Se ha puesto a la venta un nuevo Magos del Humor de Mortadelo y Filemón: Drones Matones, libro en tapa dura y que va marcado con el número 185. Hay un salto desde el 180 (El capo se escapa) y una falta, la del 176. Para volver loco al coleccionista más tranquilo.

Magos del Humor Mortadelo y Filemón nº 185. Drones Matones
Francisco Ibáñez
Páginas: 48
Formato: 21 x 29 cm
ISBN: 978-84-666-6129-4
PVP: 12.90 €

Las nuevas tecnologías han llegado también a la T.I.A., por lo que Mortadelo y Filemón se han de poner al día.

El profesor Bacterio ha fabricado un dron para ayudar a los agentes en sus misiones y localizar otros drones que puedan causar problemas, destruyéndolos.

La T.I.A., pretende utilizar este artilugio del profesor Bacterio, llegando incluso a ofrecer sus servicios al presidente de los Estados Juntitos, con un resultado catastrófico.

El tema de este ejemplar ya lo dice el título claramente: Drones Matones, esta vez son los drones, que tan de moda se pusieron hace algunos meses y que cualquiera puede conseguir sin tener que soltar mucha pasta. Ibáñez los dibuja muy a su manera y se toma muchas libertades con el funcionamiento de estos, como suele ser normal en las aventuras de los agentes, que se traten instrumentos tecnológicos con poco rigor. Ahí tenemos los precedentes de El coche eléctrico, El ordenador… ¡Qué horror! O El trastomóvil.

Siguiendo la tradición de álbumes como Los cacharros majaretas, Mortadelo y Filemón deben probar unos drones modificados por Bacterio y que realizan diferentes acciones. Nuevamente La TIA debe vivir de subvenciones o de blanquear capital, porque en este álbum hacen funcionar los aparatos provocando mil y una catástrofes, pero las misiones brillan por su ausencia. Solo la misión diplomática con Donald Trump y Rajoy nos vislumbra un poco por dónde van los tiros en la denostada empresa. Y es Trump el gancho de Drones Matones, al aparecer en portada y en apenas unas páginas en el interior. Quizás no sea su última aparición, pues el actual presidente de los Estados Unidos da juego para llenar muchos álbumes y ser un enemigo recurrente de Mortadelo y Filemón.

La aventura de Drones Matones comienza sin preámbulos, con los agentes pasándolo mal en La pensión El Calvario y acudiendo a la sede haciendo uso de una entrada secreta de corte clásico. Estas primeras páginas son muy buenas y ocurrentes, y pueden hacer presagiar un regreso a la gloria que luego queda en nada, pues en cuanto El Súper enseña el cometido, las situaciones de acción y reacción con gags repetitivos vuelven a llenar el resto de las páginas. Pero eso no significa que haya gags dignos de destacar, que los hay. Incluso hay una situación muy loca con el Súper sufriendo en sus carnes todo tipo de oprobios. Curiosamente, encontramos un fallo de continuidad en la plancha 22-b. Es la situación en la que el Súper se queda sin pantalones y los recupera dos viñetas después, aunque los diálogos digan lo contrario. Se le perdona porque Francisco Ibáñez ha cumplido la friolera de 81 años, y con esta edad sigue al pie del cañón sin pestañear. El álbum esconde otras sorpresas y cameos que mejor será que descubran ustedes mismos.

Como en el grueso de los títulos, Ibáñez dibuja en su totalidad portada, guardas, portadillas… Y en la historieta de Drones Matones le ayuda Juan Manuel Muñoz, que realiza una labor impecable en los acabados, pero sigue empeñado en readaptar a los personajes, y en mi opinión personal, hace que parezcan un poco raros, sobre todo Filemón o el rostro del Súper. Difieren de los mostrados en portada y demás, y se nota.

Drones Matones no defraudará a quien les han gustado los anteriores, a los veteranos más exigentes les parecerá uno más, para leer y guardar, y esperarán al siguiente con la ilusión intacta, seguro.