A pesar de las malas, malísimas, críticas, a pesar de la paupérrima taquilla, a pesar de que el director le tirase los trastos al estudio, mientras a él le apuñalaba por la espalda su guionista y sus actores, a pesar de las declaraciones de los actores sobre el guión y la dirección… a pesar de todo… he visto “Cuatro Fantásticos” de Josh Trank y es peor, en algunos aspectos, de lo que me imaginaba.

Cuatro Fantásticos
Título original Fant4stic (The Fantastic Four)
Director: Josh Trank
Guión: Simon Kinberg, Jeremy Slater (Historia: Josh Trank. Personajes: Stan Lee, Jack Kirby)
Música: Marco Beltrami, Philip Glass
Fotografía: Matthew Jensen
Reparto: Miles Teller, Kate Mara, Michael B. Jordan, Jamie Bell, Toby Kebbell, Tim Blake Nelson, Reg E. Cathey, Lance E. Nichols, Mary Rachel Dudley, Tim Bell, Ronnie Hooks, Jodi Lyn Brockton, Chet Hanks, Shauna Rappold
Productora: 20th Century Fox
Web oficial 
Duración 100 min.

Cuatro jóvenes inadaptados se teletransportan a un peligroso universo alternativo, lo que les confiere extraños poderes. Cuando sus vidas cambian de forma drástica e irremediable, deben aprender a controlar sus nuevas habilidades y trabajar en equipo para salvar al mundo de un viejo conocido que ahora se ha convertido en un temible enemigo. Adaptación contemporánea del equipo de superhéroes de Marvel.

No tenía intención alguna de perder 100 minutos de mi vida viendo Fant4stic (o Cuatro Fantásticos o The Fantastic Four), la verdad es que desde que pudimos ver por primera vez la interpretación del Doctor Muerte que habían hecho ya tenía, más que claro, que la película iba a ser muy mala. La versión de la Cosa no hizo sino confirmarme mis peores temores. Pero el festival de acusaciones, puñaladas, traiciones y demás, vividos en torno a la figura de su director, Josh Trank, las injerencias de la 20th Century Fox, unido a unas cifras de taquilla TAN pobres, a los miles de críticas negativas, y al (interesado) silencio de Marvel… acabé por cambiar de opinión, la película no podía ser tan mala, ¿verdad?

Bueno, en realidad sí podía, porque todas las señales eran muuuuy malas, Josh Trank estaba totalmente a la defensiva, el estudio también, y en Marvel se frotaban las manos al ver que la taquilla a nivel nacional era ridícula (esta semana ha conseguido sobrepasar los 50 millones de $ en los USA) y que las posibilidades de recuperar los derechos iban a más.

Así que ayer me decidí, hice acopio de valor y comencé a verla… a partir de ahora voy a ir hablando de la película tal y como la recuerdo, así que no digáis que no os he avisado de que habrá SPOILERS.

Comenzamos con Reed en la escuela explicando que quiere ser el primer humano en teletransportarse de la Historia… algo así como ser astronauta en los años 50 y 60 (ese es el espiritú que Trank le quería dar a la película)… y no está mal como premisa, pero estaría bien ver que Reed es algo más que el tipo que “construyó un teletransportador”, es el tipo más listo de todo el Universo Marvel. El caso es que conoce a Ben, funden la red eléctrica de su pueblo y diez años después… se presentan en la Feria de Ciencias donde consiguen teletransportar un avioncito de juguete para que los jueces digan que todo ha sido un truco de magia y bla bla bla, de poco no acaban quemados en la hoguera por herejes. 

Por suerte Franklin y Sue Storm aparecen, le dicen a Reed que lo que ha hecho está genial (luego Sue le dirá que casi crea un agujero negro que acaba con la Tierra, pero eso es para otro momento de la película y para volver un poco más estúpido aún a Reed) y le fichan, sólo a Reed, para ir a trabajar al Edificio Baxter (seguramente lo mejor de la película, el edificio), una vez allí conoce a Víctor Doom (cerebrito, un tanto engreído, típico perfil de perroflauta cibernético, una de esas caracterizaciones tan de moda últimamente que busca denigrar a aquellos que se alinean con movimientos sociales tipo 15-M) y, poco después, a Johnny Storm (chulopiscinas y gran mecánico, ah, sí, y negro, ¿y qué?), juntos comienzan a montar el ingenio de Reed (todo el trabajo realizado por Víctor con anterioridad parece que no sirve para nada) mientras tanto Reed como Víctor beben los vientos por la sosipaba de Sue (cuya única tarea de la misión es la de… ¡diseñar los trajes! ¿machista? Imaginaciones vuestras, no los cose, los DI-SE-ÑA). Por desgracia, cuando la máquina demuestra ser funcional, los inversores llegan y anuncian que se van a coordinar con la NASA para explorar esa nueva dimensión. Lo normal, a fin de cuentas, ¿quién ha oído que se envíe a una misión de exploración a los propios científicos encargados de crear la máquina?.

