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No más mutantes“. Con estas palabras llenas de rencor y de dolor, una desquiciada Bruja Escarlata terminó con la realidad y convirtió al homo superior, a 198 mutantes, en una raza moribunda y diezmada.

Pero justo antes de esto Wanda Maximoff, que había perdido el control de sus poderes de alteración de la realidad tras lo sucedido en “Vengadores Desunidos“, construyó un mundo perfecto regido por su padre, Magneto. Esa era la premisa del crossover “Dinastía de M” (“House of M“) escrito por Brian Michael Bendis y dibujado por Olivier Coipel (y las portadas de Esad Ribic), publicado originalmente en ocho números por Marvel Comics a finales del año 2005 y principios del 2006 (aunque numerosas series se sumaron al evento), en la que Wanda Maximoff provocaba un acontecimiento catastrófico que cambiaba para siempre el destino de los mutantes. En este nuevo mundo, la Bruja Escarlata se había otorgado la vida que siempre había querido, en un lugar dominado por los mutantes con su padre al frente, desde su reino de Genosha, mientras que los humanos eran los seres marginados.

Pero, claro, incluso en los mundos perfectos hay rebeldes, disidentes e inconformistas que quieren cambiar las cosas, y algunos empezarán a sentir que algo no era normal, que aquel mundo no era real. ¿La consecuencia de todo ello? Ocho números frenéticos y un cierre para la historia: “No más mutantes“.

Para el recuerdo, el antológico retrato del Magneto como monarca luciendo atuendos idénticos a los de un retrato del monarca español (ese que mataba elefantes y vendía armas a Arabia Saudí en su tiempo libre).