Hoy es víspera de la noche de las brujas y del día de los muertos, de manera que nos toca ofrecer propuestas para pasarlo de miedo. En esta ocasión diez películas de vampiros para descubrir en Halloween y pasar algo de miedo ante el televisor, mientras el viento sopla, las ramas de los árboles golpean las ventanas, los pavimentos de madera crujen y las puertas hacen ruidos extraños. Y no, “Crepúsculo” no sale en nuestra lista.
“El ansia” (Tony Scott, 1983)
El malogrado director Tony Scott, hermano pequeño de Ridley Scott que se suicidó en el 2012 a los 68 años, se había labrado una filmografía repleta de títulos de acción de calidad con un notable éxito comercial. Para algunos Tony era el hermano Scott con menos talento, pero si uno revisa la totalidad de la filmografía de los dos hermanos se demuestra que, en conjunto, la obra de Tony Scott es mucho mejor. Para empezar, su primer trabajo ya es sobresaliente.
“Drácula y las mellizas” (John Hough, 1971)
Los vampiros de la Hammer introdujeron elementos que hoy se consideran indispensables en cualquier película de vampiros que quiera ser merecedora de su nombre: erotismo light, violencia explícita, mucha sangre… y los colmillos.
“El baile de los vampiros” (Roman Polanski, 1967)
“The Fearless Vampire Killers” es el título original en inglés de la hilarante película de terror del año 1967 del director Roman Polanski, persona non grata desde marzo de 1977 hasta hoy a causa de la violación a una menor de edad y su posterior fuga de los EE.UU. mientras estaba en libertad bajo fianza, a donde no ha regresado jamás. Dicho esto, y haciendo un esfuerzo por separar al hombre y su obra, es inevitable destacar su talento y su prolífica y excelente filmografía, y dedicar un recuerdo a la divertidísima “El baile de los vampiros” y a su bella protagonista, Sharon Tate.
“Abierto hasta el amanecer” (Robert Rodríguez, 1996)
Con “From Dusk Till Dawn”, una comedia gamberra salpicada con litros de sangre escrita por Quentin Tarantino, Robert Rodríguez dirigió su mejor película, la más entretenida, divertida, violenta, delirante e inolvidable de su filmografía.
“Nosferatu” (F. W. Murnau, 1922)
Todas las películas de vampiros tienen un origen, un modelo de referencia al que rendir homenaje, y ese es el “”Nosferatu, eine Symphonie des Grauens” de Friedrich Wilhelm Murnau. Esta película del año 1922 fue, en realidad, una libre adaptación de la novela seminal del género “Drácula”, de Bram Stoker, a la que se cambió el nombre para no tener que pagar derechos de autor.
“Déjame entrar” (Tomas Alfredson, 2008)
Los norteamericanos tienen una mala costumbre que no se ha curado con los años y ni siquiera los batacazos sucesivos han conseguido convencerlos de cambiar su forma de hacer las cosas: cuándo descubren un título extranjero interesante lo toman como base para hacer su remake ‘made in USA’ en lugar de aplaudir y promocionar la película original. Lo han hecho tantas veces que ya ni escandaliza ni sorprende.
“Jóvenes ocultos” (Joel Schumacher, 1987)
“The Lost Boys” fue algo más que una versión de la “Entrevista con el vampiro” de Anne Rice con adolescentes rebeldes en chupas de cuero, un remake de “Los Gonnies” como chupasangres o que un delirio vampírico del director Joel Schumacher, capaz de lo mejor y de lo peor.
“Cronos” (Guillermo del Toro, 1993)
Guillermo del Toro tiene a sus espaldas una filmografía apasionante que ha ido creciendo progresivamente, distinguiéndose siempre por su buen hacer con el cine fantástico. Gusten más o menos sus películas, todas tenían algo que las rescataba de la mediocridad, y por eso había mantenido una esperanza latente en sus seguidores, la ilusión de que su siguiente película fuera la que le proporcionara el reconocimiento y el salto de calidad que todos intuíamos que tarde o temprano iba a lograr.
“Yo compré una moto vampiro” (Dirk Campbell, 1990)
Hay películas de terror y hay comedias, y también hay comedias de terror. Sí, películas de miedo que hacen troncharse de risa, que parten de una premisa aterradora como excusa para que pasásemos un buen rato. No hay nada que case tan bien como el terror y la comedia, un cóctel de géneros que marida mejor que el queso con el vino. Y dentro del género de comedias de terror hay varios subgéneros, como por ejemplo las comedias de terror de serie Z, que hacen reír de lo malas que son.
“Noche de miedo” (Tom Holland, 1985)
A medio camino entre la comedia juvenil y el género del terror, “Fright Night” del debutante director Tom Holland nos contaba como Charley Brewster, un típico adolescente americano de los años ochenta, una mezcla entre el Michael J. Fox de “Regreso al futuro”, los buenistas de “Los Goonies” y los salidos de “Porky’s”, fan de las películas de terror de serie B, está convencido que su nuevo y seductor vecino, Jerry Dandridge, podría ser un vampiro responsable de un montón de extraños asesinatos.
Curioso porque justo ahora ando enganchado a la trilogía de los Arquitectos... y en cuanto acabe con ella iré a…