Pero Reed, Johnny y Víctor se enfadan porque pretendían ir los cuatro (junto a Sue) a la otra dimensión, para ser así los primeros teletransportastronautas de la Historia, se enfadan un poco más, beben (una petaca, fíjate tú, con eso no me da ni para olvidar mi timidez), deciden que lo van a hacer de todas formas, llaman a Ben (al que no veíamos desde hacía rato), pasan de Sue (que imagino se quedará en casa preparando la cena o haciendo la colada o algo por el estilo), se meten en la máquina y llegan a la otra dimensión.

Una vez allí, lo típico, que si me hago un selfie, que si planto la bandera, que si me voy a investigar esa concentración masiva de energía, que si voy a meter la mano dentro de ese agua verde-radiactiva, que si esto provoca una explosión, salimos todos por patas, dejamos atrás a Victor y, gracias a la ayuda de Sue en casa (donde debe estar, está claro) regresamos todos no sin antes provocar una explosión que afectará a Sue y también le dará poderes.

En ese momento saltamos un poquito para ver que el Gobierno, en el Aréa 57, tiene a los chicos capturados y bajo estudio, eso irrita a Franklin que acepta ayudarles a cambio de curarles. Pero Reed tiene un ataque de pánico, escapa, ve a su amigo Ben convertido en la Cosa, promete volver para ayudarle y… PASA UN AÑO.

Y aquí es cuando se detecta que algo serio (aún más serio que todas las cagadas anteriores) ha pasado, porque se supone que Reed escapaba para regresar, repartir cera y rescatar a sus amigos (por aquello de los “patrones” de los que tanto habla Sue) pero no, resulta que se ha tirado UN AÑO huyendo, construyendo “algo” (es igual qué, no lo explican) mientras Sue, Ben y Johnny aprendían a controlar sus poderes (algo que nos perdemos por completo, total, ¿a quién le interesa cómo aprender a utilizar sus poderes? ¿a nadie, verdad? ¿qué? ¡Oh, wait!) pero da igual porque el Gobierno envía a Ben y a un escuadrón de marines a por Reed, éste derrota a los marines pero al ir a hablar con Ben se da cuenta de que lleva un cabreo de narices (normal, Reed echó a correr como un gallina) y… nada de pelea apotéosica entre amigos, no, un golpecito en la cabeza y para el Área 57 de vuelta, que sino el gasto en FX se dispara. 

Total que se nos ha ido más de una hora de película, Reed ha quedado retratado como un listillo cobarde (no parece tener otras ideas originales dentro de su cabeza), Sue es una mujer objeto (lo mismo te cose los trajes que se queda en casa para asegurarse de que “todo salga bien” o se pega un año aprendiendo a usar torpemente sus poderes mientras los demás los dominan de pé a pá), Ben… bueno, es que tampoco ha habido tiempo de definirlo como otra cosa que “el amigo de la infancia de Reed que ahora está muy enfadado” y Johnny que… dentro de lo que cabe, es el que más se parece al original.

Así que después de huir durante un año, de decirle a Sue que el Gobierno los quiere utilizar y que él por ahí no pasa… 5 minutos después, ¡¡5!! le ha arreglado su teletransportador 2.0 al Gobierno, ha visto cómo traían de vuelta a Victor de la “dimensión oculta” y ha hecho las paces con Sue y con Johnny.

