Si hay un destino turístico al que estoy deseando regresar ese es, sin duda, el MundoDisco de Terry Pratchett donde, al fin y al cabo, las risas, la crítica social y un buen destino están más que garantizados. Con Dinero a mansalva Pratchett recuperó a Húmedo von Mostanchen con una nueva misión: recuperar la banca de Ankh-Morpork.

Dinero a Mansalva / Mundodisco 36
Terry Pratchett
Plaza y Janés / Debolsillo 
ISBN: 9788499899657 
392 páginas 
Tapa blanda 
9.95 €

Una nueva entrega de la serie del Mundodisco que parodia nuestra sociedad con fino humor. 

Después de haber organizado con gran éxito el servicio de correos en Cartas en el asunto, Húmedo von Mostachen, ex timador y tramposo, se aburre. Y ya se sabe que cuando Moist se aburre es capaz de hacer cualquier cosa. Lord Vetinari, el tirano de la ciudad, le propone una oferta irrechazable: dirigir el banco más importante de la ciudad y salvarlo de la ruina. Moist acepta el reto de mala gana y va más allá del encargo propuesto. Así, tiene una revelación: ¿qué ocurriría si la ciudad prescindiera de su dependencia del oro? Pero no tardará en darse cuenta de que no es tan fácil oponerse a siglos de prácticas bancarias y, a pesar de su ya conocido e irresistible encanto, Moist se verá atrapado por distintos flancos en esta nueva aventura.

Recientemente pude disfrutar al ver la miniserie “Going postal” (Cartas en el asunto), adaptación  televisiva de Cartas en el asunto, eso hizo que volviese a picarme el interés por los libros de MundoDisco, lo que a su vez hizo que cayese en la cuenta de que Cartas en el asunto había tenido continuación gracias a Dinero a mansalva lo que, naturalmente, hizo que consiguiese una copia y devorase el libro con una sonrisa en la boca durante todo el proceso. 

Me encanta MundoDisco, me encanta esa complicada lente que Terry Pratchett nos pone delante de los ojos cada vez que abrimos uno de sus libros, una lente que no nos hace ver la vida con distintos colores, es una lente que lo cambia absolutamente todo, que nos hace ver con cariño y ternura incluso a los seres más despreciables de la creación, una lente, compleja, que nos permite disfrutar cuando Pratchett disecciona, ¿vivisecciona?, profesiones tan “nobles” como la política o la de banquero (no confundir con “bancario”, estos últimos tan sólo son curritos), a través de la ironía, el sarcasmo y mucha mala leche. Sí, MundoDisco es una auténtica locura… ¡pero es TAN real! Uno casi puede creerse que las cosas comenzaron así… casi, porque por mucho que lo busque no he encontrado al señor Y Voy A La Ruina por ningún lado. Así que eso debe de querer decir que MundoDisco no es real, pero lo es para aquellos que abrimos un libro y visitamos Ank-Morpork (o cualquiera de los otros mil y un lugares de interés que nos ofrece la gran A’Tuin). Cada vez que lo hacemos.

En Dinero a Mansalva el loco británico nos demuestra que la profesión de banquero no es tan honorable como pudiera parecer, y que Húmedo von Mostachen es un gran personaje con el que Pratchett ha acertado de pleno, estoy deseando saber qué sucede en la tercera, ¿y última?, de las aventuras de Albert Relumbrón (AKA Húmedo) y si realmente aceptará el encargo que parece que le preparan en las últimas páginas. 

Me encanta MundoDisco (¿lo he dicho ya? ¿sí? Pues sí, me encanta), disfruto enormemente con ese modo de ver la vida de los habitantes de Ank-Morpork, su aceptación de lo inusual, su cinismo… es una auténtica maravilla sumergirte en uno de sus libros (reconozco que tengo que darle alguna oportunidad más a los libros de las brujas, no puedo con ellos) y disfrutar enormemente con toda la dosis de locura que cada libro trae aparejado. 

Por cierto, Cartas en el asunto y Dinero a mansalva forma parte de una trilogía conocida como Tiempos Modernos de Ank-Morpork, el primer libro se adaptó en 2010 a la pequeña pantalla (os lo recomiendo) y confío en el Dinero a mansalva y el siguiente libro dedicado a Húmedo von Mostachen también lo sean. 

En definitiva, un nuevo libro de MundoDisco, un nuevo placer que dejar que se filtre a través de vuestros cerebros. No os arrepentiréis.