La vida de Nicholas Valiarde no ha sido fácil, tras perder a sus padres naturales vió como unas falsas acusaciones de nigromancia condenaban a muerte a su padre adoptivo, Edouard, un inventor. Desde entonces Nicholas ha dedicado su vida, y recursos, a acabar con el conde Montesq que había conspirado contra su padre.

Para ello inventa a Donatien, la figura criminal más importante de Vienne, que pondrá en jaque a la policía, encabezada por el inspector Ronsarde (trasunto de Sherlock Holmes). Y tras varios años minando la posición del conde Montesq, la aparición en escena de un espiritista utilizando uno de los inventos de Edouard amenaza con desbaratar la venganza de Nicholas.

Martha Wells es una enamorada de los escritores de finales del siglo XIX, sólo así se explica su genial recreación de la sociedad victoriana en un mundo alternativo donde la magia es una ciencia al mismo nivel que el resto de disciplinas. Wells además se permite el lujo de recrear a personajes como Sherlock Holmes o el doctor Watson, y hacerlo con una maestría y habilidad que nada tiene que envidiar a los autores de esa época.

Aunque la trama principal del libro es la venganza de Nicholas Valiarde contra el conde Motesq, también nos ofrece otras subtramas donde la intriga y el misterio son elementos esenciales. Historias como el amor entre Nicholas y Madeline, la amistad de Nicholas y Reynard (en contrapunto a la amistad entre el inspector Ronsarde y Halle), la enemistad y el respeto mutuo entre Ronsarde y Nicholas (una relación mucho más interesante que la maniqueísta presentación de Holmes y Lestrade de Doyle)…

Y es que Martha Wells se nos muestra detalles que van más allá de la propia venganza de Nicholas. Wells no se contenta con ofrecernos una historia lineal, sino que construye personajes y vidas, no hay aquí personajes vacíos sin otra utilidad que apoyar al “bueno” o al “malo” de turno, son personas reales que viven sus vidas.

El libro adolece de cierta falta de acción (aunque no parece ser lo que busca la autora) y se decanta, con maestría, hacia la aventura y el misterio. Quizás se eche en falta una mayor utilización del elemento mágico (detalle original en la época “victoriana”), si bien es cierto que ello contribuye a aumentar el misterio que rodea a la magia.

La Muerte del Nigromante es uno de esos libros que no conviene dejar pasar de largo porque nos ofrece una historia fantástica, repleta de ideas con las que tener ocupada la mente incluso una vez finalizado el libro. Si a esto le sumamos una lectura totalmente adictiva con una edición muy cuidada la elección es obvia; conviene leerlo.