Tras cinco entregas publicadas en Francia con cierto éxito, la editorial Planeta DeAgostini se ha animado a publicar en castellano un volumen recopilatorio del thriller de ciencia-ficción "Reality Show", dibujada por el granadino Francis Porcel a partir de un guión de Jean-David Morvan.

image1Las cuatro leyes de la Robótica:
1. Un robot no puede atacar a un ser humano ni, por su inacción, permitir que un ser humano resulte herido.
2. Un robot debe trabajar para los seres humanos, salvo si el trabajo que se le ordena contradice la primera ley.
3. Un robot debe proteger su existencia, si dicha protección no contradice la primera o la segunda ley.
4. Un robot no puede parecerse a un ser humano ni desarrollar la más mínima emoción, a fin de evitar que termine creyéndose igual a su creador.

La película del director Ridley Scott "Blade Runner" nos ofreció una visión de la ciudad de Los Ángeles en un futuro no muy lejano, el cómic del japonés Katsuhiro Otomo hacía lo propio con la capital de Japón y en "Reality Show" de Francis Porcel y Jean-David Morvan nos sorprenden con una mirada de la ciudad de Barcelona del año 2060. Uno, industrializado y cosmopolita, lluvioso y nocturno con luces de neón; otro, devastado y reconstruido de sus ruinas como Neo-Tokyo. Y la Barcelona de Porcel y Morvan, una extraña amalgama del presente cotidiano y de las postales turísticas con rascacielos enormes de cristal entre edificios modernistas, autopistas atestadas de vehículos suspendidas a cuarenta metros de altura o vías de trenes magnéticos cruzando la típica estructura ortogonal del ensanche barcelonés de forma caprichosa. Siempre con el característico perfil de la Sagrada Familia de Antoni Gaudí en el fondo.
Pero "Reality Show" no es, ni mucho menos, una historia sobre la ciudad de Barcelona sino una historia EN la ciudad de Barcelona. Ella es un mero escenario, un telón de fondo que hubiera podido interpretar cualquier otra urbe. Pero Morvan y Porcel construyen una obra que engancha a partir de cuatro elementos que se relacionan entre ellos de forma fluida y simbiótica: el entorno (Barcelona, cincuenta años después), el contexto (la telerrealidad de Mediacop), los protagonistas (la pareja de policías de buddy-movie) y la historia (una ola de misteriosos asesinatos).

Entre los dos autores que dan forma a "Reality Show" encontramos un veterano curtido en mil guerras y un novato con un futuro muy prometedor. El dibujo es responsabilidad de Francis Porcel, joven autor nacido en Granada y formado en Barcelona que lleva mucho tiempo trabajando en Francia y para editoriales francesas (y que ahora está ultimando su siguiente trabajo "Les Folies Bergère", ambientado en las sucias trincheras de la Primera Guerra Mundial), y el guión es del prolífico francés Jean-David Morvan (Reims, 1969), formado en las escuelas belgas y responsable de docenas de cómics entre los que destacan "Nomad" con Sylvain Savoia, "HK" con Trantkat y Herault o "Las aventuras de Spirou y Fantasio" y "Merlín" con el murciano José Luis Munuera.
El dibujo del granadino Porcel avanza de forma exponencial a medida que pasan las páginas. Sobre todo el entintado, que gana en anchura y en matices, y el dominio de las sombras mejora notablemente en cien páginas. De hecho, quien haya podido ojear el aspecto de la quinta entrega de esta serie, ya publicada en Francia, podrá constatar su brillantez y su evolución hacia un estilo plenamente BD, que no tiene nada que envidiar a la escuela de Loisel o de Crissé. Se nota que se siente más cómodo con la tinta y el paso del tiempo pone en evidencia la versatilidad gráfica y la evolución del dibujo de este dibujante. Y para corroborar esta afirmación, nada mejor que galardones: Prix de la Ville d´Andenne por su trabajo en este "Reality Show".

