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Nicolas Winding Refn es un icono del cine independiente contemporáneo y de las jóvenes generaciones de cineastas que ofrecen un cine moderno y valiente. Con cincuenta años, el director danés ya es todo un creador de culto, y sus películas con una estética singular, violencia a la luz del neón, tramas sencillas, escasez de diálogos y bandas sonoras muy trabajadas han recibido tantos elogios de sus seguidores como críticas de sus detractores, que también suman numerosos adeptos. Las malas lenguas cuentan que Winding Refn, hijo de un director de cine y de una directora de fotografia, fue expulsado de varias escuelas de cine tanto en los EE.UU. como en Dinamarca pero con 26 años consiguió escribir, producir y dirigir su primera película, “Pusher“. Aunque es danés su cine poco tiene que ver con el de sus compatriotas de Dogma 95 y de hecho está enemistado con Lars Von Trier cuando éste le hizo propuestas deshonestas a su esposa.

El hiperviolenta thriller “Drive” le dió al realizador el premio como mejor director del Festival de Cannes. Basada en la novela homónima de James Sallis, y adaptada para la gran pantalla por el guionista Hossein Amini, “Drive” está protagonizada por Ryan Gosling, que interpreta a un experto conductor que aprovecha su talento para ganarse la vida de dos maneras: por el día, cuando no trabaja en un taller, es un especialista de cine en las escenas de riesgo, y por la noche ofrece su volante para participar en fugas delictivas y conduce los vehiculos de los principales mafiosos de Los Ángeles para ayudarles a escapar de la policía. Es un hombre huraño y solitario por naturaleza que en su último encargo comete un error. Debía proteger al marido de su hermosa vecina, Irene, y al hijo de ambos, el pequeño Benicio, pero algo salió mal… y ahora es él quien está en el punto de mira. La única vía de escape será poner las manos en el volante, pisar a fondo el acelerador y… ¡conducir!

Además de un hierático Ryan Gosling que, con pocas líneas de diálogo y muy contenido dibuja un personaje sin nombre tan inquietante como seductor, el reparto de “Drive” contaba con la bellísima Carey Mulligan, Ron Perlman (eternamente nuestro añorado Hellboy), la exhuberante pelirroja Christina Hendricks, Oscar Isaac, Bryan Cranston, Albert Brooks, Tina Huang, Joe Pingue y Cesar Garcia, entre otros. Ryan Gosling se ha convertido en su actor fetiche y ha contado con él también en “Solo Dios perdona“.

Puesto que Nicolas Winding Refn ha afirmado en varias ocasiones que su gran inspiración es “La matanza de Texas“, no debería sorprender a nadie que en su filmografía, y en “Drive” también, la violencia ocupe un lugar central. De hecho la película no es más que una nueva visión del mito del samurai. Una violencia estética y sofisticada, casi gore, rodada con la sensualidad de una escena de cama. Que a algunos seduce, y a otros muchos detestan. A las palabras de Zangol me remito: “Drive no va a gustar a todo el mundo, es brutal en muchos momentos y tiene una factura atípica y un tempo muy lento para los tiempos que corren en los que el ritmo audiovisual es de muchas imágenes por segundo y mucho movimiento de cámara, pero supone una reinvención del thriller de cine negro que hará las delicias de todos aquellos que desean ver películas distintas a lo habitual.

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