Black Magic es el primer trabajo publicado del maestro del manga cyberpunk Shirow Masamune, autor japonés consagrado y reconocido sobretodo por sus obras maestras posteriores: Ghost in the Shell, Dominion o Appleseed. Imagen activaMiles de años atrás, Venus era el único planeta habitado; los humanos construyeron un superordenador, Némesis, cuya misión era conducir a la Humanidad a la Utopía final.Y para llevar a cabo sus órdenes, construyó infinidad de biodroides, pero algunos se rebelaron y cuando Zeus consiguió el poder prohibió su construcción; pero Némesis construyó el último biodroide, Tifón, le dio aspecto humano, y la ocultó hasta que llegara la adolescencia…

Publicado inicialmente en las páginas del doujinshi local, fanzine, Atlas Magazine (desde febrero del 1983) mientras el autor estudiaba en la universidad de Arte de Osaka y editada por Seishinsha en 1985 en cuatro volúmenes (con seis páginas adicionales -el apéndice M66-), Black Magic es la semilla de la obra de Shirow que estaba por llegar. En ella ya se aprecia la incipiente calidad del artista aunque, evidentemente, no alcanza el nivel gráfico y la habilidad narrativa de sus obras posteriores. En Black Magic la historia es confusa y los dibujos muy simples. La inmadurez del autor con talento, cuando contaba con sólo 21 años, que anuncia lo que será. Pese a esta crítica generalizada hecha con la perspectiva que ofrece el tiempo, tan bueno le pareció Black Magic a Aoki Harumichi, director de la editorial Seishinsha, que decidió publicarla en su revista y la buena acogida de ésta le permitió publicar, al año siguiente, Appleseed, que se convertiría en su primera obra de éxito.

Sea como sea, Black Magic es un cómic interesante, donde el autor empieza a desarrollar algunas de las ideas que luego implementará de forma excelsa en Ghost in the Shell, Dominion o Appleseed (los diseños mecánicos, los biodroides, ordenadores con inteligencia artificial casi humana, exoesqueletos,…) y sienta las bases de lo que serán sus temas más recurrentes y sus principales inquietudes: la búsqueda de una civilización utópica, sociedades futuristas tipo sci-fi, gran detalle a los elementos tecnológicos y ambientes tecnificados.

Éste primerizo Shirow presenta en Black Magic otro elemento que convertirá en propio de su lenguaje a lo largo de toda su obra: una especial sensibilidad y cuidado con la figura femenina, que ocupará mayoritariamente el lugar privilegiado de protagonista de sus obras. Así, nos encontramos ante el mismo patrón de heroína fuerte e independiente, con carácter y que no se doblega ante las circunstancias, a menudo una oficial de cuerpos policiales o militares, una guerrera, una amazona en el sentido menos literal de la palabra, que lucha contra enemigos y encuentra complejos problemas burocráticos para llevar a cabo su misión. Todas sus heroínas (Motoko Kusanagi en Ghost in the Shell, Leona Ozaki en Tank Police, Deunan Knute en Appleseed, Tifón en Black Magic o Seska en Orion) tienden incluso a parecerse físicamente. Sus representaciones son féminas detalladas y sensuales, en contraste con unos personajes masculinos poco elaborados, de menor complejidad. Además, así se ahorra incluir inútiles tramas románticas en la trama global (aunque a menudo juega, en varias de sus obras, con el eterno conflicto sentimental masculino-femenino).
El modelo femenino para el M-66 de Black Magic está justificado, según Shirow, "pues proporciona un centro de gravedad más bajo, induce la tensión en las tropas enemigas, haciéndolas más lentas a la acción y, además, entre seres humanos, las mujeres tienen habilidades de supervivencia superiores", entre otros muchos más motivos de tipo técnico y de diseño. Detalles como ésta explicación ayudan a comprender ese abrumador detallismo tecnológico que acompaña siempre a las obras de Shirow (no os perdáis los habituales apuntes de los márgenes, apabullantes).

Además, en Black Magic ya se intuye el posible uso en el cómic de una mezcla entre la magia y la tecnología, que el autor nipón desarrollará más tarde en Orion. A lo largo de las 208 páginas de Black Magic M-66, Shirow nos presenta la extraña mezcla, por peculiar y no convencional, entre la magia y la tecnología. La brujería y el ritual religioso manipulan así como los sistemas mecánicos de la tecnología de las obras de Shirow alteran y someten la mente humana.

Y un tercer elemento que Shirow introduce en Black Magic para desarrollar más concienzudamente en su obra posterior es esa espesa mezcla de temas y argumentos crípticos que suele caracterizarle: política, cibernética y tecnología futurista, la ciencia ficción, la mitología, la naturaleza humana… Sus guiones son extremadamente complejos, están bien hilados y actúan generalmente a varios niveles pero el maestro nipón se pierde excesivamente en el detalle.

Masamune Shirow, nacido en la prefectura de Hyôgo (Kobe, Japón), es uno de los autores manga de más renombre internacional. Autor singular por su aura de misterio que le rodea, entre otras actitudes peculiares, Masamune Shirow es solamente un nombre artístico, un seudónimo, y prefiere mantener su nombre real en el anonimato (aunque Masanori Ota parece ser su nombre real según algunas fuentes bien informadas), ya que es muy celoso de su intimidad y nada se sabe de su vida privada: su ausencia en todos los eventos relacionados con el manga, rara vez concede entrevistas y tampoco permite que le tomen fotografías. Además, Shirow siempre ha trabajado totalmente en solitario, (excepto por una temporada en la que trabajó con su amigo Hagane Kotetsu) siendo uno de los pocos autores japoneses de manga en trabajar sin un equipo de ayudantes y colaboradores por deseo propio, lo que ayuda a explicar su lentísimo ritmo de producción y su escasa obra (escasa si se compara a los cánones habituales de los autores de cómic japoneses, claro). Shirow, caso excepcional dentro del mundo del manga, desconoce el significado de las palabras "fecha de entrega". Por ello no es de extrañar que, a pesar de su popularidad, publique un número tan reducido de mangas. Muchos le tildan por ello de ermitaño, excéntrico o arrogante, aunque los afortunados que han podido entrevistarle destacan que Shirow es tímido y humilde y, lejos de ser arrogante, distante y demás, es un caballero amigable, sociable y encantador en todos los aspectos.

Tras el éxito de su obra inmediatamente posterior, la magnífica Appleseed (1985) que causó auténtico furor y ganó el premio Seiun Sho al manga de ciencia ficción del año 1985, Black Magic M-66 tuvo una reedición posterior (1986) e incluso su propia OVA (1987), con Takayuki Sawaura como director de animación con Shirow implicado en la producción, responsable de los storyboards y de la dirección. Insatisfecho con el resultado final, Shirow afirmó en más de una ocasión haberse inspirado en las técnicas del maestro Hayao Miyazaki, rey entonces y rey hoy de la industria japonesa de la animación. Más adelante, con Ghost in the Shell (1995), dejaría la labor de dirección en manos del talento de Mamoru Oshii, mientras que Masamune Shirow participaría únicamente como productor. No hace falta recordar el éxito internacional que significó esta OVA.