Y aquí es donde vemos a ese Doctor Muerte que… parece que alguien haya cogido la figurita de plástico del personaje, le haya pegado fuego un rato y haya diseñado así su “traje”… de lo de la personalidad nos olvidamos, quiere destruir el mundo “porque sí”, así que se pone a ello, a los 30 segundos, después de masacrar medio Area 57, matar a Franklin Storm, también, “porque sí” y regresar a su “nuevo hogar”… ¿Latveria? mejor nos olvidamos, si los yankies ni siquiera saben dónde queda España…

El final es… en fin, la pelea que se lleva esperando toda la película, sólo que no tiene sentido, ya que si el Doctor Muerte es así de poderoso los 4F no le duran ni media hostia. Pero son los buenos, la película es una mierda, no habrá segunda parte, así que tienen que ganar. Y ganan, y vuelven a casa. 

Y, de epílogo, el Gobierno cede a su chantaje, les da un complejo tecnológico-industrial de aúpa… ¿el edificio Baxter decís? Naaaaá, eso hubiese sido “previsible”, y si algo es Fant4stic es que NO es previsible, ¿mala? Sí, pero NO previsible. No, el complejo se llama “Central City”… a saber qué pensará Barry Allen de todo esto…

Visto con la perspectiva de haber visto cómo se desarrollaba todo esto queda claro que es un fracaso merecido, que el trabajo de Josh Trank (se le culpa a él de todo, cuando parece obvio que la última media hora… muy seguramente no haya corrido a cargo suyo) podría mejorarse muuuucho con un guión más sólido e interesante (y eso que la primera hora, por muchas cagadas que tenga, no desagrada), que era demasiado novato como para que le encargasen la película a él solito (por mucha prisa que tuviesen para que no les caducasen los derechos) o que la Fox ha tenido MUCHO, pero MUCHO que ver en el TERCER fracaso de adaptar Los 4F a la gran pantalla (¿cuántas oportunidades necesitáis? ¡Devolved los derechos de una vez!).

Parece que la idea de Trank pasaba por ofrecernos una película de superhéroes con sabor clásico, donde los protas fuesen modernos “astronautas”, exploradores de lo desconocido desde una perspectiva ci-fi pelín más oscura (y me gusta mucho esa idea), pero también parece claro que hubo muchas injerencias por parte del estudio, que la película se salta todos los “patrones” (esos de los que habla Sue) del género, para ofrecer algo distinto… y podría haber funcionado bien, excepto por la última media hora, donde parece que había prisa por acabar la película y se saltaron todo lo que se venía preparando (¿pero qué coño estuvo haciendo Reed durante todo un año? Yo os lo diré, el “fantasticar”, del que incluso hay escenas grabadas) y donde se ofreció un final absolutamente histriónico. Repito, la que parece ser la idea de la película de Josh Trank me gusta, mucho, pero el desarrollo flojea, hay ciertos cabos sueltos o ridículos que, seguramente, se habrían solucionado con ayuda de algún asesor de Marvel Studios (¿una feria de ciencias? ¿de verdad? ¿con 20 años? ¡vete a la Universidad! ¿O por qué tanto odio hacia Sue? ¿Misoginia?) o si la Fox no se hubiese cargado TRES escenas realmente importantes del guión en la pre-producción (por ahorrar… ¿o por joder?) o el hecho de que los 4F sí iban a utilizar el Fantasticar (que, era lo que Reed hubiese estado haciendo durante todo un año, entre otras muchas otras cosas y que podéis ver en el vídeo inferior a partir del minuto 1:01)… la película ha sido mutilada de tal manera que resulta imposible saber cómo hubiese acabado siendo si la Fox y Trank no hubiesen tenido tantos encontronazos.

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Por cierto, para aquellos que hayáis visto la película y sepáis inglés os recomiendo leer esto un resumen a modo de comedia de la película que, a buen seguro, os hará reir un montón y os quitará, en parte, el mal sabor de boca.

En resumidas cuentas Cuatro Fantásticos quedará como un fracaso, posiblemente acabe con la carrera de Trank y con las posibilidades de la Fox de unir Los 4F a los X-Men (menos mal), pero no sería justo no reconocer que Trank tenía unos planes interesantes, que al estudio no le convenció el resultado final y que por eso los últimos 30 minutos de la película fueron reescritos y, posiblemente, filmados de nuevo. Algo injusto, porque se deja de lado todo lo que se ha venido viendo anteriormente… pero el espectador no tiene la culpa de todo esto, así que mejor, no la veáis.