En "Reality Show" el futuro imaginado por la ciencia-ficción es algo cotidiano y habitual: robots domésticos, tecnología punta e interacción absoluta con la pequeña pantalla. Estamos un futuro creíble, ubicado cincuenta años más allá del presente, con avances centrados en la tecnología más doméstica y cercana como la forma de ver y vivir la televisión. En el futuro imaginado por Porcel y Morvan en este cómic la televisión es un ente aún más poderoso de lo que es hoy en día, si eso es posible. Los programas de telerrealidad que se proyectan en la pequeña pantalla durante todo el día están por encima de la ley y de las normas, y el negocio que generan está incluso por encima de las vidas de las personas. ¿Qué es real, que es ficción? ¿Qué es un papel interpretado ante una cámara y que es un sentimiento sincero y real? Es igual. No importa. La audiencia manda, y lo que la audiencia quiere es lo que la audiencia recibe.
Mediacop es la empresa líder de este mercado, productora del programa de más éxito de la televisión: un show emitido en directo protagonizado por policías que investigan escenas de crímenes, persiguen a sospechosos, detienen a delincuentes y viven sus emocionantes aventuras frente a la cámara, mezclando parte de realidad con una gran parte de ficción, de actuación, de mentira. Sin límites: hay sexo, hay violencia, hay muerte. La audiencia es el objetivo, y para eso no hay escrúpulos que valgan. Ese "todo por la audiencia" que ya hoy es la máxima que regula ciertas prácticas televisivas llevadas a la expresión más cruda y descarnada. Y es en este contexto que se desarrolla la historia narrada en "Reality Show", un afortunado cruce entre "Blade Runner" y el "Yo, Robot" cinematográfico protagonizado por Will Smith.
La ciudad de Barcelona vive una ola de escabrosos y sangrientos asesinatos, cuyo responsable es una misteriosa figura vestida de negro con una fuerza y agilidad sobrehumana. No hay pistas, las víctimas no tienen ninguna relación entre ellas, no hay móvil aparente y el capitán Norman K. Barron, el policía protagonista del reality show de Mediacop, está desconcertado. Además, y tras la muerte de su compañero habitual, la joven e ingenua aspirante de la academia de policía Oshii asume el difícil papel de acompañar al curtido Barron en su investigación e introducirse en el ambiguo y retorcido mundo de la telerrealidad. Pero no hay tiempo. El negocio es el negocio, y la audiencia exige acción a raudales, violencia gratuita y emociones fuertes. ¿Podrán resolver el misterio? ¿Quién es ese asesino y cuáles son sus verdaderas pretensiones? ¿Y si en realidad todo lo ocurrido tiene algo que ver con ellos?

Los dos protagonistas principales de este thriller contado en viñetas son el ambiguo Norman K. Barron, protagonista del serial televisivo que acepta con estoicismo la falsa realidad de su vida televisada, y la ingenua Oshii, que descubre poco a poco la verdad que se esconde tras Mediacop. Un clásico equipo de buddy-movie, con el policía veterano hastiado de su trabajo y el joven recién salido de la academia con ilusión, fe en la justicia y en la bondad de las personas. Ella es el contrapunto justo y adecuado, aunque no es ningún invento ni un descubrimiento de Morvan. Pero funciona. Junto a ellos, una gran cantidad de secundarios que se mueven a su alrededor aportando los matices necesarios a los protagonistas, las tensiones emocionales y la realidad cotidiana: la amiga celosa, la esposa falsa y la viuda desconsolada, el policía honesto, el jefe amoral y sin escrúpulos, el enemigo misterioso,…

Este volumen de "Reality Show" publicado por Planeta DeAgostini recopila los tres primeros números de la serie editados en Francia por Dargaud (titulados "On Air", "Direct Live" y "Final Cut") entre los años 2003 y 2005, aunque Dargaud ya ha publicado en Francia una cuarta y una quinta entrega ("Reconquista Channel" y "Total Audimat").

Reality Show.
Dibujo: Francis Porcel (
http://pajasdmono.blogspot.com)
Guión: Jean-David Morvan
Editorial: Planeta DeAgostini
Colección: Especial BD
Formato: Cartoné. Color
Páginas: 144
Precio: 15,95 euros