3ª temporada, porque el bajo presupuesto de la 1ª temporada hace difícil captar audiencia. El Ministerio del Tiempo ha comenzado fuerte, muy fuerte, desde el primer capítulo y a pesar de que el presupuesto no parece ser para tirar cohetes no es algo que vayáis a apreciar . En absoluto.

Así que a partir de ayer tengo los martes ocupados, y quisiera decirle a Carlos y a Pablo: gracias, gracias por demostrarme que en la televisión española también hay sitio para la ciencia-ficción.