Ayer el dibujante valenciano Salvador Larroca explicó, en un post de Facebook, su decisión, personal y única, de comenzar a acudir a los salones del cómic y facturar por los dibujos que allí realice en base al tiempo dedicado en su realización.

Vaya por delante que no tengo nada en contra de Salvador Larroca, le he entrevistado en algunas ocasiones y siempre he valorado su trabajo con respeto, pero en esta ocasión difiero en alguna de las cosas que comenta, a la par que estoy de acuerdo en otras. Pero antes, leamos su texto.

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Salvador Larroca Martinez

En España, es habitual que los artistas acudan a eventos del sector a los que son invitados completamente gratis o, incluso, gastando su propio dinero. En el caso de los dibujantes de cómic, por ejemplo, asisten a numerosas convenciones y firmas en tiendas, siendo compensados solo con el coste del desplazamiento y el alojamiento, si no es posible regresar a casa el mismo día. Además, en eso actos, el invitado suele regalar su trabajo -que a veces se le exige- en forma de bocetos o sketchs.

En otros países, mucho más considerados con la cultura y el trabajo de los artistas, esto es impensable: cada obra, por pequeña que sea, que sale de sus manos es remunerada como corresponde, según la tarifa que previamente él haya marcado, y, en el caso de no percibir nada a cambio, es también él quien lo decide, no los organizadores, el promotor o el público.

Cuando un creador se presta a comparecer a unas firmas, bien sea en una convención o en un negocio privado, lo hace en su propio tiempo libre o perdiendo jornada laboral, pero, en ambos casos, soportando un coste, económico o de bienestar, injusto.

Salvador Larroca ha decidido poner fin a esta situación estableciendo un tarifado equitativo por su trabajo. De ahora en adelante, cobrará el precio que considera ajustado a su tiempo, experiencia y talento, reservándose, en todo caso, la decisión de regalarlo a quien estime oportuno.

Salvador Larroca no pretende iniciar ningún movimiento reivindicativo ni convertirse en adalid de causa alguna. Es una decisión propia y personal, que espera que sea recibida con comprensión y respeto.

Estoy totalmente de acuerdo con Larroca en que no es de recibo que los GRANDES salones y eventos del cómic en España cuenten con la mano de obra extra y gratuita (pagar alojamiento y desplazamiento es ridículo) de todo aquel dibujante o artista invitado al evento. Es especialmente sangrante en el caso de los grandes salones que cobran una generosa entrada y cuyo beneficio no repercute en los artistas, parte importantísima de la ecuación y generadores de más visitas.

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No veo equiparable la situación “en otros países”, España no está al nivel de Italia, Francia, Alemania, Gran Bretaña o Estados Unidos, ni de lejos. España es un mercado ridículo comparado con estos y, por lo tanto, ni genera lo que esos mercados ni sus lectores son ricos potentados. Habrá de todo, pero al no haber una base lectora al nivel de esos países… pues tampoco hay tanta gente que se pueda ir dejando un pastizal en lo que le apetezca.

Dejando aparte la decisión única, personal y totalmente respetable de Salvador Larroca sí que habría que considerar que los eventos y salones del cómic en España cuentan alegremente con la visita de dibujantes a los que ponen a currar a destajo sin obtener mayor remuneración que el pago del desplazamiento y del alojamiento… debe ser que no comen o beben.

Lo que no comparto es que los dibujantes pretendan pasarle el gasto al chaval (¡O peor! ¡A mi!) que, ilusionado, se pega 2 horas de fila para conseguir una dedicatoria con dibujito que, en muchas ocasiones, es prácticamente idéntico al que le han hecho a los 35 fans que han pasado antes por la fila del autor.

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Mi solución es sencilla: ¿cuánto cobra un dibujante por página dibujada? ¿250 €? Pues bien, ese es el extra que se les debería pagar al “invitarles” a acudir a trabajar a un Salón durante un día. Se lo debería pagar la Organización (algunas ya cobran hasta 15 euros por la entrada, con grandes escenarios y pijadas, pero sin que los artistas invitados reciban consideran alguna) y no los fans, si los fans quieren un gran dibujo de su dibujante favorito siempre pueden contactar con él y encargar una comission.

Pero si algunos dibujantes quieren cobrarnos por cada dibujo y/o dedicatoria firmada o dibujada en un Salón… entonces veremos que se propone otra solución: que esos dibujante pongan un stand, paguen por él y vendan sus dedicatorias.

Mi solución preferida sería la de que el artista reciba una remuneración por su trabajo, desde luego, pero no me parece correcto hacerlo a espensas de los fans. Que pague la Organización. Así de fácil, aunque parece que es más fácil cobrárselo a los lectores que luchar con los organizadores de los eventos…